En la versión digital de la credencial podemos incluir las actividades realizadas, las evaluaciones superadas, los logros académicos, etc. La información contenida en la credencial digital es más rica y por tanto puede ser más útil. En segundo lugar, y este tema no es baladí, la información puede ser verificada con mayor facilidad
CARLOS DELGADO KLOOS
La digitalización rompe barreras y destruye clasificaciones
Vivimos en un mundo organizado. Todo está clasificado cartesianamente (en sentido figurado). Dividimos el conocimiento en áreas de conocimiento, los cursos en años académicos, impartimos las asignaturas en periodos estructurados a lo largo del día. Agrupamos las canciones en LPs, las noticias en periódicos, los documentos en carpetas (físicamente y en el ordenador). La organización nos ayuda a navegar por los distintos elementos. La paquetización es necesaria para la gestión de la información.
Como decía Herbert Simon en “The Sciences of the Artificial” la jerarquización es imprescindible para el diseño de sistemas complejos. Introduce estabilidad en el sistema.
La digitalización, sin embargo, rompe barreras y destruye clasificaciones. Todo se fragmenta, se hace líquido, como reflexiona Zygmunt Bauman en su “Modernidad líquida”. Las distancias no se miden con una métrica cartesiana (en sentido literal), sino con otra basada en la atención y la conveniencia. Las noticias se sirven en píldoras transmitidas de forma instantánea si su importancia lo requiere. La música se agrupa de forma personalizada en playlists.
Aparecen mil ofertas educativas en diversos formatos (cursos online, bootcamps, apps específicas, etc.) que permiten adquirir el conocimiento que se necesita cuando se necesita: del “just in case” al “just in time”.
Hacia la versión digital de la credencial
Pero no solo se fragmenta el contenido educativo. Nos queremos fijar ahora en el documento de reconocimiento, esa credencial que obtiene un egresado por la superación exitosa de un programa educativo, el título universitario, el diploma.
En el caso de la credencial no se ve a primera vista cómo puede ser afectada por la digitalización. El paso de un título en papel a un PDF firmado digitalmente parece que no impacta demasiado en la organización académica.
Sin embargo, en primer lugar, en la versión digital de la credencial podemos incluir mucha más información. Se puede incluir las actividades realizadas, las evaluaciones superadas, los logros académicos, etc. La información contenida en la credencial digital es más rica y por tanto puede ser más útil. En segundo lugar, y este tema no es baladí, la información puede ser verificada con mayor facilidad.
¡Cuántas falsificaciones se han realizado con títulos universitarios! Es muy fácil (y barato) conseguir un título falso a través de webs especializadas, lo cual choca con el tremendo esfuerzo necesario para asegurar la legitimidad de un título.
Credenciales verificables
En una credencial digital se podrá comprobar no solo que el documento no ha sido manipulado, sino también quien es la entidad emisora a través del sello electrónico que se incluye y que ésta está autorizada para emitir credenciales. Pero las ventajas van más allá. El estándar VC (Verifiable Credentials) del W3C (World Wide Web Consortium) permite la definición de presentaciones verificables combinando partes de varias credenciales verificables.
Ahora ya empezamos a darle vida a ese objeto inanimado que era el título en papel. Una persona en búsqueda de empleo podría aportar a los posibles empleadores una presentación verificable con aquellos aspectos de varias credenciales digitales que fuesen pertinentes para el empleo en cuestión. El ciudadano queda así empoderado a gestionar su información.
Pero hay más, al tener la información de cualificaciones de forma digital, podemos aplicar algoritmos sobre ella. Podríamos hacer un matching entre oferta y demanda de empleo y así contribuir a un mercado de búsqueda de empleo más fluido.
A la vista de las enormes ventajas de las credenciales digitales, no es de extrañar el interés que han mostrado alrededor del mundo tantos actores, empresas, instituciones, asociaciones y gobiernos por las credenciales digitales.
El impulso de la Unión Europea
La Comisión Europea lo impulsa de hecho desde varias Direcciones Generales. Desde la Dirección General de Empleo y Europass se promueve la iniciativa European Digital Credentials for Learning (EDC), como un formato de credenciales digitales de comprobación centralizada a través de un servidor de la propia Comisión Europea.
Además, sobre la base de la European Blockchain Partnership EBP promueve la iniciativa EBSI (European Blockchain Services Infrastructure), uno de cuyos casos de uso son los títulos universitarios. Es más, el Consejo de la Unión Europea adoptó el pasado mes de mayo 2022 la Recomendación del Consejo relativa a un enfoque europeo de las microcredenciales para el aprendizaje permanente y la empleabilidad.
En España estamos impulsando el proyecto CertiDigital , subvencionado a través de la iniciativa UniDigital del Ministerio de Universidades con fondos provenientes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
En este proyecto, se pretende sentar las bases para un servicio de credenciales digitales para el Sistema Universitario Español. Participan en este proyecto 23 universidades públicas, a las que se están sumando otras instituciones. En la actualidad, las universidades están definiendo sus casos de uso, que pueden tener aplicaciones muy diversas. Ya se ha publicado una primera licitación para los desarrollos en torno a EDC. En breve, se publicará una segunda licitación en torno a EBSI. De esta forma, se pretende dar un impulso sustancial a la certificación digital en España.
¿Tenemos que tomar todo el menú si solo queremos el postre?
Pero, volvamos a la importancia de poder emitir credenciales digitales y su impacto en la ordenación académica. Al poder emitir credenciales digitales con mayor facilidad, se hace viable emitirlas más a menudo para unidades más pequeñas de aprendizaje. ¿Tenemos que tomar todo el menú si solo queremos el postre? Luego se podrían apilar para crear credenciales más amplias.
El tener credenciales más pequeñas, microcredenciales, permite adecuarse mejor a las necesidades de formación a lo largo de la vida. La recualificación se hace cada vez más necesaria a lo largo de la carrera profesional. Las microcredenciales son una herramienta para favorecer adecuación de las capacidades necesitadas en los puestos de trabajo.
Las microcredenciales ya se contemplan en el Real Decreto 822/2021. Abren la puerta a una nueva forma de ordenar la oferta académica, que va más allá de lo que estamos acostumbrados. Se nos tambalea el edificio de educación superior en el sentido de lo líquido de Bauman. Empieza a haber primeras iniciativas (como por ejemplo <microcredentials.at> en Austria), en las que además se mezcla la impartición presencial y la online. Pero todavía estamos en el principio de esta revolución. Queda mucho por construir y por redefinir en el ordenamiento de la Educación Superior.
CARLOS DELGADO KLOOS, VICERRECTOR DE ESTRATEGIA Y EDUCACION DIGITAL Universidad Carlos III de Madrid
Web: https://www.it.uc3m.es/cdk/
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