Un «currículum conectado» para la educación superior

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El marco del Currículo Conectado crea una lente, da forma a una ventana, a través de la cual la comunidad de la educación superior puede mirar de nuevo sus propias posibilidades. Permite iluminar la extraña y habitual separación entre educación e investigación en las estrategias y prácticas de las instituciones. En el centro del modelo se encuentra la orientación pedagógica que sustenta el enfoque del Plan de Estudios Conectado: el aprendizaje a través de la investigación y la indagación. 

DILLY FUNG


Las universidades en un mundo cambiante

En el contexto de un panorama global cambiante y del desarrollo de las nuevas tecnologías, las universidades se enfrentan a retos complejos. Como organizaciones con múltiples facetas y capas, necesitan, por un lado, lograr la sostenibilidad cultural y económica y, por otro, mantener la atención en múltiples objetivos.

El volumen y el impacto de la investigación de una institución siguen siendo, en muchas zonas del mundo, criterios clave de éxito.

Sin embargo, tanto en el Reino Unido como en el resto del mundo, las universidades educan a un número cada vez mayor de personas, por lo que tratan de desarrollar un ecosistema institucional que les permita ofrecer una educación excelente a los estudiantes y una investigación de alta calidad.

¿Cuál es la mejor manera de hacerlo?

Al abordar este reto, surgen preguntas fundamentales. ¿Para qué sirven ahora las universidades? Los que trabajamos en las universidades podríamos ignorar esta cuestión y optar por centrarnos simplemente en iniciativas rápidas e instrumentales destinadas a resolver problemas inmediatos: mejorar los índices de satisfacción de los estudiantes, por ejemplo, o mejorar la eficiencia operativa. 

Sin embargo, la toma de decisiones puede situarse de forma mucho más productiva en el contexto de la exploración de los valores y propósitos fundamentales.

Como dice Barnett (2016), tenemos que considerar de nuevo nuestras posibilidades y examinar qué es ser una universidad «auténtica» en el siglo XXI. Dentro de la compleja e interconectada ecología de los imperativos y las prácticas políticas, sociales, económicas y culturales, ¿qué queremos que sea nuestra universidad, nuestro departamento, nuestra investigación y nuestros programas de estudio impartidos?

Las universidades educan a un número cada vez mayor de personas, por lo que tratan de desarrollar un ecosistema institucional que les permita ofrecer una educación excelente a los estudiantes y una investigación de alta calidad.

Valores compartidos

En un sector educativo diverso, con participantes muy distintos de muchas naciones y orígenes, hablar de valores compartidos puede parecer en sí mismo un reto. Entre los interesados en la educación superior se encuentran los estudiantes actuales y potenciales, sus familias y comunidades, y todas las organizaciones (incluidas las organizaciones benéficas, los grupos comunitarios, las empresas, los organismos profesionales, los organismos de financiación y los gobiernos) que se benefician de la educación de los ciudadanos. 

Así pues, el abanico de personas que tienen interés en la educación superior es muy amplio. ¿Quizás los valores en relación con la finalidad de la enseñanza superior no son ni pueden ser compartidos? 

No cabe duda de que se perciben tensiones dentro de las universidades entre quienes ven la educación predominantemente en términos de formación en beneficio del éxito económico, ya sea del individuo o de la sociedad, y quienes conciben la educación como un conjunto más completo de prácticas culturales que tienen que ver fundamentalmente con el desarrollo y el «devenir» del ser humano, las relaciones humanas y el desarrollo de una «buena» sociedad. 

Un conjunto paralelo de tensiones se asocia a la investigación: ¿debe estar siempre orientada a la acción -a la resolución de problemas y a la obtención de un impacto demostrable en el mundo- o debe considerarse la investigación de forma menos instrumental, como una ampliación de los límites de lo que es posible saber y pensar?

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Ver el bosque

Estas tensiones relacionadas con los fines, las políticas y las prácticas de las instituciones de enseñanza superior están bien documentadas en la literatura académica producida por las universidades: el sector de la enseñanza superior se basa en muchas de sus disciplinas para comprometerse críticamente con sus propias características y prácticas como sector, produciendo argumentos matizados. 

Puede ser difícil para los participantes en la enseñanza superior -dirigentes, miembros del profesorado, personal profesional y estudiantes- ver el bosque por los árboles en este debate. Del mismo modo, a las partes interesadas externas -entre ellas, los gobiernos, los organismos de financiación, los empleadores y los padres- puede resultarles difícil comprender lo que el sector de la enseñanza superior, con sus diferentes grupos de misiones, está tratando de lograr.

