«Las herramientas para esta revolución en el aprendizaje que suponen las microcredenciales existen ya, están a disposición de todas las instituciones, sean universidades, sean empresas. A dónde se llegue con ellas, es cuestión de voluntad e interés» señala la ex directora de ANECA
Mercedes Siles Molina es catedrática de álgebra en la Universidad de Málaga. Su investigación se centra en álgebras no conmutativas, concretamente en las álgebras no asociativas y la teoría de anillos. Es una destacada profesional con una amplia experiencia en el campo de la educación y la calidad universitaria y ha contribuido significativamente al fortalecimiento de la enseñanza superior en España y otros países iberoamericanos. Mercedes es fiel defensora de la cooperación internacional y la equidad de género en el ámbito académico. Su compromiso se refleja en su papel en la adhesión de España al Centro Internacional de Matemáticas Puras y Aplicadas (CIMPA) y en su participación en iniciativas para promover la igualdad de género, lo que la convierte en una figura destacada en la comunidad científica.
¿Cuál ha sido el mayor impacto de la calidad en la universidad española en los más de veinte años de existencia que acumula?
Los más de veinte años de cultura de la calidad en las universidades españolas han servido para reforzar su potencial, hacer de ellas instituciones más transparentes, más competitivas, centradas en el alumnado, y estar consideradas al mismo nivel que el resto de las universidades europeas. La creación del Espacio Europeo de Educación Superior ha sido uno de los mayores logros comunes en Europa.
¿Cómo podemos desvincular el necesario aseguramiento de la calidad de la educación que reciben los estudiantes con la sensación de carga burocrática que tiene el profesorado?
Para que se reconozca una cualidad, debe tenerse y debe demostrarse que se tiene, y ello conlleva, necesariamente, esfuerzo y trabajo.
Las instituciones de educación superior tienen que cumplir unos requisitos mínimos de calidad establecidos por la legislación vigente, y otros, en función de sus objetivos. Para el reconocimiento de los logros, tanto de los obligatorios como de los voluntarios, una vez alcanzados, se han de seguir unos procedimientos y se debe demostrar, tanto que se han seguido dichos procedimientos, como que se han obtenido dichos logros. Todo ello conlleva trabajo, pensado y nombrado como carga burocrática.
Un trabajo que es necesario hacer, y que debe tener como objetivo dar la mejor educación posible. Cuando se analizan los procedimientos y los contenidos de la labor docente, se pueden detectar los fallos, así como las oportunidades de mejora. Ese es otro objetivo de los sistemas de aseguramiento de la calidad; también, velar por dicha calidad.
Para que se reconozca una cualidad, debe tenerse y debe demostrarse que se tiene, y ello conlleva, necesariamente, esfuerzo y trabajo
Las instituciones deben tener interiorizado el valor y el significado de la calidad, las metas que se han de alcanzar; desde el equipo rectoral, con la rectora o el rector a la cabeza, hasta la última persona que se haya incorporado. Deben velar y trabajar por la calidad, explicar convenientemente lo que es necesario hacer y lo que se hace al respecto (la buena comunicación es fundamental) y dar valor y reconocimiento al personal por el buen desempeño en su trabajo. Igualmente importante es simplificar los procedimientos al máximo.
Eso conlleva una labor continua de análisis y reflexión, que debe hacerse desde los puestos de mando (con la complicidad y la colaboración del resto de la institución). Existen herramientas para disminuir la burocracia y, por tanto, esa sensación de carga que se tiene. Ya he mencionado algunas. El uso de la tecnología es otra de ellas. También se pueden automatizar procesos y eliminar redundancias, destinar personal de apoyo. Y, con respecto al Sistema de Aseguramiento Interno de la Calidad (SAIC), perseguir como objetivo que la acreditación sea a nivel de toda la institución, no de centros o títulos, lo que también simplificará la carga de trabajo global de la institución.
¿Cómo podemos dar más relevancia al aseguramiento de los resultados de aprendizaje de los estudiantes en los procesos de calidad?
El aseguramiento de la calidad de las instituciones de educación superior está centrado en el alumnado, en que consiga los resultados de aprendizaje correspondientes. Son las instituciones las que tienen la responsabilidad primera de asegurarse de que los obtienen, mediante procedimientos adecuados, y con contenidos sólidos.
