Nuevas oportunidades para las profesiones artísticas

La reutilización de los espectáculos nacidos de las Enseñanzas Superiores Artísticas (EEAA) puede suponer una ocupación profesional y laboral para los recién egresados al tiempo que construye y consolida un nuevo público infantil y juvenil

ÁNGEL MARTÍNEZ ROGER


Reconocido el importante papel que desempeñan las instituciones de Educación Superior en el desarrollo de las sociedades europeas, fundado en pilares como sus centros de Enseñanza e Investigación, su creatividad y la transferencia del conocimiento, nadie pone en duda ya la eficacia, el carácter competitivo y la función fundamental que ofrecen a la sociedad las Enseñanzas Artísticas en lo social, lo educativo y las oportunidades de trabajo.

Los centros formativos superiores y las unidades de producción y exhibición artísticas han sido fundamentales para la definición y transmisión de los valores sobre los que se ha construido (Fernández Valbuena, 2012) nuestra sociedad. Por tanto, deben ahora continuar ocupando ese lugar desde el que se ofrecen preguntas, se buscan respuestas, y se plantean reflexiones positivas y constructivas a un mundo en constante cambio (Martínez Roger, 2012).

El análisis de los nuevos yacimientos de empleo a favor de jóvenes creadores-emprendedores nos indica, además, que podemos desarrollar un servicio renovado de orientación a través de un nuevo enfoque de las prácticas de los graduandos, reconocidas en sus ECTS, o mediante programas de posgraduado. Este enfoque ayudaría a los estudiantes a hacer frente a las demandas del mundo contemporáneo y sus nuevos retos en el ámbito laboral, a través de las artes.

La cultura como industria activa y generadora de empleo estable

Nosotros, como país, podemos dar una respuesta propia a estos retos, participando en las soluciones. Porque habrá empleo y posibilidades, si activamos las acciones adecuadas. Todo un vivero de espectáculos con bolsas de coreografías, funciones teatrales, conciertos y ópera de pequeño formato, fruto de las producciones académicas de los recién titulados de las Escuelas Superiores de Enseñanzas Artísticas. Sus proyectos, culminación de un proceso de investigación aplicada, deberían tener un espacio de exhibición que desbordase los espacios de las distintas escuelas y entrase de lleno en el tejido laboral local, con un acomodo específico en el mercado cultural, público y privado, a través del mecenazgo y la financiación pública.

La inversión en las Enseñanzas Artísticas debería ir acompañada de esta acción de gobierno que se propone: una red profesional y social de aplicación en beneficio de todos. Por lógica: porque abarata los costes de producción, porque crea tejido y porque garantiza el relevo generacional de profesionales de las artes escénicas, las musicales, las plásticas y del diseño. Igualmente, el relevo de un público instruido.

Estas nuevas oportunidades laborales podrían implementarse a través de un Comité interadministrativo -una especie de patronato con sociedad estatal para pilotar el proceso- con programas de posgrado en el área de la formación de formadores: jóvenes artistas emprendedores capaces de innovar, aplicando la filosofía de los nuevos yacimientos de empleo. Todo ello en coherencia con la propuesta de implementar micro créditos, o créditos semilla. Las propias fundaciones podrían becar directamente a los jóvenes artistas, o financiar sus proyectos.

Para la mejora del empleo y la empleabilidad en los jóvenes artistas es imprescindible una decidida voluntad política, que ponga en marcha los caminos posibles que se vislumbran hacia el cambio que demandan los retos de hoy

Para la mejora del empleo y la empleabilidad en los jóvenes artistas es imprescindible una decidida voluntad política, que ponga en marcha los caminos posibles que se vislumbran hacia el cambio que demandan los retos de hoy.

La inversión en las Enseñanzas Artísticas debe ir acompañada de una acción de gobierno: una red profesional y social de aplicación en beneficio de todos. Por evidente, porque abarata los costes de producción, porque crea tejido y porque nos garantiza el relevo generacional de profesionales de las artes escénicas, audiovisuales, plásticas y de diseño.

El proyecto que se plantea no se ha realizado nunca desde la responsabilidad del Estado  y del conjunto de las administraciones públicas, mediante una medida estatal en su desarrollo. Paradójicamente, el Estado ha sido responsable, a través de sus distintas administraciones públicas, de generar un entramado de teatros, centros culturales y bibliotecas (financiados también con dinero público), que no han recibido, como natural vaso comunicante, el fluir de la producción artística de las escuelas y centros superiores de enseñanza públicos.

Hay que trabajar en la identificación de nuevos yacimientos de empleo a través de las artes aplicadas, para conseguir un trabajo digno y creativo para los jóvenes artistas, fuera de los espacios convencionales de exhibición

Un “MIR” como el sanitario para los profesionales de la cultura

Hay que buscar un sistema de ensamblaje hacia la profesión artística: formamos a los artistas, pero no hacemos nada para rentabilizar su inversión. El modelo podría ser algo parecido al MIR de los médicos, articulando su inserción en el marco de las unidades artísticas de la ciudad y la región y potenciando la gestión del talento como herramienta.