La investigación: ¿debe estar siempre orientada a la acción -a la resolución de problemas y a la obtención de un impacto demostrable en el mundo- o debe considerarse la investigación de forma menos instrumental, como una ampliación de los límites de lo que es posible saber y pensar?

El Curriculum Conectado

El marco del Currículo Conectado crea una lente, da forma a una ventana, a través de la cual la comunidad de la educación superior puede mirar de nuevo sus propias posibilidades. Permite iluminar la extraña y habitual separación entre educación e investigación en las estrategias y prácticas de las instituciones. 

Es muy común que las declaraciones de misión y las estrategias de las instituciones traten las distintas vertientes de su actividad como si estuvieran separadas. La investigación y la formación de los estudiantes (o «aprendizaje y enseñanza») son las más destacadas de estas vertientes; otras áreas relacionadas son la ampliación de la participación, el intercambio de conocimientos, la empresa, el compromiso global y público y el aprendizaje permanente. 

Pero todos ellos se derivan de la educación y la investigación, que son las dos actividades principales, o contribuyen a ellas. Aprovechar las sinergias entre todas estas áreas no es una hazaña, y el auge de la llamada cultura de la auditoría en los últimos años podría decirse que lo ha hecho más difícil que nunca (Blackmore, Blackwell y Edmondsen 2016). 

Consideraremos brevemente las cuestiones relacionadas con la cultura de auditoría, antes de examinar el marco teórico y los valores que sustentan el marco multidimensional del Currículo Conectado. 

En el centro del modelo se encuentra la orientación pedagógica que sustenta el enfoque del Plan de Estudios Conectado: el aprendizaje a través de la investigación y la indagación.

El marco del Plan de Estudios Conectado: una visión general

¿Qué es el marco del Currículo Conectado? Se trata de un sencillo esquema gráfico (Figura 1.1), diseñado para ser un catalizador para: compartir las prácticas excelentes que ya se llevan a cabo en las instituciones de enseñanza superior, y estimular nuevas ideas creativas para enriquecer el plan de estudios y la experiencia de los estudiantes en general.

En el centro del modelo se encuentra la orientación pedagógica que sustenta el enfoque del Plan de Estudios Conectado: el aprendizaje a través de la investigación y la indagación. 

El argumento es que el modo de aprendizaje predominante -aunque no necesariamente exclusivo- para los estudiantes debe ser la investigación activa y, cuando sea posible, el compromiso con la investigación actual que está impulsando lo que se sabe en un campo particular. Sin embargo, como el conocimiento no se limita a los límites disciplinarios, esa investigación debe traspasar las fronteras tradicionales de las asignaturas para crear nuevos análisis y conexiones. 

Alrededor del núcleo hay seis dimensiones de práctica asociadas, cada una de las cuales destaca la necesidad de conectividad en un área concreta. 

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Fig. 1.1 El marco del Plan de Estudios Conectado 

1.Los estudiantes se conectan con los investigadores y con la investigación de la institución

Esta dimensión se centra en la importancia de invitar explícitamente a los estudiantes a conectar con los investigadores y la investigación como parte integral de su viaje de aprendizaje. Lo ideal es que los estudiantes tengan oportunidades regulares de conocer la investigación de su institución, así como otras investigaciones relevantes para sus estudios. 

Pueden, por ejemplo, afiliarse a grupos de investigación o investigar en profundidad el trabajo de un investigador. Al participar en estudios de investigación del «mundo real», se puede animar a los estudiantes a que empiecen a formular sus propias preguntas de investigación y a que exploren y critiquen lo que podría describirse como la vanguardia del conocimiento en su(s) disciplina(s) de estudio. 

El modo de aprendizaje predominante -aunque no necesariamente exclusivo- para los estudiantes debe ser la investigación activa y, cuando sea posible, el compromiso con la investigación actual que está impulsando lo que se sabe en un campo particular.

2. En cada programa se incorpora una línea de actividad de investigación

Cada programa de estudio debe diseñarse de manera que los estudiantes experimenten una secuencia conectada de actividades de aprendizaje que les permita, paso a paso, aplicar las habilidades y disposiciones necesarias para emprender investigaciones. 

Es necesario un equilibrio adecuado entre los módulos obligatorios y los optativos (o unidades de estudio), para que los estudiantes puedan establecer conexiones críticas y creativas entre elementos aparentemente dispares de su aprendizaje. El modelo de evaluación y retroalimentación en todo el programa, tanto formativo como sumativo, desempeña un papel clave en este sentido. 