Cuando se establecen estándares claros, medibles, pruebas de evaluación diversificadas (no limitadas a un examen únicamente); cuando se analiza lo que se está haciendo y se proponen líneas de mejora, involucrando también a las y los estudiantes; cuando se valoran los resultados del aprendizaje y se fomenta una cultura de valor, una cultura de calidad, se potencia , se demuestra, que el centro del aprendizaje es, efectivamente, el estudiantado.
el sistema universitario español está en una posición muy buena para acometer el reto de usar las microcredenciales con objeto de proporcionar oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida
Es algo evidente que no todas las universidades proporcionan las mismas competencias a los estudiantes, incluso en los títulos de igual denominación. ¿Cómo podemos hacer más transparentes y accesibles a los estudiantes las diferencias entre las ofertas formativas?
La consulta al Registro de Universidades, Centros y Títulos (RUCT) nos da una idea de las titulaciones impartidas por las universidades; todas ellas cumplen los requisitos mínimos de calidad establecidos en el Espacio Europeo de Educación Superior. Las propias universidades explican en sus páginas web, y directamente en las sesiones informativas que organizan, su oferta formativa. Asimismo, las agencias de calidad publican las evaluaciones de dichas titulaciones. Todo ello da idea de las distintas ofertas formativas. Un trabajo por hacer es una plataforma comparativa de tales ofertas.
¿Cómo están reaccionando las universidades españolas frente a la apuesta de la Unión Europea por las microcedenciales? ¿Quién va a acreditar las microcredenciales en el ámbito universitario? ¿Y en el caso de las empresas u otros actores?
El ‘Estudio sobre el aseguramiento de la calidad en las Alianzas de Universidades Europeas, los Títulos Europeos y las Microcredenciales en el Sistema Universitario Español’, realizado por ANECA, que presentamos en julio de 2022, puso de manifiesto que el sistema universitario español está en una posición muy buena para acometer el reto de usar las microcredenciales con objeto de proporcionar oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida más flexibles y modulares, más inclusivas, accesibles a la mayoría de la sociedad. Es una gran oportunidad la que tienen las universidades por delante.
También otras instituciones, el de la enseñaza no es un campo limitado únicamente a las universidades. La Unión Europea habla de un enfoque de las microcredenciales para el aprendizaje permanente y la empleabilidad, para contribuir al reciclaje profesional y la mejora de las capacidades, y, para lograrlo, las universidades, las empresas, otras instituciones, son susceptibles de ofertarlas. El éxito va a depender de la voluntad, la flexibilidad y la calidad, con la que se acometa el reto.
En el evento de julio que he mencionado anteriormente, presentamos también el ‘Documento marco para el aseguramiento de la calidad de las microcredenciales’. Un trabajo muy sólido, motivador, en el que se explica con claridad y sencillez para qué son útiles las microcredenciales y cómo asegurar su calidad. Las claves son dos: asegurar la calidad del organismo o centro que imparte y expide la microcredencial, y asegurar la calidad de la propia microcredencial. Es lo que en ese documento se llama: asegurar la calidad externa y la interna, respectivamente.
La calidad externa queda asegurada con un Sistema de Aseguramiento Interno de la Calidad de la institución, el organismo, el centro, que imparta y expida la microcredencial. El programa AUDIT Internacional de ANECA, implantado y certificado en gran número de instituciones españolas y extranjeras, conduce al reconocimiento y la certificación de dicho sistema. Sobre la calidad interna, en el documento marco de ANECA se recogen de manera sintética los elementos que debe contener una microcredencial.
Las microcredenciales, como la formación, puede ofertarlas la institución que lo desee. Otro asunto es que esas microcredenciales cuenten con una certificación de calidad. El camino para obtener esa certificación es lo que he explicado anteriormente.
Las herramientas para esta revolución en el aprendizaje que suponen las microcredenciales existen ya, están a disposición de todas las instituciones, sean universidades, sean empresas. A dónde se llegue con ellas, es cuestión de voluntad e interés.
Las agencias de calidad tienen un papel importante en lo que se refiere a la supervisión y aseguramiento de la calidad, pero no deciden las normas para la selección de profesorado, ni para la implantación de títulos
¿Servirán las microcredenciales para una efectiva implicación del sistema universitario en la lógica del aprendizaje a lo largo de la vida?
