La Universidad de Indoamérica y Afro américa. Latinoamérica tiene el derecho y la obligación de producir conocimiento propio y apropiado

Cuzco. Perú. AGHM

En época de universidades globales construidas  a partir de modelos culturales y económicos de homogeneidad, persisten espacios universitarios latinoamericanos que revindican la interdisciplinariedad de los conocimientos desde el mestizaje y la riqueza cultural de sus regiones, sus habitantes, y de los saberes transmitidos. No podríamos jamás resolver con éxito desde la ciencia jurídica exclusivamente un conflicto que se plantea cuando un juez chileno condena por delito de usurpación de aguas a una persona mapuche por un acto que realiza donde entiende que el agua no es un recurso que está en el comercio sino que tiene un sentido cosmovisional y espiritual

ADÁN COSTA


La Ocasión

En una ocasión escuchamos afirmar a nuestro amigo y colega docente argentino de la Universidad Nacional de Rosario, el psicólogo Gustavo Rigoni, ante nuestros estudiantes, un poco como irreverencia, pero con mucho de agudeza de sentido, que la aparición de los estudios multidisciplinarios, interdisciplinarios y transdisciplinarios, hoy no estarían dando todas las respuestas que como sociedad esperamos de las academias. Por esa razón hay que ser in disciplinarios. Es una muy sugerente idea, que nos hace resonar el pensamiento.


Los estudios de enfoques múltiples fueron, entre otros sucesos como la publicación del libro “Introducción al pensamiento complejo” del sociólogo francés Edgar Morin en el año 1990, una respuesta superadora al enciclopedismo nacido alrededor de hace mil años en Europa, cuando Europa no se llamaba así aún, ni tampoco Francia, Alemania, España o Italia.


El médico y profesor chileno Benedicto Chuaqui Jahiatt  dijo al respecto del origen de las universidades que la palabra “universitas” fue creada probablemente en la Antigüedad europea por Cicerón, con el sentido de «totalidad» y deriva de “Universum”, que significa «reunido en un todo». Y razonó de la siguiente manera:..”originalmente fue la universitas magistrorum et.scholarium”. Esto es, la comunidad de maestros y alumnos; después, la universitas litterarum, es decir, la institución en que se reunía en un todo el saber.

la aparición de los estudios multidisciplinarios, interdisciplinarios y transdisciplinarios, hoy no estarían dando todas las respuestas que como sociedad esperamos de las academias. Por esa razón hay que ser in disciplinarios. Es una muy sugerente idea, que nos hace resonar el pensamiento

Las universidades nacieron como expresión del renacimiento intelectual iniciado en el siglo XI en torno a la filosofía y teología. Se formaron de las escuelas, principalmente de las escuelas catedralicias llamadas a dar una enseñanza superior.  El nombre oficial de la organización de esta enseñanza superior fue primero studium generale; generale no se refería a que se enseñaran todas las disciplinas, sino a que se admitieran estudiantes de todas partes. Los studia generalia, estos centros de educación superior eran de hecho, corporaciones de maestros y alumnos, y de ahí que pasaran a llamarse universidades. El nombre de studium generale compitió con el de universitas hasta fines de la Edad Media…”

 Resultaría interesante que retengamos provisionalmente la noción de que en los “estudios generales” que forjó la enseñanza superior universitaria, el eje no era el contenido (cuya base originaria fue para una comunidad política o filosofía, o bien, de creyentes o teología), sino que sus estudiantes procedan de todas partes, países, lugares y océanos con sus correspondientes atardeceres. Desde su origen la garantía de la evolución del conocimiento, es decir de la explicación que el humano se da a sí mismo y respecto de su entorno, estaba conectada directamente a la diversidad de lugares y latitudes desde donde viajaban los estudiantes. 

La teoría del pensamiento complejo supuso tener una opinión bien fundamentada sobre cualquier suceso o acontecimiento de la realidad, siendo necesario que la persona reflexione sobre todo lo que compone o integra cada suceso. Para el diccionario de la Real Academia Española, la multidisciplina es el manejo de varias disciplinas, abarcando el campo de estudio, pero manteniendo las disciplinas por separado. La interdisciplina, en tanto, es la cooperación de varias disciplinas en un estudio u otra actividad afín, en la cual las distintas disciplinas tienen un diálogo con el que interaccionan y encuentran un punto en común desde el cual basan su trabajo. Finalmente, la transdisciplina presupone un estudio de esta naturaleza, rompiendo los límites estancos que separan a cada una de las disciplinas para que de ese modo se vea la realidad de un todo, evitando estudios superficiales desde un sólo punto de vista. 

la garantía de la evolución del conocimiento, es decir de la explicación que el humano se da a sí mismo y respecto de su entorno, estaba conectada directamente a la diversidad de lugares y latitudes desde donde viajaban los estudiantes

Samana, Republica Dominicana. AGHM

La trama.

