Las universidades tienen el potencial, y sobre todo la responsabilidad, de ser parte de la solución, no del problema, de desplegar con responsabilidad, visión y compromiso su enorme poder transformador en beneficio de la sociedad, de lo contrario las propias instituciones de educación superior y la sociedad en su conjunto podrían ser arrolladas de manera irreversible hacia el abismo.
FRANCISCO TELÉMACO TALAVERA SILES
Consideraciones generales
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, Educación superior | UNESCO), señala que existen más de 235 millones de estudiantes universitarios en el mundo, millones de docentes en absolutamente todas las disciplinas y especialidades, millones de trabajadores no docentes, millones de graduad@s, cursos, carreras, grados, especialidades y postgrados en todas las áreas del desarrollo y en todos los niveles, miles de laboratorios, bibliotecas, centros y campos experimentales, instalaciones, equipos y medios, relaciones locales, nacionales, regionales e internacionales, programas y proyectos de investigación, entre otros.
Cada estudiante y cada trabajador docente y no docente es mucho más que una persona, es un entorno (presencial, virtual y/o híbrido) familiar, comunitario y social lo que hace el ámbito de influencia de las universidades sea muy grande en el mundo entero, en el campo y en la ciudad, con personas de todas las razas, creencias, ideologías, etc. Y a medida que se aumenta la cobertura aumenta su ámbito de influencia. La taza de matriculación global en Educación Superior es de 40% (Educación superior | UNESCO) pero con grandes diferentes entre países y regiones lo que refleja la enorme brecha aun existente. A esto hay que sumarle la gran influencia de las universidades por medio de sus actividades de investigación, innovación y extensión.
En este sentido, aquellos involucrados en la educación hacemos un trabajo insustituible y de gran valor e importancia, pero, aun así, a mi criterio, que, igual que ustedes he sido y soy un defensor a muerte de la existencia y razón de ser de las universidades en beneficio de la sociedad, considero que el impacto de estas ha sido muchísimo menor que el que podríamos y deberíamos tener y hacer:
La Autonomía Universitaria es para tener estabilidad y capacidad de actuar con visión de corto, mediano y largo plazo en beneficio de todos y todas y sin estar sujetos a intereses particulares
La Autonomía Universitaria
1) Si los Gobiernos a nivel local y nacional, los actores económicos y sociales, y los organismos internacionales tuvieran un mayor compromiso y proporcionaran más y mejor apoyo a las instituciones de educación (incluyendo ciencia, tecnología, innovación y extensión) y que este fuera sostenido en el tiempo.
2) Si existiera un mayor impulso y fomento a la calidad, pertinencia, eficiencia e impacto de lo que hacemos con los recursos que tenemos a la vez que luchamos por el necesario y legítimo derecho a tener más recursos y un mayor e integral apoyo.
3) Si nos volcáramos a trabajar de manera sistemática, dinámica y sinérgica con la comunidad y con la sociedad a nivel local y mundial. La Autonomía Universitaria es para tener estabilidad y capacidad de actuar con visión de corto, mediano y largo plazo en beneficio de todos y todas y sin estar sujetos a los vaivenes e intereses particulares y coyunturales de la naturaleza que sean, pero la Autonomía no es para actuar de manera “autónoma”, independencia, de las necesidades, retos y aspiraciones de la comunidad y de la sociedad en su conjunto.
Hacia una Educación Superior comprometida, autónoma y tecnológicamente avanzada
4) Si se establecen estrategias para atender y hacer propios (no simplemente apoyar) los retos y desafíos por una sociedad más justa, equitativa, solidaria y sostenible en la que sea cierto que nadie se quede atrás, luchando contra la pobreza, el hambre, la desigualdad, la marginación y el atraso en general.
5) Si fortalecemos la defensa hacia afuera y el compromiso hacia adentro. Defendiendo con firmeza y determinación la Autonomía Universitaria en contra los detractores de la misma y en contra de quienes apoyan a las universidades, pero instrumentalizándolas para que respondan a sus intereses particulares de la naturaleza que sea, pero también defendiéndola hacia adentro fortaleciendo el compromiso de la comunidad universitaria, incluyendo a sus autoridades institucionales y gremiales, estando conscientes que la misma (la autonomía universitaria) no es para hacer lo que se quiera, con la calidad, eficiencia e impacto que sea, no para trabajar por la comunidad, sino con la comunidad y con la sociedad. Entendiendo que la Autonomía no es sinónimo de soberanía y que no es ni debe ser sinónimo de impunidad sino de responsabilidad y compromiso, de unidad en la diversidad, de respeto, de visión, rendición de cuentas y compromiso intercultural.
6) Si se potencia la inteligencia artificial, la robótica y la ciencia y tecnología en general para elevar la cobertura, inclusión, calidad, pertinencia, eficiencia e impacto de la Educación Superior y no para menoscabar o eliminar el trabajo realizado por docentes y no docentes y por las instituciones educativas.
Contrario a la desgastante competencia entre universidades públicas y privadas se promueve una relación respetuosa, dinámica, sinérgica y complementaria entre ambas
7) Si se fortalece la confianza entre instituciones de un país, región e internacionalmente para ampliar la cooperación, el intercambio, y la movilidad basada en la evaluación y acreditación, pero haciendo a su vez los procesos de evaluación y acreditación más ágiles, dinámicos, basados en la calidad, pero indisolublemente vinculados con la pertinencia y no solo con los rankings, la mayoría extrarregionales y/o basados en indicadores y estándares estáticos que más que promover limitan la creatividad e innovación educativa.
