«La Universidad está permanentemente expuesta a distintos riesgos de cambios involutivos, tanto en el terreno social como político e incluso científico. Las crecientes corrientes de negacionismo científico procedentes de muy distintos ámbitos, instituciones, medios de comunicación y formaciones políticas, ponen en peligro el papel constructivo, educacional, científico, etc. que tienen las universidades.» Señala Jesús Lizcano Álvarez.
Jesús Lizcano Álvarez es un destacado economista español con una sólida trayectoria académica y un profundo empeño con la transparencia y la ética en la gestión pública en España. Su compromiso con la sociedad y su liderazgo en organizaciones clave lo han convertido en un referente en la promoción de valores fundamentales en la administración pública y la toma de decisiones.
Su trayectoria profesional es muy extensa, es catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid y académico de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras. Además, es cofundador y expresidente de Transparencia Internacional España, así como director de la revista Encuentros Multidisciplinares.
Cuando en 1999 bajo su dirección inició su actividad la revista “Encuentros Multidisciplinares” (EEMM) el Informe Bricall iniciaba su ilusionante elaboración, la Declaración de Bolonia cambiaba el entorno universitario con la creación del Espacio Europeo de Educación y dos años después la ley orgánica de universidades dotaba de un nuevo marco regulatorio. ¿Qué nos ha dejado todo este impulso transformador que rodeó la Universidad coincidiendo con el principio de siglo?
La declaración de Bolonia y la creación del Espacio Europeo de Educación marcaron un antes y un después en la evolución histórica de la universidad en los países europeos, y de forma muy significativa en España.
Entre los muchos efectos y cambios que surgieron de este proceso inicial, se encuentra el cambio y la unificación de los calendarios académicos en las universidades, la nuevas concepciones y metodologías educativas y de control académico, los títulos universitarios, así como el muy importante proceso de intercambio y permeabilidad entre los estudiantes de unos y otros países a través del programa Erasmus, cuyos efectos positivos en la formación, en la educación y en el nivel cultural de miles de estudiantes cada año han construido un Espacio europeo más sólido y una conciencia más firme de la idea de Europa entre los propios estudiantes, en sus familias y entornos, y en los ciudadanos en general.
Es por ello que tenemos que estar en Europa tan agradecidos como orgullosos de este proceso integral de transformación en las universidades europeas.
¿Qué une e impulsa a Encuentros Multidisciplinares durante 25 años de actividad?
La revista Encuentros Multidisciplinares surgió de una idea nacida en el seno de una Comisión interfacultativa que integrábamos en la Universidad Autónoma profesores y catedráticos de las distintas Facultades de la universidad, y que, aunque nuestro cometido principal era resolver litigios derivados de concursos de profesorado celebrados en la UAM, en las comidas y ratos libres en esa Comisión surgieron interesantes y enriquecedores debates interdisciplinares sobre temas relacionados con las diversas disciplinas impartidas en las Facultades de los miembros que allí nos juntábamos, y surgió así la idea de hacer una publicación que pudiera encauzar las relaciones y el conocimiento recíproco entre las distintas disciplinas académicas.
Lo que más une e integra a esta revista es la voluntad de un conocimiento abierto de otras disciplinas, y que tienen tanto los más de 830 autores que han participado hasta el momento, como los miles de lectores de los artículos.
Y es así como el 1998 surgió el proyecto para poner en marcha y buscar financiación para lo que iba a ser esta revista, cuyo primer número nació hace ahora veinticinco años, y que llega así a los 75 números. Lo que más une e integra a esta revista es la voluntad de un conocimiento abierto de otras disciplinas, y que tienen tanto los más de 830 autores que han participado hasta el momento en la misma, así como los miles de lectores que hacen uso de los artículos de la revista.
En el año 2009 EEMM publicaba un número dedicado a “La crisis como oportunidad”. ¿Encontró la Universidad una oportunidad en la crisis del 2008?
La universidad sufrió un importante impacto en los años siguientes a 2008 por aquella crisis económica, que se convirtió inducidamente en una crisis presupuestaria para las administraciones públicas, y por tanto, para las universidades, tanto las públicas como también las privadas, ya que éstas sufrieron igualmente las crisis de las empresas y las familias en esos años.
Ello obligó a agudizar a intensificar la optimización de los recursos económicos, financieros e instrumentales de las universidades para hacer frente a estas estrecheces presupuestarias, y tuvieron que cambiar distintos sistemas de optimización del gasto y del control financiero, así como la necesaria obtención de nuevas vías de financiación que lograron en cierta medida hacer frente a este importante desafío derivado de aquella crisis.
