La plena integración social de las personas con discapacidad es una exigencia moral y legal en las democracias, pues de lo que se trata es de proteger la dignidad de todas las personas. La ONCE tiene entre sus objetivos la inclusión de las personas con ceguera o deficiencias visuales graves.
ANA ISABEL RUIZ LÓPEZ
Introducción
La Organización Nacional de Ciegos Españoles es una Corporación de Derecho Público, fundada en 1938, cuyo fin último es conseguir la plena autonomía personal e integración social de las personas con ceguera o deficiencia visual afiliadas a la Organización. Para conseguir este fin, pone a disposición de los mismos la prestación de una serie de servicios sociales especializados.
Uno de los objetivos fundamentales es conseguir la inclusión educativa de las personas con ceguera o deficiencia visual en el sistema educativo ordinario, como un mecanismo imprescindible para conseguirse su plena inclusión social.
El alumnado con necesidades educativas derivadas de ceguera o deficiencia visual grave, ante todo, son ciudadanos de pleno derecho y, por tanto, perceptores de los servicios sociales y educativos que ofrecen las administraciones públicas, quedando como responsabilidad de la ONCE la prestación de los servicios específicos que cubran las necesidades derivadas de la ceguera o discapacidad visual grave.
Actualmente en España contamos con más de 800 universitarios con ceguera o discapacidad visual grave, y con más de 30 preparando el acceso a la universidad para mayores de 25 años.
En la Universidad, la atención que presta la ONCE tiene el objetivo de facilitar al alumnado los recursos técnicos y personales necesarios para el desarrollo normalizado de sus estudios, más que la atención individualizada, como se hace en otras etapas.
La inclusión del alumnado con discapacidad visual es posible en las universidades españolas gracias, por una parte, a lo que se recoge en la legislación educativa y, por otra, a la labor de la ONCE.
Normativa vigente en materia universitaria:
El sistema educativo español está basado en la Constitución Española de 1978, donde se reconoce el principio de participación que se puede ejercer en diferentes niveles. La Ley Orgánica de Universidades establece como uno de los principios de la política universitaria el desarrollo de la participación de los estudiantes a través del Estatuto del Estudiante y de la constitución del Consejo del Estudiante Universitario.
En este Estatuto se recoge el derecho del alumnado con discapacidad a participar en igualdad de condiciones en la universidad, ya que se incorpora en la norma la no discriminación por razón de discapacidad, con elementos concretos relativos al acceso y admisión, a la accesibilidad en espacios físicos o virtuales, así como la dotación de los recursos materiales, humanos y técnicos necesarios.
Destacar la creación de los Servicios de atención al estudiante (art. 65), que desarrollan funciones relacionadas con la acción tutorial, la información y la orientación en diversos ámbitos (elección de estudios, acceso y adaptación al entorno, becas y ayudas, iniciativas de cooperación…).
¿Cuáles son las medidas que adopta la ONCE ante las políticas de inclusión, la legislación y la normativa vigente en materia universitaria.?
La ONCE dentro de los principios y líneas de actuación educativa recoge que: “la adecuada atención a las necesidades de los alumnos con ceguera o deficiencia visual grave en la enseñanza universitaria implican la plena integración y normalización socioeducativa de éstos en la universidad, en sus diferentes ámbitos y vertientes”.
En cuanto a la intervención con este alumnado, una vez que ha alcanzado un mayor grado de autonomía, el objetivo es prepararle para afrontar con éxito retos cada vez más complejos, facilitando los recursos técnicos y personales necesarios.
Este alumnado recibe una atención complementaria en función de sus necesidades específicas relacionadas con la discapacidad visual (TIC, autonomía personal, orientación y movilidad, etc.), que es la que le proporcionan los profesionales especializados de los equipos específicos de atención educativa a la discapacidad visual de la ONCE.
A cada alumno o alumna universitario, en función de sus necesidades, se le asigna un profesional de referencia, un maestro o maestra itinerante que contacta con él para valorar sus necesidades y si es necesario visitar el centro universitario.
Otro servicio muy importante que presta la ONCE es la adaptación al puesto de estudio y la adaptación de los libros de texto que ofrece al alumnado con discapacidad visual de forma gratuita.
¿Cuáles son las líneas estratégicas para conseguir la inclusión de estudiantes con discapacidad visual en las universidades?.
Desde la ONCE convenimos en que la universitaria es una etapa educativa en la que la persona debe desenvolverse de forma independiente, acercando así su realidad a la que le espera en un futuro no lejano.
Se debe garantizar la accesibilidad física a todos los espacios e instalaciones universitarias.
Los estudiantes utilizan la tecnología existente como otro canal cualquiera para relacionarse con sus compañeros y acceder a las materias, por ello debemos garantizar la accesibilidad a la documentación y recursos materiales habituales utilizados en el aula, así como la introducción de recursos materiales específicos para facilitar el seguimiento de las clases y la vida cotidiana en el centro.
Se deben adaptar de las pruebas de evaluación y dotar de mayor tiempo para la realización de exámenes.
Se deben fomentar las jornadas de orientación laboral de los universitarios con discapacidad visual con el fin de que se les pueda ofrecer una información valiosa sobre todos aquellos aspectos que les puedan ser de utilidad en su futuro laboral.
Es necesario que la difusión de la información sobre la universidad sea accesible a través de formatos digitales.
Garantizar la participación en igualdad de condiciones en los procesos de elección de representantes.
Garantizar igualmente la de participación en las actividades de ocio y tiempo libre y deporte, así como en las que se lleven a cabo en las residencias universitarias si fuera el caso.
Además la ONCE pone a disposición de los afiliados universitarios que han finalizado sus estudios el Servicio de Apoyo al Empleo, servicio a través del cual se trabajan determinadas herramientas y estrategias que posibiliten su pronta incorporación al mercado laboral.
Hoy por hoy no es fácil ser un estudiante universitario con discapacidad, pero con el esfuerzo de todos, de los mismos estudiantes, de la universidades y de toda la comunidad educativa, es posible.
Se debe intentar entre todos sumar para que accedan a la formación en las mismas condiciones que el resto de universitarios.
En conclusión, la intervención de la ONCE en la educación superior siempre debe buscar la autonomía del alumnado y ser subsidiaria a la que se lleva a cabo desde las administraciones educativas. Es prioritario que el alumnado con ceguera o deficiencia visual grave ejerza un papel activo en su formación y procure buscar y poner en marcha por sí mismo los recursos que le capaciten para su inclusión como ciudadano. La ONCE debe acompañar a los y las estudiantes a transitar en este camino, sin perder la perspectiva de que su intervención es especializada.
ANA ISABEL RUIZ LÓPEZ, Directora de Educación, Empleo y Braille de la ONCE
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