Si bien estamos escribiendo estas ideas desde la Argentina, pero, con sus matices, influencias y densidades particulares puede aplicarse a la enseñanza en las universidades latinoamericanas, todos estos valorables esfuerzos por superar el enciclopedismo y la escolástica con el cual se gestaron las ciencias y las universidades han justificado la necesidad de no encapsular, acotar académicamente los fenómenos sociales que estudiamos, aprendemos y enseñamos, analizarlos desde diferentes perspectivas disciplinares ya que todos conforman un entramado interconectado.

Así se ha pretendido acometer a los ecosistemas, cuando la extractividad forestal o minera, y las ciencias que los sostienen, avanzan sobre ellos. Cuando estamos en presencia de dilema nos exigen enfoques que trasciendan lo unidisciplinario y el intercambio de saberes disciplinares, cada unidisciplina cede su pretensión de hegemonía explicativa para encontrarse en un enfoque integral con un conjunto coral de disciplinas.

Pero es necesario seguir problematizando. Vamos a citar dos incidencias, una de ellas que tienen que ver con mi ámbito de prácticas profesionales como abogado. Las prácticas profesionales son las consecuencias de un conjunto de circunstancias, donde la formación científica o académica juega un papel. 

las universidades han justificado la necesidad de no encapsular, acotar académicamente los fenómenos sociales que estudiamos

No podríamos jamás resolver con éxito desde la ciencia jurídica exclusivamente un conflicto que se plantea cuando un juez chileno condena por delito de usurpación de aguas a una persona mapuche por un acto que realiza donde entiende que el agua no es un recurso que está en el comercio sino que tiene un sentido cosmovisional y espiritual. Lo que sería un litigio típico en materia de derecho penal, para hacer justicia, el fallo judicial que lo resuelva necesariamente debería estar escrito aparte del análisis normativo, desde sus dimensiones históricas, sociológicas, psicológicas, culturales e interculturales que le asignarán un contexto de explicación y sentido.

Desde otra naturaleza casuística, si un enfermo acude con una dolencia reumática a que un médico le ofrezca una respuesta farmacológica pero que no termina de sanarlo, podríamos preguntarnos ¿Qué le detendría a esta persona consultar a una “machi” mapuche a partir de un tratamiento del reuma con hojas de “litre”?

Resolver problemas desde un enfoque integral o complejo nos lo solucionaría, todo. Listo, cerremos el caso y vayamos a almorzar con nuestra conciencia en paz.

Pero no es hora, ni creemos que alguna vez sería la hora de cerrar los problemas, sino, todo lo contrario, abrirlos a nuevas soluciones. Aún en un enfoque integral, si seguimos haciéndole algunas preguntas veremos que éste podría hacer agua también.

Sigamos preguntando. ¿Dónde estamos? Como ya dijimos, en la Argentina, es decir, en la Latinoamérica. Para muchos, de adentro y de afuera de esta fascinante Región de nuestro planeta, sería algo absolutamente desdoroso, para otros, quienes pensamos en términos de la raza cósmica que soñó José Vasconcelos, o de los planteos de Rodolfo Kusch o Humberto Maturana, creemos que el lugar en sí es un principio de la solución.

creemos que el lugar en sí es un principio de la solución

Quito. Ecuador. AGHM

La Tarea

El escritor y filósofo mexicano José Vasconcelos, en 1925, abogó a favor del surgimiento de una nueva raza, la “raza cósmica latinoamericana”, un árbol con un tronco común a partir de las tres raíces: la india o indígena u originaria, la europea y la africana, que se fueron mezclando en América. El antropólogo argentino Carlos Martínez Sarásola, habla, al menos, de dos matrices, la “originaria” y la “hispano- indígena”.

Esta singularidad, esta raza, no sé expresa en sentido biologicista, sino más bien, en sentido espiritual ya que parte de la convicción de que la raza latinoamericana elabora una cultura de tendencias nuevas, de esencia espiritual y libérrima. Recordemos que en el siglo IV, Agostino d ́Ippona, a su vez, desde la provincia romana nordafricana de Numidia, lanzó una idea que todavía no fue suficientemente escuchada, al menos desde lo que ha propuesto Occidente en términos civilizatorios: “Nadie puede ser perfectamente libre hasta que todos lo sean”.

