José Antonio Cordón:»La edición en abierto cada vez se identifica más con la edición científica»

Una lengua sin producción científica es una lengua muerta. Las editoriales universitarias cumplen una función que va más allá de las necesidades curriculares de los miembros de su claustro, son una pieza fundamental en defensa de la cultura de su comunidad, como nos recuerda en la entrevista José Antonio Cordón, Catedrático de la USAL. Sin ciencia no hay cultura.

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Compartir una lengua es compartir una cultura y una visión del mundo. Tal vez sea ilusorio pensar en una comunidad global de aprendices unidos por el hecho de compartir el español, pero tambien sabemos que difícilmente puede sobrevivir una cultura sin que su lengua sea una lengua de creación y comunicación científica. Como sabemos que es imposible hablar de justicia epistémica sin construir la ciencia desde la lengua nativa y que para interactuar la comunidad científica con los problemas de su sociedad necesita comunicarse con ella en su idioma.

José Antonio Cordón, Catedrático de la Universidad de Salamanca, es una referencia en el mundo de la edición en español, ha dedicado una buena parte de su carrera al estudio y fomento de la difusión digital de los contenidos cientícos en las universidades españolas, en especial a lo que el mismo en uno de sus libro llamó «La revolución del libro digital». En su labor en defensa del libro y la lectura podemos destacar su impulso a un proyecto que está cambiando la visión editorial universitaria como es el «sello de Calidad de la Edición Académica», que en sus palabras «ha conseguido aproximar los criterios de valoración relacionados con las monografías, que carecían de sistemas de evaluación propios, a los tradicionales de las revistas, ampliamente utilizados, casi con exclusividad, para la valoración del curriculum académico»

Detrás de sus declaraciones aparece una duda que tendremos que resolver entre todos, ¿están haciendo los poderes públicos lo suficiente para defender el español en la ciencia?

¿Cómo valorarías la evolución y la visibilidad de la edición académica española en los últimos años?

En estos últimos años se han producido cambios importantes en el discurrir de la edición académica, motivados por las innovaciones tecnológicas y por la filosofía de las políticas editoriales, sobre todo en las administraciones universitarias. En este sentido habría que distinguir la productividad, de la comercialización, y los libros, de las revistas y de otros medios de comunicación académica. En general, la edición digital ha facilitado las tareas de publicación y con ello la visibilidad de la obras, que se ha incrementado considerablemente, favorecida por el crecimiento de los lugares donde el acceso abierto va cobrando cada vez más importancia.

Sitios como Directory of Open Access Books, y otros portales similares, les confieren una gran proyección a las obras incluidas. Pero aunque la producción se vaya incrementando, fruto de la necesidad de publicar de los investigadores y de una cierta inercia curricular del mundo académico, la circulación y uso de estas, sigue unos patrones restringidos por la especialización que sigue constituyendo un muro infranqueable para la rentabilidad de este tipo de edición.

¿Qué significa el sello de Calidad de Edición Académica? ¿Qué parámetros se tienen en cuenta y cómo pueden contribuir a la visibilización del trabajo de las editoriales?

El sello de Calidad de la Edición Académica ha conseguido aproximar los criterios de valoración relacionados con las monografías, que carecían de sistemas de evaluación propios, a los tradicionales de las revistas, ampliamente utilizados, casi con exclusividad, para la valoración del curriculum académico.

Su valor estriba en la capacidad de homogeneización de los indicadores de calidad para todos las colecciones que se desarrollan por parte de las editoriales, y en su función de orientación para implementar planes de mejora en las mismas. Esta pretensión “educativa” ha conseguido mejorar los procesos de edición en muchas editoriales, incidiendo en los procedimientos de selección de originales, en la transparencia de estos y los rendimientos que obtienen las obras publicadas.

la especialización que sigue constituyendo un muro infranqueable para la rentabilidad de este tipo de edición

¿Qué importancia atribuirías a la edición en nuestras lenguas cooficiales? ¿Por qué es importante apoyar la edición multilingüe para la difusión de los resultados de la investigación?

Existe un sesgo muy importante en la difusión de los resultados de investigación por lenguas. En términos de investigación científica el inglés es la lengua predominante, sobre todo porque los sistemas de medición de la ciencia, los factores de impacto y similares, se concentran en empresas que trabajan en ese idioma. Por lo tanto todos los investigadores que pretendan alcanzar visibilidad y proyección en sus investigaciones están abocados a publicar en revistas bien situadas en los ranking de impacto, la mayoría de las cuales son angloamericanos o publican en inglés.

Esto constituye un inconveniente muy serio para los idiomas que podíamos considerar minoritarios o sin serlo, como el español, situados en el extrarradio del sistema. Hay pocas revistas a las que se pueda acudir con buenas posiciones en los rankings de Wos, Scopus, etc. que estén publicadas en otros idiomas.

Por lo tanto la decisión de publicar en las lenguas cooficiales reviste un carácter más político que científico, está bien como reivindicación de una cultura científica particular, pero una publicación en euskera, gallego o catalán será irrelevante si no aparece también en inglés.

