La educación en cuestión

La pandemia ha puesto en evidencia la necesidad de fortalecer la relación entre conocimiento, ciencia y políticas públicas. Esta crisis muestra la necesidad de fortalecer el trabajo articulado, interregional, global, pluridisciplinario y a multinivel. El actual debate sobre educación además de analizar la calidad de la misma, se pregunta qué tipo de enseñanza se requiere dentro del modelo de desarrollo que cada país ejecuta.

JOSETTE ALTMANN-BORBÓN


Las brechas educativas

Independientemente de las fuerzas que converjan dentro de las estructuras sociales, es en lo interno de los sistemas educativos donde se encuentran, para bien o para mal, eficaces mecanismos de diferenciación social.

Combatir la pobreza pasa por el fortalecimiento de dos grandes políticas públicas: salud y educación. La pandemia ha puesto en evidencia la necesidad de fortalecer la relación entre conocimiento, ciencia y políticas públicas. Ello requiere desarrollar nuevos mapas conceptuales que permitan diseñar soluciones y nuevas formas de gobernar de manera innovadora, colaborativa, resiliente e imaginativa.

Las brechas educativas que ya se arrastraban por múltiples causas, se ensancharon con el giro obligado hacia la virtualidad y por el cierre de escuelas, colegios y universidades que no tuvieron otra opción.

Se pueden analizar distintos aspectos, como los concernientes a la infraestructura, el acceso al Internet, su velocidad de navegación y descarga, contar con el equipo necesario, y el espacio físico adecuado para el aprendizaje en casa, tanto de estudiantes como de docentes.

También la necesidad de contar con personal docente capacitado en la pedagogía virtual, la carga adicional que esto significó en las familias, en especial en las madres, y el manejo de las adecuaciones curriculares. Se está hablando de hogares con serios problemas de hacinamiento, violencia intrafamiliar, con carencias materiales, de familias numerosas donde escolares y padres y madres de familia en teletrabajo, han tenido que excluirse o turnarse el uso de los equipos.

Combatir la pobreza pasa por el fortalecimiento de dos grandes políticas públicas: salud y educación. La pandemia ha puesto en evidencia la necesidad de fortalecer la relación entre conocimiento, ciencia y políticas públicas.

El déficit educativo

Todo esto vino a evidenciar fracturas que incrementan el acceso desigual a la educación, y el distanciamiento entre estudiantes de la educación pública respecto a la privada.

De igual manera pesa la ubicación geográfica que acrecienta las asimetrías entre los desarrollados centros urbanos respecto a zonas urbanas alejadas de las ciudades principales y las zonas rurales.

Así, las consecuencias a futuro de este déficit educativo tendrán un impacto negativo en la inclusión social, en el acceso a empleos de calidad, en la convivencia pacífica dentro de sociedades cada vez más complejas y diversas, y en la paz social de la región.

Ahora bien, la pandemia también vino a colocar la Ciencia y el conocimiento en el centro del debate público. En el mundo de la posverdad y las noticias falsas, de nuevo regresa la rigurosidad científica a impactar el discurso político.

Es entonces una oportunidad para fortalecer las alianzas con la Academia en el acompañamiento de las políticas públicas; para fortalecer la creación de nuevos conocimientos con capacidad de entender, analizar y reconocer la realidad latinoamericana; para defender la calidad de la enseñanza, los presupuestos públicos dedicados a la educación, la investigación, el desarrollo y la ciencia y tecnología.

Todo esto, sobre la base de que el conocimiento debe ser el foco diseñado para beneficio de todas las sociedades.

Las consecuencias a futuro de este déficit educativo tendrán un impacto negativo en la inclusión social, en el acceso a empleos de calidad, en la convivencia pacífica dentro de sociedades cada vez más complejas y diversas, y en la paz social de la región.

¿Qué tipo de enseñanza se requiere dentro del modelo de desarrollo que cada país ejecuta?

Entre otros temas, el actual debate sobre educación además de analizar la calidad de la misma, se pregunta qué tipo de enseñanza se requiere dentro del modelo de desarrollo que cada país ejecuta.

Este último punto se convierte en el centro del debate, pues señala dos formas de abordar el problema: una que lleva a preguntarse qué concepto de desarrollo se aplica y, dentro de éste, la vinculación que suele hacerse de la agenda educativa al proyecto país.

El otro punto induce hacer una revisión crítica del concepto de desarrollo y promueve una nueva visión epistemológica; “un paso adelante en la comprensión de los fenómenos que nos atañen, en cuanto a seres vivientes, y una decodificación de formas de pensamiento que impiden entender las interrelaciones de la vida, en la cual la educación, para integrarse, requiere enfrentar esa ruptura epistemológica”.(1)

Son muchos los y las pensadores que analizan los cambios societales y la evolución de los sistemas productivos, relacionando actores económicos principales y su actividad productiva en la era agrícola, la era industrial y en la actual era del conocimiento, explicando cómo los cambios en los factores económicos, en distintos momentos de la humanidad, determinaron modos de vida, de cultura, de economía y de educación.

La globalización, la sociedad de la información y la innovación científico-tecnológica señalan nuevos desafíos en todos los ámbitos de la sociedad y no hay duda que están cuestionando, de una manera decisiva, las bases de los sistemas de educación y formación tradicionales.

La globalización

Esta nueva era del conocimiento tiene su origen en los procesos de globalización que se asientan con la creación de nuevos sistemas de comunicación e información construidos desde la tecnología. En esta viajamos en una nueva concepción del tiempo y el espacio.

El desarrollo científico-tecnológico abre nuevas opciones, y también grandes desafíos, al mundo de la educación, del trabajo, de los negocios, y de la comunicación.

En el debate sobre si se acelerará o frenará la globalización, tiene más utilidad pensar en cómo va a transformarse y adecuarse al nuevo contexto. A las Ciencias Sociales les corresponde dar sentido a un mundo en rápida transformación y dar certezas a quienes enfrentan y combaten la pandemia.

Así, esta crisis muestra la necesidad de fortalecer el trabajo articulado, interregional, global, pluridisciplinario y a multinivel.

Se trata de poner en el centro del desarrollo a la persona como un ser íntegro, capaz de ejercer sus derechos ciudadanos y sus responsabilidades con el objetivo de incidir en la construcción del mundo post pandemia.

Construcción del mundo post pandemia

La globalización, la sociedad de la información y la innovación científico-tecnológica señalan nuevos desafíos en todos los ámbito de la sociedad y no hay duda que están cuestionando, de una manera decisiva, las bases de los sistemas de educación y formación tradicionales, obligándonos, a quienes estamos al frente de las instituciones educativas a reformular y a redefinir sus objetivos, funciones e instrumentos de intervención.

Desde este nuevo paradigma, marcado por un fuerte dinamismo y una transformación constante, se requiere educar y formar a un ser humano que esté preparado para enfrentar los cambios y ser parte de éstos.

No se trata solo de conocimientos académicos o profesionales, se requiere una visión holística, en la cual el desarrollo de habilidades permita construir sociedades más dignas, inclusivas, saludables, en paz, respetuosa de los otros y del ambiente.

Se trata de poner en el centro del desarrollo a la persona como un ser íntegro, capaz de ejercer sus derechos ciudadanos y sus responsabilidades con el objetivo de incidir en la construcción del mundo post pandemia.

Referencia

1. Alvarado, Eladio (2005). Educación- Economía y Sociedad. Pasos hacia una nueva visión epistemológica. Pp. 205.


JOSETTE ALTMANN-BORBÓN, PhD Secretaria General Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales

@FLACSOSG

LICENCIA FOTOGRAFÍAS

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