Más arriba hablamos que la universidad nació como tal, asignando un papel especial a los lugares de procedencia de sus estudiantes. Por esa razón, la Latinoamérica, en sus variantes etimológicas, acentuando los elementos indígenas en “Indoamérica”, o la negritud en “Afroamérica”, con cada uno de sus saberes ancestrales, populares, científicos, fueren sustanciales en la producción de conocimientos para la propia Latinoamérica y como propuesta de colaboración con la humanidad en su conjunto.

el saber académico o academicista latinoamericano, limitado dentro de una matriz cultural predominante donde se mueven las disciplinas, no dialoga lo necesario con otros saberes procedentes de sus propias raíces

Paradójicamente, el saber académico o academicista latinoamericano, limitado dentro de una matriz cultural predominante donde se mueven las disciplinas, no dialoga lo necesario con otros saberes procedentes de sus propias raíces.

Si admite, entre tanto, en 1975, la aparición de la denominación para América, gracias a su introducción por el líder indigenista aymara/boliviano, Takir Mamani recuperando el decir en lengua del pueblo de los gunas “Abya Yala”, como la “tierra que madura” o “en estado de florecimiento o Transformación”, pero lo hace de un modo folclorizado, adjetivo, ornamental, marginal y marginado. La predominancia sigue la matriz puramente europeo-occidental, y, desde el siglo XX, norteamericana. Cuando las disciplinas académicas no pueden resolver para lo que fuera creado, seamos indisciplinarios, diría Rigoni.

Así como la España ha discutido muy bien sus orígenes, si su nombre procede de los fenicios (“tierra de los metales”) o de los romanos (tierra de conejos), si el proyecto de nación española se generó con Alfonso X de Castilla en el siglo XIII, cuando las más divergentes de sus regiones catalanas, navarras aragonesas, gallegas, castellanas, vascas, asturianas, valencianas, extremeñas fueron consolidando y uniéndose a partir de las rutas de la ganadería y de la Mesta.

O cuándo las Coronas de Castilla y Aragón, junto con Andrés de Urdaneta regresando de su “tornaviaje” con las especias de Manila, y luego dispusieron de gran parte de la América entre sus mercedes. Este hecho, para muchos, fue el que creó y dio significado a la España. Y todo esto fue impactando necesariamente en los procesos de producción de conocimiento.

Latinoamérica tiene el derecho y la obligación de producir conocimiento propio y apropiado

América se debe esa discusión y la incorporación de los saberes a sus academias. Hay muchas explicaciones de tipo político y cultural, pero la más plausible, es que de algún modo se ha logrado poner a América a espaldas de sus orígenes.

En una facultad de medicina o de salud, una “machi” mapuche debería producir su conocimiento. Y su conocimiento debe ser socialmente valorizado, y no sólo por los centros financieros de producción medicinal toman sus conocimientos, de modo subterráneo y los incorporan a las fórmulas de sus fármacos. Eso sí, sin reconocimiento del origen, ni mucho menos pagando las regalías correspondientes, aunque por su sentido cosmovisional la machino las espere.

Una comunidad “qom” tiene el derecho de asistir a una evocación en Argentina del Día del Respeto por la Diversidad Cultural, cada 12 de Octubre a un Colegio de las Abogacías, y ser agasajadas.

La resolución del juez penal debería darse necesariamente desde una  perspectiva, cuánto menos intercultural e interjurídica, la cual es muy difícil porque su formación académica y la interpretación de las leyes no se han establecido decisivamente desde ese lugar.

Hoy la humanidad, la Latinoamérica, están compelidas perentoriamente a resolver los dilemas que les proponen la extracción del litio, el agua dulce, sus bosques y selvas, la sociedad digital y la inteligencia artificial. No se ha dado cuenta que aún lleva consigo la tarea pendiente de resolver éticamente sus orígenes, muchos proyectados en la producción de conocimientos, en sus disputas, contradicciones y hegemonías. La Latinoamérica tiene el derecho y la obligación de producir conocimiento propio y apropiado.


ADÁN COSTA, es abogado y responsable de la Agencia Siempro Sisfam Provincia de Santa Fe (Argentina), organismo nacional de información, evaluación y monitoreo de programas sociales

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