César Poyatos fue profesor de secundaria y ahora es profesor universitario. Nos cuenta su aventura, que ha seguido una trayectoria marcada por la vocación de enseñar.
CÉSAR POYATOS
¿Cómo un profesor de secundaria ha dado el salto a la universidad?
Estamos de celebración de un hito histórico. Es el V centenario de la primera vuelta al mundo. Una expedición sin precedentes que transformó la cartografía, la navegación y el comercio mundial.
Se acaban de cumplir cinco años desde que accedí a la universidad, primero como profesor asociado y actualmente como docente acreditado a tiempo completo. Supongo que en este punto os surgirán muchas preguntas ¿Cómo un profesor de secundaria ha dado el salto a la universidad? ¿Qué le ha impulsado a ello? ¿Qué pasos ha dado para lograrlo?
Rebobinemos al origen de este periplo. Crecí en el seno de una familia empapada por el mundo educativo. Soy fruto de la hibridación perfecta entre una madre maestra y un padre químico. Pronto descubrí mi vocación: profesor de física y química. Además mi hermana es pedagoga y maestra de primaria. Os podéis imaginar las sobremesas de los domingos con conversaciones sobre Vygotsky, el aprendizaje cooperativo o la competencia digital docente.
Colegio San Diego y San Vicente
Comencé mi aventura docente en el colegio San Diego y San Vicente, un centro educativo con una amplia diversidad sociocultural. Siguiendo el consejo de mi sabia madre me junté con las profesoras más veteranas: Ana y Perpe. Ellas fueron unas excelentes mentoras que me enseñaron el kit de supervivencia básico en secundaria: gestión de aula, evaluación formativa, acción tutorial, etc.
Pronto llegaron los ordenadores e Internet al colegio y con ellos nuevas asignaturas: Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y Tecnología Programación y Robótica (TPR). Como químico en el país de la titulitis me vi obligado a cursar un Máster oficial para poder habilitarme y así poder impartir las asignaturas tecnológicas. Así llegué al Máster Universitario en Tecnologías de la Información y la Comunicación en Educación y Formación de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).
A veces uno sabe cómo llega a un camino pero no dónde le va a llevar. A parte de mejorar mi competencia digital docente, el Máster me abrió una nueva ruta, la vía de la investigación. Cursé dos asignaturas de métodos de investigación y tras el Trabajo Fin de Máster (TFM) el capitán de navío Melchor Gómez me ofreció embarcarme en la expedición de doctorado. No era algo que necesitara para mi labor docente en secundaria pero me atraía el reto y los aprendizajes que conllevaba. Cinco años y un hijo después pude defender mi tesis con éxito.
El doctorado
El doctorado es un proceso de crecimiento y desarrollo continuo. Además te sirve para conectar con otros investigadores y abrir nuevas vías de investigación que conectan con tus intereses. El mismo curso que defendí mi tesis doctoral entré a la UAM como profesor asociado.
Compatibilizar la vida familiar, mi actividad profesional principal y las clases en la universidad es un puzle difícil de armar, pero si logras encajar las piezas el resultado es una experiencia única. La formación inicial del profesorado es mágica. Llevo muchos años en la formación permanente del profesorado en activo, pero formar a las futuras generaciones de maestras y maestros es muy especial.
El alumnado de los grados de Magisterio de Infantil, Primaria y doble grado tienen hambre por aprender y una ilusión contagiosa por aplicar todos los conocimientos adquiridos en sus futuras clases. Cada minuto que paso con ellos redescubro la profesión docente y encuentro sentido a mi labor profesional.
La universidad me permitió conectar en simultáneo dos mundos educativos habitualmente inconexos: la práctica real y el rigor de la investigación. Pronto comencé a sentir una enorme atracción hacia las investigaciones del grupo Educación Digital Innovación (EDI). Me embarqué activamente en expediciones que se concretaron en proyectos de investigación y de innovación docente que concluyeron en artículos en revistas de impacto, libros y congresos.
Trabajar entre dos mundos
Tomé conciencia de la importancia de la divulgación científica para que las investigaciones transfieran y mejoren los procesos de enseñanza y aprendizaje de colegios, institutos y universidades.
Esta travesía no fue idílica, me topé con muchos impedimentos y dificultades. El kraken de la carrera universitaria es la burocracia. Comencé a preparar mi acreditación a la figura de Contratado Doctor por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA). De repente tenía la necesidad de conseguir papeles acreditativos de todos los méritos de mi carrera profesional. Fue un verdadero infierno.
Al no venir de un perfil académico, tuve que realizar miles de llamadas, escribir cientos de correos electrónicos para conseguir certificados de conferencias, cursos, publicaciones que había realizado al inicio de mi carrera y que no los tenía documentados. Es la actividad profesional que más me ha desgastado con diferencia.
La acreditación
La acreditación marca un antes y un después en tu vida. A partir de ese momento te conviertes en un demandador empedernido de certificados incluso antes de llevar a cabo una ponencia, comunicación o participación en un proyecto. Antes de la acreditación me sumaba a iniciativas porque me gustaban y me ayudaban a crecer, ahora también por el papel acreditativo. Tras tres años y medio de docencia e investigación, logré la acreditación necesaria para poder concursar en las universidades a las plazas a tiempo completo.
Al principio de esta aventura no sabía dónde me iban a llevar mis primeros pasos, durante la travesía tampoco tuve una meta final claramente definida. Simplemente disfruté del viaje, de los aprendizajes que iba adquiriendo en el camino, del proceso de mejora continua. Esa búsqueda constante de respuestas me llevó hacerme nuevas preguntas y así en bucle en una espiral de crecimiento que me ha llevado a nuevas metas.
A Elcano y a Magallanes su expedición les abrió un nuevo paso, un nuevo océano y nuevas rutas que redefinieron el comercio mundial. No hay una única ruta fija para ser un docente universitario. Mi contexto y mi experiencia me hacen tener un perfil diferente. Mi objetivo actual es el de conectar de manera profunda mis dos mundos: universidad y escuela para la mejora de la formación inicial y permanente del profesorado. Aquí comienza la siguiente aventura de investigación y aprendizaje.
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