La proximidad en el trato, la pretensión de compartir conocimiento, la disposición a escuchar, la honestidad en sus convicciones, así como la ambición de convencer desde la argumentación “ad limitum” son características que definen el estar de José Manuel Torralba.
El interés con el que se sigue la conversación con el profesor Torralba en “Aprendices” nos hace comprender como es posible impartir una clase amena y exigente sobre “Sinterización de aleaciones de alta entropía”, mantener una conversación fluida e interesante sobre las aplicaciones de polvos sostenibles, o presentar temas del mismo nivel de exigencia en un programa de radio de audiencia masiva, como “A hombros de gigantes”, escribir un blog de divulgación científica riguroso y popular, y porque no, dar conferencias en prisiones sobre la historia de los materiales.
Tareas a las que director de uno de los centros de investigación de mayor prestigio en España, el IMDEA Materiales, se enfrenta de una manera natural. Y seguramente esto sucede porque detrás está uno de los investigadores más relevantes internacionalmente en su ámbito científico.
Una carrera académica brillante que se nos muestra plenamente compatible con otras inquietudes. En primer lugar, la política universitaria y científica, desarrollada tanto en la administración, como en la Universidad, o en instituciones científicas. Actividad guiada por una constante; la confianza en la educación y la ciencia para mejorar la sociedad.
Suyo es el proyecto “non nato” de ley Madrileña de Educación Superior del año 2017, o artículos tan relevante como “¿Por qué es tan difícil hacer ciencia en España?” o “No tendremos otra oportunidad hasta dentro de veinte años”, en los que el autor defiende posiciones críticas en temas relevantes para el sistema universitario español.
Por último, no se puede hablar del profesor Torralba sin hacer dejar de hacer mención a su condición de ingeniero de minas, por algo más que tradición familiar, y a la de “maestro de corredores”. Su libro “El puente de Verrazano”, cuyo título es un giño a la maratón que todos los corredores quisieran correr alguna vez en su vida, recoge la experiencia de haber corrido más de cuarenta maratones durante veinticinco años. “Un viaje personal donde se pasa de correr para conseguir un objetivo a correr como un medio para vivir mejor”.
