Francisco Michavila: «Las normas universitarias españolas deben evolucionar a una legislación basada en la confianza»

«Sin una autonomía plena no llegará a ser la Universidad excelente que deseamos. No solo con una autonomía formal, donde la Universidad decida no solo en la ordenación de sus estudios, sino que, también, lo haga en los temas referidos a su plantilla y sus decisiones económicas, dentro de un marco general de legalidad común». señala el primer rector de la Universidad Jaume I.


Es difícil encontrar referentes en el sistema educativo español con la autoridad moral y la legitimidad profesional que reúne Francisco Michavila Pitarch.

Este hijo predilecto de Castellón de la Plana desde sus puestos como Catedrático de Matemática Aplicada en la Universidad Politécnica de Madrid, rector fundador de la Universidad Jaume I, Secretario General del Consejo de Universidades, partícipe relevante en el tan añorado “Informe Universidad 2000” liderado por el rector Bricall, fundador y director de la Cátedra UNESCO de Gestión y Política Universitaria hasta noviembre de 2017 y Consejero de Educación en la representación permanente de España ante la OCDE, la Unesco y el Consejo de Europa, ha demostrado una preocupación constante por la búsqueda de una sociedad más libre y equitativa desde el impulso que sólo puede dar la educación.

Además, Francisco Michavila ha combinado la capacidad de creación y gestión con una excepcional labor; la de documentar su experiencia. Así, nos ha dejado un sin fin de libros y artículos que son un referente para cualquiera que quiera estudiar y comprender la Universidad en España.

Sus penúltimas obras, pues pronto verá la luz un nuevo libro, tiene un carácter muy distinto entre sí. Por un lado, “Mi París”, un relato de vivencias en el que comparte la fascinación de una generación por París, la ciudad de la libertad, la ciencia y la Universidad que tanto añorábamos en España. Por otro, “Algunas debilidades del sistema educativo español” , con Antonio Narejos , una aproximación desde la experiencia en la OCDE y UNESCO a las urgencias de nuestro sistema educativo.

¿Qué podríamos hacer para mejorar la profesionalización de la gestión de las universidades en España?

Creo que en los últimos años ha mejorado bastante. Sobre todo, en las unidades centrales de las universidades (rectorado y unidades anexas), pero quedan mucho por hacer en los entornos próximos a la docencia, como son los departamentos donde el apoyo a las tareas de gestión y administrativas es insuficiente y descansan en gran medida en su realización a cargo del profesorado. Esa insuficiente dotación es uno de los puntos débiles actuales en la profesionalización de la gestión académica.

«Es una opinión repetida que la gestión académica es como pastorear gatos: difícil y, en última instancia, sin sentido», señalaba recientemente Elena Arias responsable de educación en el BID y miembro del Consejo Asesor de “Es de ES”.  Desde su experiencia, ¿realmente es tan difícil organizar, priorizar y, en último término, hacer las cosas de manera razonable y equitativa en la Universidad?

No, en absoluto, en la Universidad es dónde debiera ser más fácil lograrlo, por ser la institución que se fundamenta en el uso de la razón. Me espantan las tensiones entre los profesionales académicos y los que son responsables de la gestión y los asuntos administrativos. No hay pocos que ven a las unidades centrales como rivales y solo interesadas en sus dotaciones. La razón única de una buena Universidad ha de radicar en que su docencia y su investigación sean excelentes. Ese ha de ser el objetivo común de sus trabajadores, profesores y personal técnico y de apoyo.

Creo en la separación radical de las labores de docencia e investigación y las de gestión

¿Cuál cree que debe ser la línea de separación entre las funciones del PDI y del PAS? ¿Dónde termina el compromiso del servicio con la comunidad y empieza la ineficiencia en el uso de los recursos?

Creo en la separación radical de las labores de docencia e investigación y las de gestión. Los profesores deben ocuparse de su misión académica en exclusiva, por la que se han sentido atraídos a la hora de incorporarse a los claustros universitarios. Para ello es fundamental que existan mecanismos ágiles de transparencia en toda la comunidad universitaria. Que la información circule con fluidez, y se puedan corregir los errores que se puedan cometer y las anomalías detectadas a la mayor brevedad posible.  