Los Derechos Humanos, el avance más importante del siglo XX según Federico Mayor, fue motivo de especial atención en EEMM en el año 2014. La guerra cultural de la alt-right en EEUU y “la multipolaridad”, definida por la activista Kavita Krishnan como “el mantra del totalitarismo”, amenazan hoy la convivencia al cuestionar frontalmente la vigencia de los derechos humanos. ¿Qué papel tienen las universidades en este conflicto?
La cuestión de los derechos humanos es capital para la actual sociedad del siglo XXI. Lamentablemente hay una buena cantidad de países en los que los derechos fundamentales de los ciudadanos están dejando de tener vigencia, se están desprotegiendo, institucional y políticamente, perdiéndose así una buena parte de la calidad y la dignidad de los seres humanos en muchas partes de esta Aldea Global.
Las universidades tienen un importante rol que desempeñar en unos y en otros países, ya que es tan importante preservar y prevenir la posible caída de los derechos humanos en los países supuestamente más avanzados y democráticos, como combatir expresamente la ausencia o desaparición de esos derechos en esos países deficitarios al respecto.
En tanto en cuanto la Universidad forma y educa a los futuros líderes y responsables económicos, sociales y políticos en unos y en otros países tiene la obligación moral de desarrollar actuaciones, incluir créditos y materias universitarias en los currículums de muchas titulaciones, organizar cursos, seminarios o eventos en pro de los derechos humanos, y todo ello para ayudar desde esa atalaya privilegiada que tiene sobre las futuras élites sociales a recordar, potenciar, e impulsar el respeto a los derechos humanos fundamentales que emanan en última instancia de la Declaración Universal de la ONU de 1948 sobre dichos derechos fundamentales.
Las universidades tienen que preservar y prevenir la posible caída de los derechos humanos en los países más avanzados y democráticos, como combatir la ausencia o desaparición de esos derechos en esos países deficitarios al respecto.
La situación de la Universidad y su futuro es un tema recurrente a lo largo de estos años en EEMM. En este periodo hemos visto como el negacionismo científico crecía de manera sorprendente, por otra parte, la irrupción de la plataformización de la educación superior en un mercado global está imponiendo nuevas formas de acceso a la capacitación profesional de consecuencias imprevisibles. ¿Está en peligro la Universidad como la entendemos hoy?
La Universidad está permanentemente expuesta a distintos riesgos de cambios involutivos, tanto en el terreno social como político e incluso científico. Las crecientes corrientes de negacionismo científico procedentes de muy distintos ámbitos, instituciones, medios de comunicación y formaciones políticas, ponen en peligro el papel constructivo, educacional, científico, etc. que tienen las universidades.
En todo caso, yo confío en el nivel de madurez que tiene la inmensa mayoría de los profesores universitarios y los estudiantes que pasan algunos años de su vida en estas instituciones superiores, y en base a ello la Universidad debe así seguir afrontando y combatiendo activamente esas posturas regresivas que tratan de extenderse en las sociedades, especialmente de algunos países. Y es éste uno de los principales roles y desafíos sociales que tiene actualmente la Universidad.
La necesidad de un nuevo Contrato Social ocupó buena parte de la actividad de EEMM en el año 2021. Las Naciones Unidas insisten en la idea de un “Nuevo pacto social” para la Universidad. ¿En qué cree que podría consistir este cambio en la relación Universidad-Sociedad?.
A la Universidad se le ha acusado a menudo de estar en una especie de torre de marfil, algo distante de la sociedad, y aunque creo que esto es algo exagerado, sí es cierto que resulta necesario incrementar el nivel de relación o de integración de la universidad con el resto de la sociedad y fomentar en lo posible la denominada transferencia social, esto es, acercar e integrar todas las actividades, logros y resultados que desarrollan las universidades dentro de la sociedad, y especialmente en el ámbito de las empresas y otras instituciones privadas, públicas y de la sociedad civil, lo cual podrá impulsar una optimización y mejor aprovechamiento de los recursos intelectuales y científicos de las universidades por la propia sociedad, y con ello contribuir de una forma notoria al progreso económico y social.
resulta necesario incrementar el nivel de relación o de integración de la universidad con el resto de la sociedad y fomentar en lo posible la denominada transferencia social
En los últimos años los temas de género han ocupado un lugar importante en la publicación. ¿Permanecen en la Universidad españolas comportamientos que propician una violencia de género aisladora?
