Con el siguiente artículo queremos compartir las reflexiones sobre el proyecto de investigación artística “Voces al otro lado del río”, desarrollado en el Centro de Artes La Praga con vecinas del barrio de Comillas, Carabanchel. Mitad diario mitad entrevista, esperamos que estas palabras sirvan para suscitar la curiosidad de quienes, bien desde la academia bien desde fuera de ella, creen en la necesidad de una educación expandida e integrada a lo largo de la vida.
LAURA PALACIOS, MARTINA CELLI, PAULA CUETO
Entre los meses de diciembre 2021 y abril 2022 Laura Palacios y Martina Celli desarrollan una residencia de investigación artística en el Centro de Artes La Praga. Paula Cueto forma parte del equipo de Calatea que gestiona dicho espacio y que, tras una convocatoria pública a la que se presentan diversos artistas, selecciona “Voces a este lado del río” como proyecto residente. La convocatoria rezaba:
“Buscamos personas o colectivos de artistas y/o mediadores culturales que quieran desarrollar un proyecto de investigación o creación involucrando el territorio donde está La Praga. La temática será libre. No se trata de una residencia para la producción o exhibición de piezas artísticas, no somos una productora ni el Reina Sofía, sino que pretendemos que la práctica artística sea un medio para la convivencia y el pensamiento en el entorno cercano”.
Laura y Martina, sin lugar a dudas, sintonizaron con la línea propuesta. «Con este proyecto, – escribieron- queremos buscar narraciones sobre el barrio y desde el barrio. Se trata de indagar, profundizar, desmontar, deconstruir y reconstruir las ideas e imágenes prefijadas sobre el barrio de Carabanchel como esa zona que empieza justo cruzando el río; para así, dar cuenta de la frontera del río como lugar de experiencia. Esto es, ver que otros relatos, imágenes y vivencias existen sobre la propia frontera del Río. En ese sentido, queremos dar voz a las personas que habitan la zona, ya que son éstas las que cuentan con un conjunto de experiencias sobre la vida de la frontera y, a través de sus vivencias presentes y pasadas, investigar sobre la historia y los cambios sucedidos a lo largo de las últimas décadas”.
Pensamos juntas esa formulación, “dar voz”. Remite a un eco, como en “Desierto Sonoro”, de Valeria Luiselli, cuando los niños perdidos hablan a través de las palabras rebotadas en los riscos. En la periferia pareciera que la voz siempre es eco, mitad desatendida, mitad distorsionada. La práctica consiste, como primer paso, en detonar y pararse a escuchar.
Se propone un taller semanal dirigido a personas mayores del barrio de Comillas para crear juntas a través de dinámicas de arte relacional y movimiento. “Concretamente, nos gustaría dirigirnos a aquellas personas que recuerdan. A personas de mayor edad que han vivido los cambios del río, que tienen un saber y conocimiento concreto sobre la vida de la frontera de Carabanchel con «Madrid». Fundamentalmente, además, porque con frecuencia quedan al margen de la vida social y en escasas ocasiones se las rescata como personas que tienen un conocimiento. Se trata de valorar sus historias, reconocerles el rol de depositarias de un pasado y como tales actores fundamentales en la construcción de una comunidad futura más consciente y humana.”
Participan mujeres convocadas por la Asociación Vecinal el Parque de Comillas. Ellas se conocen, hacen actividades juntas y desde hace tiempo la Asociación tenía ganas de hacer un proyecto de memoria histórica del barrio. No es un grupo fijo. Son mujeres que sienten que ya han hecho todo en la vida y cuyas hijas animan a seguir activas. Hay historias de jubilación, separaciones, pérdida de los maridos. Hay muchas mujeres que cuentan cómo tenían una vida hecha y en un momento dado su rutina cambia radicalmente y se ven con la necesidad de aprender de nuevo. Siempre puede llegar un momento donde toparnos con la necesidad de aprender de nuevo.