Servirán si el sistema universitario las aborda con flexibilidad y amplitud de miras, sin olvidar que no puede ponerlas en marcha a coste cero. Como he dicho antes, las herramientas están. Ahora, se trata de usarlas, promoviendo la participación del colectivo universitario, al que se debe reconocer y recompensar convenientemente por ello.
¿Cuáles son los límites de la intervención de las agencias de calidad frente a la autonomía universitaria en temas esenciales para su funcionamiento como la selección del profesorado o la implantación de títulos?
Las agencias de calidad no deciden qué profesorado selecciona una universidad ni qué título se implanta. En modo alguno interfieren en la autonomía universitaria.
Hasta nueva orden, en lo que se refiere al personal funcionario, ANECA acredita para optar a una plaza de titular o a una de cátedra siguiendo el mandato recogido en los correspondientes reales decretos. En lo que respecta al personal laboral, la Agencia Nacional hace una evaluación curricular de las solicitudes recibidas y emite un informe. Son las universidades las que ofertan las plazas y las que, a través de los distintos comités evaluadores que se nombran, seleccionan al profesorado. Sobre los títulos, no son las agencias de calidad las que deciden qué títulos se implantan.
Las agencias de calidad tienen un papel importante en lo que se refiere a la supervisión y aseguramiento de la calidad, pero no deciden las normas para la selección de profesorado, ni para la implantación de títulos. Son responsabilidades que tienen los gobiernos Nacional y Regional, así como las propias universidades.
las agencias se encargan de comprobar que se cumplen los requisitos establecidos por la ley y de emitir los informes correspondientes, así como de hacer seguimiento para el aseguramiento de la calidad
Hace poco más de un año el Observatorio del sistema universitario (OSU) ponía de manifiesto con datos del Sistema Integrado de Información Universitaria (SIIU) que apenas el 18% de las universidades españolas cumplían con los requisitos establecidos en Ley Orgánica de Universidades en cuanto a su personal docente. ¿Hasta qué punto las agencias regionales que acreditan y certifican las condiciones en que se imparten los títulos oficiales son corresponsables de esta situación?
Si se refiere al documento “¿Qué puede llamarse universidad?”, el estudio no puede tomarse como referente para extraer conclusiones del Sistema Universitario Español. Ese trabajo tiene enfoques de partida, como la forma de contabilizar el profesorado a tiempo completo, que pueden llevar a errores en las deducciones.
Con respecto a la responsabilidad de las agencias de calidad en los títulos oficiales, las agencias se encargan de comprobar que se cumplen los requisitos establecidos por la ley y de emitir los informes correspondientes, así como de hacer seguimiento para el aseguramiento de la calidad. Es decir, las agencias verifican y evalúan. Son las universidades las principales responsables de que las titulaciones que ofertan tengan la máxima calidad, contando para ello con los mejores recursos disponibles. Las agencias no tienen capacidad de legislar ni de asignar recursos para corregir deficiencias identificadas.
Hoy día es difícil imaginar una experiencia de aprendizaje universitaria que no sea en mayor o menor medida híbrida. Dos cuestiones: ¿Cómo conseguir que las universidades usen la tecnología de manera adecuada para mejorar el aprendizaje de sus estudiantes? ¿Cómo evitamos que las universidades usen la digitalización para reducir costes sin valorar el impacto en el aprendizaje de los alumnos?
La tecnología está al servicio de las personas, y debe ser aprovechada por las universidades para beneficio del alumnado y de la sociedad. El uso adecuado de la tecnología para fines de mejora del aprendizaje es responsabilidad del profesorado y de las instituciones. Un uso de ella que dé como resultado que no se adquieran los resultados de aprendizaje comprometidos por la titulación y la institución que la propone, puede dar lugar a un informe negativo de seguimiento por parte de las agencias de calidad, y a la no renovación de la acreditación de dicha titulación por parte de la autoridad competente.
Las universidades pueden proporcionar a sus docentes formación en el uso de las tecnologías; diseñar experiencias de aprendizaje contando con medios tecnológicos; hacer seguimiento, evaluación y propuestas de mejora de la actividad docente llevada a cabo con herramientas digitales, así como del aprendizaje resultante; y obrar en consecuencia.