El tema del género y el necesario impulso de la igualdad y equidad entre géneros, viene siendo una preocupación social y especialmente en el seno de las universidades. Cada vez hay más seminarios, actividades, e institutos universitarios dedicados fundamentalmente a preservar y potenciar la igualdad de género, siendo ésta una parcela de las más representativas de la dimensión social de nuestras universidades y su consiguiente necesidad de liderar y generar iniciativas que contribuyan cada vez más a romper los techos de cristal y propiciar así una igualdad real entre géneros.
La preocupación por la ética es una constante en EEMM y en su obra académica. ¿Hasta qué punto detecta un distanciamiento por el profesorado, e incluso del estudiantado, de lo que sería un proyecto común de Universidad?
El tema de la ética ha venido desarrollándose en estos últimos años en muy distintos ámbitos, tanto normativos, como institucionales, políticos, científicos, así como en las propias universidades. Aunque en ocasiones se comprueba que es más difícil de lo que parece ponerla en práctica en los distintos colectivos sociales, medios de comunicación, etc. sí se pone de manifiesto al menos una cierta profusión de normas, titulaciones y créditos universitarios, iniciativas sociales, en los que la ética y la responsabilidad social han llegado ya para quedarse.
Todavía queda mucho por hacer, pero la actual existencia de un marco de normas legales que propician esa ética y compromiso social de las empresas y otras instituciones de cierto tamaño, así como la inclusión en distintas titulaciones del ámbito de las Ciencias sociales de materias relacionadas con la ética viene a suponer el inicio de una tendencia esperanzadora a nuestro juicio de un devenir social cada vez más comprometido con estas materias.
En los últimos años han aparecido un número importante de comunicadores en las redes sociales que buscan acercar el conocimiento científico a la sociedad y favorecer un debate abierto. Podría identificar algunos de los que le parezcan más destacados.
En los últimos tiempos se viene dando en numerosos ámbitos un creciente interés por la ciencia y la investigación, entendiéndose que la Ciencia supone un baluarte cierto, permanente, unidireccional e irreversible para el progreso de nuestra sociedad. En este sentido, cada vez son más numerosos los lugares o espacios en los medios de comunicación y redes sociales que se dedican a divulgar la ciencia.
En los últimos tiempos se viene dando un creciente interés por la ciencia y la investigación, la Ciencia supone un baluarte cierto, permanente, unidireccional e irreversible para el progreso de nuestra sociedad
Sin hablar de personas en concreto, para evitar el riesgo de olvidarme de algunos de ellos, me puedo referir a programas en medios de comunicación que se refieren a la ciencia en general o a algunas de sus disciplinas. A tal efecto, y simplemente a nivel simbólico, puedo hacer referencia a programas radiofónicos como: A hombros de gigantes, Órbita Laika, El cazador de cerebros, etc. a proyectos interinstitucionales e interuniversitarios como Naukas, a suplementos de medios escritos de comunicación, como Materia, etc. Son éstos algunos de los muy numerosos y esperanzadores ejemplos de que la Ciencia va calando poco a poco a través de los medios de difusión, y por tanto, de los ciudadanos en su conjunto.
Pasados veinticinco años sigue siendo un objetivo el aumentar la convergencia entre las disciplinas académicas en la Universidad. Desde la experiencia de estos años en EEMM propongamos tres medidas que se pudieran tomar hoy para promover la transdisciplinariedad.
El intercambio de conocimientos, Investigaciones, métodos de actuación, etc. entre disciplinas científicas es importante, aunque no resulta fácil de llevarlo a la práctica, ya que en general la investigación tiende a una especialización por ramas, por lo que cada vez se tiende a investigar cuestiones más específicas y detalladas en cada campo de conocimiento.
No obstante, se debería fomentar el desarrollo de iniciativas interdisciplinares de distinto tipo: Por una parte, en las enseñanzas, especialmente las universitarias, en las que se tendría que dedicar una parte del programa de algunas asignaturas a fomentar el conocimiento y los ejercicios, proyectos, etc. a nivel multidisciplinar.
La investigación tiende a una especialización por ramas, por lo que cada vez se tiende a investigar cuestiones más específicas y detalladas en cada campo de conocimiento.
Por otra parte, en el terreno de las investigaciones, se podría incentivar en mayor medida, desde las convocatorias oficiales, de ayudas, sexenios, etc. la publicación de investigaciones que compartieran varias disciplinas.
Y finalmente, en las instituciones públicas y también en las privadas, por ejemplo, las empresas, se deberían fijar como criterios o méritos curriculares las actividades profesionales, editoriales, cursos impartidos o recibidos, seminarios, etc. de un carácter inter o multidisciplinar. Son éstas algunas medidas que a nuestro juicio podrían propiciar y fomentar la tan necesaria mentalidad multidisciplinar en la sociedad actual.