El presente de las humanidades

En un mundo cambiante los prefijos parecen haberse adueñado de nuestras Humanidades y con demasiada frecuencia utilizamos posthumanismo o transhumanismo para superar limitaciones intelectuales y responder a nuevas preguntas que proceden de la interdisciplinariedad entre Humanidades y tecnologías digitales

DOLORES ROMERO LÓPEZ


El otro día en clase un alumno de Literatura Contemporánea en el Grado de Historia del Arte de la Universidad Complutense de Madrid me preguntó qué ha aportado el siglo XXI a las Humanidades. A lo que le respondí sin dudarlo: digitalización, globalización y diferencia. Aunque pareció quedar conforme con mis explicaciones, mi cabeza ha seguido dándole vueltas a ese presente de las Humanidades en un mundo cambiante y en una sociedad cada vez más plural y compleja. 

Las lenguas, las literaturas, el arte, la filosofía, la historia, la religión se nutren del mundo y son alimento intelectual para cualquier sociedad. Los métodos y las teorías con los que las Humanidades analizan los textos, las imágenes o las manifestaciones orales y audiovisuales van evolucionando para adaptarse a las circunstancias dominantes en cada época. Así el nacionalismo y el idealismo nutrieron el espíritu romántico; el empirismo y el determinismo son la base sobre la que se asienta el realismo estético; el arte moderno capta lo transitorio, lo fugitivo, lo contingente y el posmoderno lo adapta a la fragmentación, la decanonización, el mercantilismo y las performances

Los lectores de Borges sabemos que toda biblioteca es “ilimitada y periódica” y que su centro es un proceso de búsqueda de conocimiento inabarcable e infinito

¿Y ahora qué, cómo y por qué? Los prefijos parecen haberse adueñado de nuestras Humanidades y con demasiada frecuencia utilizamos posthumanismo o transhumanismo para superar limitaciones intelectuales y responder a nuevas preguntas que proceden de la interdisciplinariedad entre Humanidades y tecnologías digitales. En ese nicho nacen a principios de siglo XXI las llamadas Humanidades Digitales como área de conocimiento emergente para potenciar el estudio de las ciencias humanas con métodos y herramientas de tecnología digital. Con el fin de dar acceso libre y gratuito a miles de documentos digitalizados, Biblioteca Nacional de España, con el apoyo de Red.es y Fundación Telefónica, digitalizó impresos, manuscritos, dibujos, mapas, atlas, etc. y, en 2008, se creó la Biblioteca Digital Hispánica para difundir el patrimonio cultural español y fomentar la investigación. En enero de 2020, la BNE contaba con más de 222.000 títulos de todas las temáticas, accesibles desde cualquier lugar del mundo. Otro caso extraordinario fue el de la Universidad Complutense que se convirtió en 2010 en socio del consorcio HathiTrust, que reúne más de 80 de las principales bibliotecas académicas y de investigación de EEUU, incluida la Library of Congress. El Patrimonio Digital Complutense cuenta con más de 75.000 libros digitalizados. Gracias a este convenio, los alumnos de la Universidad Complutense tienen acceso a 13 millones de volúmenes digitalizados procedentes de las principales universidades de Estados Unidos, accesibles a través de su cuenta de correo. Estos ejemplos se han ido multiplicando aquí y allá. La digitalización masiva, iniciada y fomentada desde nuestras grandes bibliotecas, requiere ahora de herramientas que hagan posible la lectura e interpretación de esos textos, datos y metadatos en las colecciones digitalizadas.

¡No nos abrumemos, pongámoslo en valor! Los lectores de Borges sabemos que toda biblioteca es “ilimitada y periódica” y que su centro es un proceso de búsqueda de conocimiento inabarcable e infinito. Es decir, la historia no está escrita; la reescribimos continuamente. Por eso hay que poder leer e interpretar todos esos libros digitalizados y ahora accesibles a una comunidad global. Se han desarrollado herramientas de reconocimiento óptico de caracteres (OCR) para automatizar la lectura de nuestro legado cultural y poder hacer búsquedas de términos específicos en un corpus seleccionado. Las Humanidades Digitales no solo han engrosado su objeto de estudio, también han cambiado la forma de leerlo e interpretarlo. Pongamos algunos ejemplos.

Los contenidos de esos libros digitalizados y cuyos caracteres ya son reconocibles para los ordenadores siguen su proceso de interpretación con herramientas digitales de anotación lingüística que permiten análisis sintácticos, estilísticos, de rasgos de autoría o de sentimientos y emociones. La Estilometría puede demostrar fehacientemente quién puede ser el autor de obras anónimas o apócrifas como el Lazarillo de Tormes o El Quijote de Avellaneda. Ya se ha aplicado la Estilometría al teatro del Siglo de Oro en un corpus de más de 2.700 obras y de más de 350 autores. Ya no leemos solo a Calderón, Lope y Tirso de Molina, los superamos. 

En una época donde la imagen domina la información, la visualización de datos, las cartografías digitales, las redes de socialización, las cronologías y los gráficos aportan perspectivas nuevas a través de la llamada lectura distante

Cada vez las preguntas se hacen más complejas porque avanzamos en el conocimiento. Hoy ya no creemos que en las “generaciones literarias” -la del 98, la del 14, la del 27- están compuestas solo por escritores porque tenemos acceso digital a un buen volumen de obras escritas por mujeres como Emilia Pardo Bazán, Julia de Asensi, Blanca de los Ríos, Carmen de Burgos, María Lejárraga y tantas otras voces rescatadas en Mnemosine, Biblioteca Digital de la otra Edad de Plata

En una época donde la imagen domina la información, la visualización de datos, las cartografías digitales, las redes de socialización, las cronologías y los gráficos aportan perspectivas nuevas a través de la llamada lectura distante. Los humanos aprendemos fácilmente con imágenes, con grafos. Pasen y vean cómo el grupo de investigación Bieses de la UNED representa las redes de sociabilidad de escritoras como Santa Teresa de Jesús.

La lengua española se convierte en el bien cultural más preciado de nuestro presente y de nuestro futuro pues es la base de la inteligencia artificial, que no solo debe estar en manos de tecnólogos, científicos y politólogos por su capacidad predictiva, sino que debe formar parte de la investigación de los humanistas para la interpretación de nuestros legados culturales. Confiemos en que su elección como Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica apoye también las iniciativas de los humanistas.

La digitalización está generando una transformación cultural comparable a la que promovió la imprenta entre los humanistas del siglo XVI. Las Humanidades Digitales han venido para quedarse entre nosotros porque nos permiten ver más, mejor y de forma diferente nuestro pasado, nuestro presente y nos proyectan al futuro. Vale.

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Enlace: https://doi.org/10.3145/epi.2020.nov.01 

Texto: “Digital Humanities in Spain”


Una persona sonriendo

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DOLORES ROMERO LÓPEZ Universidad Complutense de Madrid

LICENCIA FOTOGRAFÍAS

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