8) Si contrario a la desgastante competencia entre universidades públicas y privadas (Me refiero a las universidades privadas sin fines de lucro, no a las de lucro sin fin, ni a las mercantiles) se promueve una relación respetuosa, dinámica, sinérgica y complementaria entre ambas. Unas y otras son una realidad necesaria. Unas y otras deben tener un elevado compromiso social y garantizar calidad y pertinencia. Unas y otras funcionan por lo que aporta el pueblo, unas vía impuestos y las otras vía aranceles. Unas y otras corren peligro por la invasión neocolonial de los intermediarios tecnológicos mercantiles transnacionales.
De la calidad a la pertinencia social y humana
9) Si pasamos de una educación que centre sus esfuerzos en la calidad, indistintamente de la pertinencia social, a una que trabaje siempre: de forma activa, dinámica, colaborativa, solidaria y comprometida con el aseguramiento de la calidad, pero indisolublemente vinculada a la pertinencia social, ambiental y humana con visión, interacción, cooperación y relación global, pero desde, con y para lo local.
10) Si pasamos de ser trasmisores de conocimientos a facilitadores o gestores del aprendizaje.
11) Si pasamos de una educación centrada en el conocer, a una centrada en el ser, en el pensar, en el hacer, crear, innovar, transformar.
12) Si pasamos de una educación centrada en la aprobación de asignaturas y obtención de diplomas y títulos para buscar empleo a una centrada en el desarrollo del liderazgo, valores, capacidades y habilidades para realizar trabajos para el desarrollo personal, familiar comunitario y social.
Si pasamos de una educación centrada en el conocer, a una centrada en el ser, en el pensar, en el hacer, crear, innovar, transformar
13) Si pasamos de una educación basada en la enseñanza vertical, por ciclos rígidos, inflexible o con flexibilidad mínima en términos curriculares y normativos, a una educación abierta, ágil, dinámica y flexible para para un mundo tridimensional, líquido y volátil, donde la educación y el aprendizaje están presentes en diversos actores, tiempos, espacios y a lo largo de la vida.
14) Si pasamos de una educación basada en la promoción arrogante del lucro, del poder, del consumismo y del ascenso y bienestar material personal a costa de lo que sea: de las personas, de las comunidades y pueblos, del ambiente, de la propia sostenibilidad humana y planetaria, a una basada en el respeto entre las personas, comunidades, pueblos, culturas, a la madre tierra y basada en el diálogo y consenso por el bien colectivo y común.
15) Si hacemos una educación que promueva y practique, como esencia del desarrollo humano y de la convivencia pacífica, la diversidad cultural, el diálogo, el respeto absoluto y total a las personas indistintamente el color de su piel, su género o preferencia sexual, su origen étnico o geográfico, su forma de pensar o creer y de su condición económica o social y que por tanto rechace toda forma de violencia, racismo, xenofobia y discriminación por la razón que sea.
De la globalización del consumo a la promoción del desarrollo humano y sostenible
16) Si pasamos de una educación que promueve la globalización del consumo, del conocimiento, de la ciencia, de la tecnología para la dependencia y el beneficio y bienestar de las élites, globalizando también la pobreza, la marginación, la discriminación, la violencia, la intolerancia, a una que promueva el conocimiento, la ciencia y la tecnología como medio y no como fin, para el desarrollo humano con justicia, equidad, sostenibilidad en el que nadie se quede atrás, valorando la diversidad cultural como esencia de la convivencia, de la paz y de la sostenibilidad.
17) Si pasamos de una educación en la que la extensión es una actividad complementaria, a una en la que la vinculación sistemática, dinámica y sinérgica con el entorno y con la comunidad, desde una perspectiva económica, social, ambiental y cultural, sea central en el proceso de formación y desarrollo de capacidades y valores.
Las universidades tienen la responsabilidad de ser parte de la solución, no del problema, de desplegar con responsabilidad, visión y compromiso su enorme poder transformador en beneficio de la sociedad
18) Si valoramos, reconocemos y retribuimos de mejor manera la producción e innovación científica y tecnológica, los grados, “papers” (artículos científicos), etc. pero de igual manera el trabajo directo con los estudiantes (presencial, virtual y/o híbrido) y el trabajo de extensión con y para la comunidad y sociedad. Teniendo siempre como común denominador la calidad, pertinencia, eficiencia e impacto.
19) Si hacemos que la educación tome en cuenta las características, capacidades, potencialidades, limitaciones y dificultades individuales de cada estudiante, así como las características, tradiciones, diversidad cultural, visiones y cosmovisiones de cada comunidad, pueblo, etnia, para el desarrollo con solidaridad.
20) Si pasamos de una educación rutinaria, monótona a una educación motivadora, dialógica, dinámica, innovadora e interactiva.
La humanidad tiene actualmente condiciones y potencialidades como nunca antes en la historia, pero de igual manera tiene enormes brechas, problemas y limitaciones que atentan contra su propia existencia. Las universidades tienen el potencial, y sobre todo la responsabilidad, de ser parte de la solución, no del problema, de desplegar con responsabilidad, visión y compromiso su enorme poder transformador en beneficio de la sociedad, de lo contrario las propias instituciones de educación superior y la sociedad en su conjunto podrían ser arrolladas de manera irreversible hacia el abismo al cual hace referencia, Antonio Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas.
Lo anterior en plena coherencia con lo planteado en el documento base y el Tercer Contrato Social de la Educación elaborado e impulsado por KAIRÓS
FRANCISCO TELÉMACO TALAVERA SILES
Ha sido Rector de la Universidad Nacional Agraria, Presidente del Consejo Nacional de Universidades, Presidente de la Asociación de Consejos de Rectores Universitarios de Latinoamérica y el Caribe (ACRULAC) y en la actualidad es coordinador de Kairós