¿En qué estado de digitalización se encuentran nuestras editoriales universitarias? ¿Han sido capaces de rediseñar sus procesos, incorporar etiquetados y metadatos, asumir estándares?

El proceso ha sido lento, pero está cada vez más asumido por parte de las editoriales universitarias que el futuro es digital, o que el futuro es también digital. Aunque la edición impresa sigue jugando un papel importante, la edición simultanea en ambos soportes es cada vez mas frecuente y, en el caso de las revistas, por ejemplo, se va imponiendo el formato digital sobre el impreso.

En cuanto a los procesos se puede decir que la digitalización se ha generalizado y que el uso de estándares de publicación comunes es una pauta incorporada por la mayoría de las editoriales universitarias españolas. La carencia de estas prácticas, por ejemplo, impediría a una editorial poder obtener el sello de Calidad.

la decisión de publicar en las lenguas cooficiales reviste un carácter más político que científico, está bien como reivindicación de una cultura científica particular, pero una publicación en euskera, gallego o catalán será irrelevante si no aparece también en inglés

¿Qué relación tienen la edición universitaria española con la Iberoamericana? ¿Por qué podría ser interesante cartografiar el mapa completo de la edición académica en español?

La relación es rica y con una proyección cada vez mayor. Los sistemas de intercambio ya habían establecido unas rutinas de colaboración bien engrasadas, que se han visto favorecidas por la disponibilidad digital de los títulos de ambos lados del Atlántico.

La idea de cartografiar la edición académica en español es muy interesante, no solo para contar con una herramienta de gran utilidad para los investigadores, sino para potenciar el papel de la investigación desarrollada en español y propiciar igualmente la creación de herramientas de evaluación que palien los inconvenientes aludidos anteriormente por el sesgo del idioma.

¿Es el asociacionismo importante en la edición académica? ¿Qué papel está jugando la Unión de editoriales universitaria españolas UNE al respecto?

El papel del asociacionismo ha sido fundamental para darle visibilidad a la edición académica, y para generar impacto en un medio tan competitivo como es el mundo editorial. La UNE en este sentido ha sido fundamental, no solo a través del conjunto de actividades que desarrolla, sino sobre todo porque ha conseguido situar a la edición universitaria en un lugar privilegiado de las publicaciones científicas españolas, proporcionándoles ventanas para el conocimiento de sus autores y obras, y herramientas para una evaluación ecuánime de las mismas.

¿Cómo valoras casos de edición en abierto como el de la UCL Press que ha apostado por la adopción de los principios del Open Access? ¿Los crees extensibles a nuestra realidad?

Completamente. La edición en abierto cada vez se identifica más con la edición científica. Las políticas científicas de todos los países ya están recorriendo esa vía, como ocurre con el Plan S y otras iniciativas, y el futuro de la edición científica estará determinado por el mayor o menor grado de apertura de esta.

¿De qué manera vincular los esfuerzos de la edición académica con las recomendaciones sobre la ciencia abierta y las universidades elaboradas por organizaciones como la European University Association o la League of European Research Universities?

Las universidades son cada vez más conscientes de las obligaciones que han de asumir con respecto al acceso abierto. La existencia de repositorios institucionales en todas ellas cubren en parte esta pretensión, pero además cada vez son más las universidades que integran el camino contemplado en el acceso abierto como parte integrante de su visión y de su misión en relación con la sociedad.

La idea de cartografiar la edición académica en español es muy interesante para potenciar el papel de la investigación desarrollada en español y propiciar igualmente la creación de herramientas de evaluación que palien los inconvenientes aludidos anteriormente por el sesgo del idioma

¿Cómo implicar a los profesores y a los investigadores para impulsar este modelo de edición abierto, accesible y alineado con los objetivos de las instituciones universitarias?

Los profesores están ya muy implicados en los procesos relacionados con el acceso abierto, bien porque lo propicien ellos mismos en las revistas que dirigen o participan, bien porque sus universidades lo integren como posibilidad de publicación gracias al apoyo económico que ofrecen para aquellos trabajos que han optado por este formato.

Pero quizá el argumento más decisivo para un profesor sea la evidencia de que las publicaciones en abierto reciban muchas más citas que el resto.

¿Qué trabajo queda hacer en la comunicación para que la sociedad perciba el interés y el valor que este tipo de edición puede tener para la resolución de los grandes problemas que le preocupan?

El trabajo de comunicación es muy complicado respecto a la edición académica, por cuanto sus usuarios naturales constituyen un sector reducido y muy especializado. Es cierto que la inserción de noticias sobre hallazgos científicos, resultados de proyectos de investigación, o resolución de problemas de todo tipo, ha encontrado una buena acogida en los medios de comunicación que suelen tener secciones o programas dedicados a estos temas.

Pero el tratamiento suele ser breve y superficial. En realidad la mejor vía es la de la educación, la prescripción y la recomendación, poco practicada con las obras científicas en los diferentes niveles educativos.


Entrevista Joaquín Rodríguez @futuroslibro

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