Por su parte, son las autoridades las que deben legislar convenientemente para proteger el aprendizaje ante un uso inadecuado de las tecnologías.
La tecnología está al servicio de las personas, y debe ser aprovechada por las universidades para beneficio del alumnado y de la sociedad
¿Qué podemos hacer desde los sistemas universitarios frente a los fenómenos globales de plataformización del aprendizaje?
El fenómeno del aprendizaje a través de plataformas es imparable. Lo que debe hacerse desde los sistemas universitarios es ofrecer una enseñanza de calidad con reconocimiento internacional. Esta enseñanza no tiene por qué limitarse a las enseñanzas oficiales y las propias. Las instituciones deben sumarse a los beneficios de usar la tecnología para enseñar, para llegar a más personas, deben explorar nuevas vías, nuevas propuestas, y ofrecer calidad. Es mucho el conocimiento que atesoran, y tienen la oportunidad de revalorizarlo y aprovecharlo para beneficio de la sociedad.
¿Cuál es el próximo paso previsto para Docentia?
Con la actualización del programa DOCENTIA, que hace especial énfasis en el marco de desarrollo profesional docente, ANECA ha sentado las bases para la puesta en marcha de un futuro sexenio docente, siguiendo el plan trazado por el Ministerio de Universidades y la Agencia. Este sexenio es un plus para premiar la dedicación y el esfuerzo del profesorado. El siguiente paso es que el ministerio con competencias en universidades legisle para la puesta en marcha del sexenio docente.
¿Qué ha supuesto el sistema de AUDIT internacional para posibilitar la cooperación entre las universidades latinoamericanas y las españolas?
AUDIT Internacional es una herramienta muy potente para asegurar la calidad de las instituciones, nacionales e internacionales. No solo se centra en los sistemas de aseguramiento interno de la calidad, sino que sirve a dichas instituciones para ir más allá y lograr objetivos ambiciosos tanto en docencia como en investigación y en transferencia, teniendo, además, muy presente, alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible en sus tres dimensiones: social, medioambiental y de buen gobierno.
A partir del programa AUDIT, creado para las instituciones nacionales, surgió AUDIT Internacional, con una mirada más flexible, adaptable a centros e instituciones internacionales, que, además, incluía otras dimensiones, además de la de la docencia.
Una reflexión en profundidad hizo que ANECA se planteara proponer un único programa a nivel nacional e internacional. Este es el nuevo AUDIT Internacional, nacido en 2022. Con él, los sistemas nacional e internacional se hacen comparables y compatibles. Véase el “Estudio sobre el aseguramiento de la calidad para el reconocimiento de periodos de estudio y títulos de educación superior en Iberoamérica”, presentado en la UIMP en septiembre de 2022, donde se encuentran elementos comunes de los sistemas iberoamericanos. Estos elementos los recoge AUDIT Internacional.
AUDIT Internacional es una herramienta muy potente para asegurar la calidad de las instituciones, nacionales e internacionales
Otro gran potencial de este programa es que tiene como objetivo, para aquellas instituciones que así lo quieran, la acreditación institucional de toda la institución. Las universidades españolas tienen como reto tener un Sistema de Aseguramiento Interno de la Calidad (SAIC, también llamado SGIC -Sistema de Garantía Interna de la Calidad-) de toda la institución certificado, no centro a centro. El programa AUDIT Internacional se lo permite.
Las menos ambiciosas, o las que no consideren oportuno embarcarse en esa tarea, pueden usar AUDIT Internacional para el aseguramiento interno de la calidad de sus centros. Una bondad más de este programa es que teniendo el SAIC certificado tienen cubierto uno de los dos requisitos para expedir microcredenciales con calidad certificada. El otro es que la microcredencial cumpla unas condiciones mínimas, como hemos indicado anteriormente.
Añadir que el programa AUDIT Internacional también se actualizó con el propósito de compatibilizarlo y que la institución pueda obtener con menor burocracia y mayor calidad un sello internacional de calidad como el ENPHI, de Enseñanzas no presenciales e híbridas; el de Medicina de la WFME; el EURACE de Ingeniería, el EUROINF de Informática, o el EUROLABEL de Química, entre otros.