No tendremos otra oportunidad hasta dentro de veinte años

La realidad, guste o no, es que tenemos un sistema altamente endogámico que se ha limitado, durante décadas, como mucho, a seleccionar “entre los mejores de los nuestros”. ¿Puede un país como España renunciar a tener en su sistema de Ciencia e Innovación a los mejores posibles?. Tenemos la oportunidad de prepararnos para que la nueva generación de científicos y profesores permanentes de nuestro sistema, sean los mejores posibles. Muchos ya están aquí, pero muchos podrían venir de fuera. Si no hacemos nada, congelaremos el sistema “con lo que pase por ahí”, sea bueno o malos

JOSÉ MANUEL TORRALBA


Los tres grandes problemas

Creo que la mayoría de los actores que participan en la actividad científica (tanto en el ámbito universitario como en el de los Organismos Públicos de Investigación -OPIS-) estarán de acuerdo de que nuestro sistema de Ciencia e Innovación está aquejado de tres grandes problemas (que no son los únicos): financiación, burocracia (legislación) y selección y promoción del personal científico.

Los dos primeros son importantes, y se podrían resolver con un gran pacto de estado entre fuerzas políticas que tuvieran voluntad real de hacerlo. Son problemas endémicos y nos hemos acostumbrado a vivir con ellos.

Pero el tercero requiere no solo de voluntad política. Requiere, además, de un cambio colectivo de mentalidad y de acciones urgentes, que si no se toman, nos conducirán a no menos de tres décadas de rigidez extrema en la posibilidad de atraer y retener talento. Estamos en un momento crítico que precisa de decisiones valientes y de visión de futuro. Y me explico.

La selección de “los mejores” para desarrollar Ciencia en nuestro país, nunca ha sido una prioridad, ni en las OPIS ni en nuestras UUPP. La realidad, guste o no, es que tenemos un sistema altamente endogámico que se ha limitado, durante décadas, como mucho, a seleccionar “entre los mejores de los nuestros”.

La selección de “los mejores” para desarrollar Ciencia en nuestro país, nunca ha sido una prioridad

Hay que tener a los mejores posibles

Y nadie niega que “entre los nuestros” haya personas muy buenas y válidas, con mérito y capacidad. Pero de igual manera no se puede negar que no “todos los nuestros” sean los de más mérito y capacidad para una determinada posición, y en muchos casos, su principal y único mérito es el de “estar ahí”. ¿Puede un país como España renunciar a tener en su sistema de Ciencia e Innovación a los mejores posibles? Yo creo que no, pero es lo que hemos venido haciendo desde siempre, y si no ponemos remedio, lo seguiremos haciendo, al menos, en los próximos treinta años.

En las últimas décadas, nuestro sistema público ha realizado sucesivas oleadas de estabilización de profesores y científicos que han impedido a lo largo de los años la posibilidad de atraer y retener talento más allá del talento que ya teníamos en casa.

Las dos más famosas posiblemente sean la de 1973 (conocida como “el rodillazo”, que perpetró el ministro Villar Palasí y que hizo “profesores adjuntos” a todo aquel que andaba por allí, del orden de 2000 personas de golpe) y la de los años 80 (la de “la idoneidad”, que “fijó” a más de 3000 interinos de un plumazo, junto con otros 5000 profesores que sacaron sus “oposiciones” sin ningún tipo de competencia).

Hoy se están jubilando muchos de estos “idóneos”, y hoy nos jubilamos la generación que entramos en el sistema, de forma masiva, en los años 80 y 90. Esto nos lleva a que, en los próximos años, del orden de 10000 profesores de universidad pública y 1000 científicos de OPIS alcanzarán su retiro laboral, dejando un hueco enorme en el sistema. 

Si se van a generar más de once mil nuevas posiciones permanentes en nuestro sistema universitario y de I+D, tenemos más del doble de buenos científicos y profesores fuera de España, muchos de los cuales volverían encantados (si tienen una oportunidad)

La nueva generación de científicos y profesores permanentes

Ahora tenemos una oportunidad que, si no aprovechamos, se convertirá en nuestro peor estigma.  Oportunidad que coincide en el tiempo con la mayor diáspora científica de la historia. Si se van a generar más de once mil nuevas posiciones permanentes en nuestro sistema universitario y de I+D, tenemos más del doble de buenos científicos y profesores fuera de España, muchos de los cuales volverían encantados (si tienen una oportunidad).

Tenemos la oportunidad de prepararnos para que la nueva generación de científicos y profesores permanentes de nuestro sistema, sean los mejores posibles. Muchos ya están aquí, pero muchos podrían venir de fuera. Si no hacemos nada, congelaremos el sistema “con lo que pase por ahí”, sea bueno o malo.

Repito, ¿vamos a permitirlo, otra vez? ¿No hemos aprendido nada de nuestra historia? ¿Nadie con capacidad política de decisión está pensando en esto?.  Si no hacemos nada, en menos de una década habremos copado el sistema público para otras dos o tres décadas, no con los mejores candidatos, sino con lo mejor y lo peor de cada casa (si nos atenemos a la estadística, con una mayoría de personas muy lejos de ser los mejores candidatos).

El problema de recursos humanos que he planteado, o se resuelve ahora, o no tendremos otra oportunidad hasta dentro de 20 años. ¿Podemos permitírnoslo?

¿Qué podemos hacer?

En mi opinión algo que no sería muy caro (en la perspectiva de unos presupuestos generales del estado). Si duplicáramos la convocatoria Ramón y Cajal en los próximos cinco años y la acompañáramos de más fondos de arranque, en cinco años habríamos atraído a nuestro sistema suficientes buenos candidatos (obviamente muchos ya estaban en España) para renovar, con garantías, la enorme cantidad de jubilaciones que vamos a tener.

Desde luego, seguro que mejores candidatos que lo que nos esperaría de la natural estabilización de “lo que va de paso” por el sistema. Si hoy miro nuestras figuras estelares en Ciencia, premios nacionales, líderes de grupos de referencia, todos o casi todos tienen su origen en el programa Ramón y Cajal. 

Hay dos problemas graves que pueden solucionarse tarde o temprano (financiación y burocracia). El problema de recursos humanos que he planteado, o se resuelve ahora, o no tendremos otra oportunidad hasta dentro de 20 años. ¿Podemos permitírnoslo?


JOSÉ MANUEL TORRALBA, es catedrático de la Universidad Carlos III de Madrid, y director del IMDEA Materiales, ha sido DG de Universidades e Investigación de la CM y Vicerrector en la UC3M

Espacios de Educación Superior está dirigido a poner en contacto a las personas e instituciones interesadas en la sociedad del aprendizaje en Iberoamérica y España.