En general, las actividades de evaluación y retroalimentación deben animar a los estudiantes a vincular diferentes aspectos de su aprendizaje, por ejemplo, pidiéndoles que utilicen diferentes temas y habilidades en un módulo final o pidiéndoles que trabajen en un portafolio curado. 

3. Los alumnos establecen conexiones entre las asignaturas y con el mundo

Esta dimensión se centra en la importancia de que los estudiantes establezcan conexiones conceptuales entre sus propias asignaturas y otras disciplinas. En los momentos apropiados del programa de estudios, deberían ser capaces de salir de su(s) disciplina(s) de origen, por ejemplo, estudiando con estudiantes y académicos de fuera de su campo de estudio principal. 

Los estudiantes no sólo pueden encontrar una serie de formas diferentes de investigar el mundo, sino que pueden estar preparados para enfrentarse a algunos de los complejos retos de la sociedad moderna, incluidas sus desigualdades sistémicas. 

Los estudiantes se benefician al conocer las perspectivas internacionales de sus disciplinas y al desarrollar una conciencia de las tradiciones de conocimiento de culturas diferentes a la suya. Al conectarse con otras disciplinas y con el mundo, los estudiantes pueden articular sus propios valores y considerar sus contribuciones actuales y futuras a la sociedad. 

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4. Los estudiantes conectan el aprendizaje académico con el aprendizaje en el lugar de trabajo

Los estudiantes deben ser capaces de conectar el aprendizaje académico explícitamente con las áreas de conocimiento, habilidades y enfoques necesarios tanto para el trabajo profesional como para el aprendizaje permanente. 

Su programa de estudios, en su conjunto, debe preparar a los estudiantes para la vida y el trabajo en un mundo en el que las innovaciones tecnológicas son la norma, y en el que las necesidades sociales y organizativas cambian rápidamente. 

Los estudiantes también deben ser cada vez más conscientes de que están desarrollando una rica gama de conocimientos, habilidades, valores y atributos para llevarlos a su vida profesional, y ser capaces de articularlos eficazmente. También pueden estar capacitados para entablar un diálogo crítico con otros sobre la aplicación del conocimiento a la sociedad basado en la evidencia. 

Su programa de estudios, en su conjunto, debe preparar a los estudiantes para la vida y el trabajo en un mundo en el que las innovaciones tecnológicas son la norma, y en el que las necesidades sociales y organizativas cambian rápidamen.

5. Los estudiantes aprenden a producir outputs – evaluaciones dirigidas a una audiencia

A través de algunos de los trabajos que realizan para ser evaluados por los profesores, los estudiantes pueden comprometerse explícitamente con audiencias externas. Algunas de sus evaluaciones pueden convertirse, de hecho, en «productos» de su investigación y búsqueda, que reflejan los producidos por los investigadores. 

El trabajo que producen los estudiantes debería variar en su forma a lo largo del programa, permitiéndoles desarrollar las prácticas digitales y las habilidades de comunicación necesarias para relacionarse con diversas audiencias. 

Lo ideal es que algunos de sus trabajos se desarrollen incluso en colaboración con comunidades locales o más amplias -ya sea en persona o en línea- y que hagan una contribución significativa a la sociedad. 

El objetivo es garantizar que los estudiantes tengan un sentimiento de pertenencia mientras estudian y de formar parte de una comunidad de aprendizaje e investigación inspiradora.

6. Los estudiantes se conectan entre sí, a través de las fases y con los ex alumnos

Los programas de enseñanza y las oportunidades cocurriculares deben permitir a los distintos estudiantes conectarse entre sí, tanto en el grupo de su año académico como a través de las fases de estudio. Esto puede cultivarse, por ejemplo, mediante el diseño de tareas de evaluación en colaboración y la organización de eventos departamentales. 

Los estudiantes de investigación de posgrado pueden tener oportunidades estructuradas para relacionarse con los estudiantes de los programas de enseñanza, por ejemplo, impartiendo seminarios sobre su trabajo emergente. 

Se puede ofrecer una tutoría entre iguales e invitar a los antiguos alumnos a participar como socios y asesores inspiradores. El objetivo de esta última dimensión es garantizar que los estudiantes tengan un sentimiento de pertenencia mientras estudian y de formar parte de una comunidad de aprendizaje e investigación inspiradora. La clave es trabajar en colaboración con los estudiantes y los antiguos alumnos para conseguirlo de forma auténtica y sostenible. 

Nota

«Universities in a changing world» es un fragmento de la obra «A connected curriculum for Higher Education» publicado por UCL Press

Joaquín Rodríguez: Traducción JR


Dilly Fung

DILLY FUNG, Professor of Higher Education Development en University College London

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