El elemento que vertebra la recopilación de vivencias, memorias, relatos e historias es el Río Manzanares; testigo de cambios fundamentales en el barrio: desde ser un de lugar para coladas y baños, a pasar a ser la M30 o el parque Madrid Río. Las fronteras, no son los márgenes y lindes que separan territorios, también son lugares en los que pasa la vida y donde a las personas les ocurren cosas. Este proyecto les da la oportunidad de contar en primera persona y a partir de ahí hacerles ver que su vida sí forma parte de la historia y que es importante que sus conocimientos no se pierdan. “Si no, las nuevas generaciones que llegan a este barrio lo viven desde cero”- sintetiza Laura-, sin valorar lo que lo hace especial, conocer sus miserias o recoger el testigo de luchas previas. Narrarse, descubrirse y reconocerse en la historia es una apuesta por construir una red, una comunidad.
¿Qué hacemos en los encuentros?
Utilizamos una metodología híbrida. En su vertiente documental empleamos estrategias de mapeo colectivo, paseos o recolección de fotos y objetos personales.
“Estas dos semanas- cuenta Martina- hemos estado haciendo un museo de nuestra historia de Comillas. Les pedimos que trajeran fotos del barrio y empezamos a construir la narrativa”. Laura, cuya familia también habita en el barrio, aportó a su vez sus fotos personales. El museo se construyó sobre una escenografía que aportaba el punto extracotidiano (maletas, perchas, un árbol). Ellas iban construyendo desde lo lúdico. Luego les pusieron títulos y salieron algunos realmente inspiradores: “Pasando la tarde”, “El chulapín”, “Filomena se coló en mi balcón”. Frente a una fotografía de la primera comunión de una de ellas en la calle Genaral Ricardos el resto completaba: “Ah, sí, pues yo por ahí también pasaba”, “pues cuando yo hice mi primera comunión….” Hay una base de confianza que les permite enfrentarse a preguntas íntimas y también mandarse callar. Es imprescindible generar un clima de comodidad y confianza.
Luego decidimos quién iba a ser la guía del museo e inauguramos la exposición leyendo el texto de Milagros, fundadora de la Asociación de Vecinos de Comillas y personaje ilustre del barrio:
Ante la pregunta “¿quiénes son las mujeres que hacen ahora el barrio?”, contestan: “nosotras”. A ese museo de la historia del barrio le añadimos una historia del presente recogiendo sus palabras y tomando fotos de revelado instantáneo. En un papel continuo con el río dibujado, colgamos las fotos viejas y las nuevas y también sobres con la transcripción de las historias que ellas han contado para mirar, entre todas, cómo a este lado del Río hay voces, hay caras, hay historias.
Para las próximas sesiones vamos a trabajar sobre el mapa turístico de Madrid. Si te metes en las páginas oficiales el “Madrid turístico” llega hasta Embajadores y luego añade un cuadradito aparte con el Matadero. Preparando ese taller hemos hablado mucho sobre la identidad. Dentro de un mapa oficial nos preguntamos dónde estamos, dónde nos querríamos colocar y qué valor tiene nuestra identidad. Nos llamó la atención el apartado de “edificios y monumentos”. ¿Es que aquí no hay edificios ni monumentos? ¿Qué edificios tienen valor y en base a qué? A partir de ahora ellas elegirán lugares emblemáticos del Barrio para hacer un recorrido.
Por otro lado, nuestra formación como bailarinas nos ha hecho ser conscientes de que una parte muy importante del barrio son los cuerpos que lo habitan y por ello dentro de los talleres hay un espacio para trabajarlos. Usamos técnicas de diferentes disciplinas como la danza contemporánea, el Feldenkrais (técnica somática) y el teatro físico/ gestual, con la intención de aumentar la conciencia corporal y tomarnos el tiempo de escuchar el cuerpo. Los cuerpos son grandes portadores de historias que intentaremos desentrañar. Nos ha sorprendido mucho que la mayoría de ellas adoran bailar sin otro sentido que moverse. “Bailar nos da la vida”, dicen.