Para ello, es necesario apostar más decididamente por los viveros de empresas y residencias artísticas, gracias a una iniciativa público-privada, con resultados en un nuevo tejido, generando un nuevo público infantil y juvenil. Deberían abrirse las escuelas superiores de Enseñanzas Artísticas al público, como espacios complementarios de exhibición, mediante iniciativas que ya se dan, pero de forma menos estructurada; al tiempo, habría que programar más a menudo y en más espacios, conciertos y espectáculos de jóvenes intérpretes, óperas estudio…

En el teatro lírico y en la música clásica, podrían programarse agrupaciones camerísticas y de pequeño formato, derivadas de las asignaturas de cámara: dúos, cuartetos, etc. La ópera en Madrid es casi exclusiva del Teatro Real, con algunas honrosas excepciones. Podría popularizarse con pequeños formatos, en lugares que ya se esfuerzan por programar espectáculos de música clásica. La Escuela Superior de Canto es ejemplar en este sentido, pues hace años que abre sus puertas al público en todos sus actos escolares, como demuestra un vistazo a las actividades que se ofrecen en su web. La idea sería que los estudiantes fueran más allá de su propia escuela, presentando sus conciertos en otros centros, y siendo remunerados por ello. Algo parecido sucede en la RESAD.

Es imprescindible el acceso de alumnos y profesores de las Escuelas Superiores de Enseñanzas Artísticas a los proyectos y ayudas de investigación, desarrollo e innovación (I+D+I), con reconocimiento de la investigación aplicada en el ámbito del arte, implícita en cualquier proceso de creación

Las EEAA y la investigación

Es imprescindible el acceso de alumnos y profesores de las Escuelas Superiores de Enseñanzas Artísticas a los proyectos y ayudas de investigación, desarrollo e innovación (I+D+I), con reconocimiento de la investigación aplicada en el ámbito del arte, implícita en cualquier proceso de creación. Hay que trabajar en la identificación de nuevos yacimientos de empleo a través de las artes aplicadas, para conseguir un trabajo digno y creativo para los jóvenes artistas, fuera de los espacios convencionales de exhibición.

Hay que establecer redes de cooperación y colaboración entre instituciones, entre ellas y las empresas y entre artistas de diversas disciplinas, estableciendo lazos estables de cooperación profesionales y personales, trabajando en red. Esta posibilidad de articulación se podría ofrecer también al Estado, financiada a través de los fondos estructurales de Reconstrucción y Resiliencia.

Implicar en ello a las grandes federaciones, los sindicatos de actores, la SGAE, la FAETEDA (Federación Estatal de Asociaciones de Teatro y Danza), articulando a todos para que nadie vea el proyecto como una amenaza. Los microcréditos podrían ser articulados, tanto por Aval Madrid e ICO, como por fundaciones y empresas sensibilizadas en colaborar en iniciativas específicas encaminadas a la sostenibilidad.

Posibilidades de realización de estas medidas:

Utilizar fondos destinados a la Cultura dentro del apartado 24 y 25 del Plan Reconstrucción y Resiliencia.

Crear un departamento nuevo dentro de AC/E, dotándolo de personal especializado en la gestión de las disciplinas en cuestión y de presupuesto vía Plan de Reconstrucción y Resiliencia.Diseñar becas para el desarrollo de artistas específicos, o financiar espectáculos o programas concretos, gracias al mecenazgo de entidades privadas; y mejorar las públicas.

Crear una nueva sociedad estatal específica para el desarrollo del proyecto, dotándola con personal especializado en la gestión de las disciplinas en cuestión. Podría ser la receptora de dinero público y privado vía mecenazgo.

Crear un comité público-privado de gestión del proyecto, permeable al empresariado y a las fundaciones.

Utilizar los espectáculos y conciertos emanados de los trabajos de Fin de Grado de las escuelas para programar una fuerte campaña infantil y juvenil, a través de los centros formativos y los IES públicos, concertados y privados. Una campaña que garantice un relevo generacional de público formado, futuro demandante del disfrute de las Artes Escénicas.

Referencias bibliográficas

Fernández Valbuena, A. (2012): Samira… Una experiencia teatral de cooperación, Fundamentos. Martínez Roger, A. (2012): Los jóvenes no pueden esperar, Primer acto: Cuadernos de investigación teatral, 343, p.109-111.


ÁNGEL MARTÍNEZ ROGER Es Doctor en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido Director de la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD). En la actualidad es Director Cultural de la Biblioteca Nacional de España (BNE).

Twitter @AngelMRoger

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