En paralelo, es recurrente la queja del profesorado en relación a la creciente carga de tareas administrativas que tienen que asumir, ya no sólo en ámbito de investigación, sino también en el de la docencia. ¿Cómo podemos enfrentarnos a la lacra de la burocratización?

Probablemente no se ha realizado la descentralización suficiente de la gestión y del personal encargado de la misma a las unidades docentes e investigadoras, a los departamentos, como si hubiese un miedo a perder poder o influencia.

Es muy importante distinguir entre la capacidad de gobierno y la responsabilidad administrativa y la supervisión de los técnicos encargados de las tareas correspondientes. Cuanto más tiempo de los profesores se libere de los temas burocráticos mucho mejor, así lo podrán dedicar a favorecer una educación más activa de sus estudiantes, y no solo a impartir docencia en las aulas.  

Cuanto más tiempo de los profesores se libere de los temas burocráticos mucho mejor, así lo podrán dedicar a favorecer una educación más activa de sus estudiantes

¿Qué tendríamos que cambiar para tener unas estructuras administrativas más robustas en las universidades

La transparencia que he dicho con anterioridad. Ello lleva a la publicidad de cuanto se hace, de la distribución de las cargas de trabajo y al conocimiento por parte de toda la comunidad universitaria de las decisiones que se tomen. De su adecuación al marco normativo, de su bondad para el correcto funcionamiento de la institución y de su benéfico efecto sobre los resultados docentes e investigadores que se obtengan.

La regulación de las comunidades autónomas, incluso de la propia ley de universidades, están construidas desde el principio de desconfianza hacía la Universidad. Además, apenas se han desarrollado las especificidades en su gestión, que estarían justificadas en el autogobierno de las universidades reconocido constitucionalmente. ¿Por qué la gestión de la Universidad genera tantos recelos?

Las normas universitarias españolas deben evolucionar desde una legislación basada en la desconfianza a otra que lo sea en la confianza. Sin una autonomía plena no llegará a ser la Universidad excelente que deseamos. No solo con una autonomía formal, donde la Universidad decida no solo en la ordenación de sus estudios, sino que, también, lo haga en los temas referidos a su plantilla y sus decisiones económicas, dentro de un marco general de legalidad común. Como templo del saber, como la denominaba Miguel de Unamuno, es temida por no pocos políticos que no gustan de los espíritus libres.

Todos, docentes y no docentes han de considerarse artífices de la obra colectiva

La investigación y la docencia actual demandan de manera creciente saberes que debe aportar un personal de administración y servicios cada vez más especializado. ¿Cómo podemos conseguir una mayor integración entre el PAS y el PDI?

Con mucha comunicación y estimulando el sentido de compartir un proyecto común, que es apasionante como pocos puedan encontrarse en el mundo laboral. Todos, docentes y no docentes han de considerarse artífices de la obra colectiva. Esa es una misión especial para los dirigentes de la institución.

¿Cómo profesionalizamos las tareas de los Consejos Sociales?

Replanteando la elección de sus miembros, mediante una revisión de los perfiles idóneos y su dedicación a su tarea como miembros de los Consejos. Además, con la independencia absoluta de algunos de los miembros externos respecto a los gobernantes que los nombran. No se trata de controlar a las universidades sino de favorecer sus tareas; para ello, los consejos sociales han de integrar auténticos embajadores suyos, que expliquen a la Sociedad qué se hace en la Universidad y, a la vez, ayuden a buscar fuentes adicionales de financiación. 

¿Saben los políticos que función quieren que cumpla la universidad en la sociedad?

Hay que preguntárselo a ellos.  


Alfonso González Hermoso de Mendoza

Espacios de Educación Superior está dirigido a poner en contacto a las personas e instituciones interesadas en la sociedad del aprendizaje en Iberoamérica y España.