“Yo vengo del mundo del teatro y del mundo de la danza – añade Laura- al que sólo accede cierto perfil de gente. Pienso que son herramientas súper útiles y que sería muy positivo que todo el mundo tuviera acceso a ellas. No solo para la creación sino para la vida: conocer tu cuerpo, dinámicas, otros lenguajes donde desenvolverte, técnicas de expresión y comunicación”.
El Barrio como punto de encuentro intergeneracional
A ellas les resulta curioso que nosotras tengamos tanto interés por ellas.
A nosotras el hecho de que sena mayores nos hace cuestionar muchísimo todo lo que proponemos. ¿Se va a entender? ¿es accesible? ¿se adapta a su movilidad? Es un esfuerzo comunicativo constante, porque nosotras estamos acostumbradas a crear con personas de nuestra edad. Es muy interesante el ejercicio de traducción para estimular otros cuerpos. Ese ponerse en riesgo es un caldo de cultivo muy rico para la innovación y el aprendizaje colectivo, todas nos jugamos algo.
Nosotras aprendemos la vida escuchando sus vidas. Teorizar sobre cosas está bien pero las vidas de las personas son lo más real que existe. Es impresionante colocarse frente a personas que llevan 50 años viviendo en un mismo sito. Su quehacer está íntimamente relacionado con el espacio que transitamos, ellas lo han visto cambiar y han contribuido a la transformación adaptándose.
La aventura de lanzarse al barrio.
Laura y Martina se conocieron estudiando en Mar Navarro, una escuela de danza en Carabanchel. Laura vive en una casa propiedad de su familia y se ha criado a este lado del Río. Martina llegó hace poco a Madrid vincula este territorio con su aprendizaje teatral. “Voces al otro lado del Río” es una manera de dar respuesta su pregunta sobre por qué hacer arte. Obsesionadas ambas por el paso del tiempo y las huellas de la memoria encuentran en las vecinas la alianza fundamental para aprender desde la diversidad de edades, de cuerpos, de historias y otros tantos comunes: la necesidad de juntarse, la curiosidad por aprender, el deseo de construir un buen barrio para vivir una vida buena.
1 Trabajamos la noción de periferia tal y como la piensan desde el proyecto afín Carabancheleando. https://carabancheleando.net/ Recomendamos su “Diccionario de las periferias” editado en Traficantes de Sueños.
PAULA CUETO NOGUEROL. Filósofa y creadora escénica dirige la compañía Calatea y el Centro de Artes La Praga. Diseña y desarrolla como docente proyectos de arte y educación como “Crecer con Arte”, en el CEIP Manuel Núñez de Arenas o “Piel con Piel”, en 10 IES de Madrid y Barcelona. Forma parte de la Red PLANEA y la REACC (Red de Espacios y Agentes de Cultura Comunitaria). Como creadora es asistente de dirección y asesora de movimiento de la obra “Ancestras”, de Mireia Salazar y actriz en la pieza “Silencio”, de Andrea Díaz Reboredo.
MARTINA CELLI. Artista escénica se ha formado en danza y teatro físico entre España e Italia. Integrande de la Cía. de teatro inclusivo Dopo…di Nuovo Gli amici di Luca (2018 – 2019) Bolognia, del Coro Voces LGTB de Madrid(2021 – actualmente), Madrid o la Cía C’erac’è – Playback Theatre (2017 – 2019) Cesena.
LAURA PALACIOS. Bailarina, actriz y con experiencia en la técnica somática Féldenkrais desarrolla su carrera profesional en Madrid. En los últimos años ha formado parte del elenco de «Somos la guerra» 2021. La Pharmaco. Madridd, ”¡BRUJA!» 2019. 2020. 2021. Cí a. Milagros Galiano y «Metamorphoses. Parte 1» 2020. 2021. Back Productions. Colabora con Carabancheleando y con el espacios social liberado autosugestionado EKO
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