«Durante la pandemia se han producido situaciones de hostigamiento hacia el personal investigador después de sus declaraciones en prensa; y más allá de la pandemia, hemos visto ataques en redes sociales a científicos y científicas que hablan sobre temas controvertidos, como el cambio climático, los organismos modificados genéticamente, la investigación con animales, la energía nuclear o los estudios de género» declara la coordinadora del “Science Media Center de España”
Como muchos de los periodistas científicos actuales Pampa García dispone de una sólida base académica forjada en sus estudios de físicas y en su afán por una constante actualización en los límites del conocimiento, lo que le ha permitido consolidarse como un referente en la cultura científica más allá de sus tareas como comunicadora.
Desde 2022 es la coordinadora del “Science Media Center de España” de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, un proyecto tan apasionante como desconocido para la mayor parte de la comunidad científica. Con anterioridad fue redactora jefa del Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC), actividad por la que recibió el Premio Concha García Campoy de prensa digital en 2015. Ha colaborado con diversos medios de comunicación, como Muy interesante, El Mundo, Quo y La Razón.
¿Qué hace un “Science Media Centre” (SMC)? ¿Cuántas instituciones forman parte de la Red Global SMC?
Un Science Media Centre es una oficina periodística independiente que proporciona a los medios recursos, contenidos fiables y fuentes expertas para cubrir la actualidad relacionada con la ciencia. Formamos parte de una red internacional de SMC de siete países (Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, Alemania, Taiwán, Kenia y España) que trabajamos conjuntamente cada día intercambiando discusiones y experiencias con periodistas, lo que mejora el trabajo de cada SMC.
El SMC España nace en 2021 con los ecos de la conmoción que supuso para la relación ciencia sociedad el COVID-19. Transcurridos dos años y de vuelta a la normalidad, ¿cómo valora el impacto que está teniendo el SMC en la sociedad española?
Desde el nacimiento del SMC España el 25 de marzo de 2022 hasta finales de septiembre de 2023 hemos conseguido más de 4.700 impactos en medios de comunicación, no solo nacionales, sino también internacionales. Estos impactos en medios son importantes porque significa que han llegado a miles de personas de diferentes países, contribuyendo a que tengan información rigurosa y de calidad sobre actualidad científica para que puedan tomar decisiones con ese conocimiento.
Señalaba recientemente su compañera Fiona Fox del SMC de UK que en los últimos veinte años se había producido una auténtica revolución en el interés y en los recursos disponibles para hacer llegar a la sociedad los resultados de la investigación con la mayor precisión y claridad. Cambio que, como señala, afecta tanto a los medios de comunicación como a las instituciones científicas y a los investigadores ¿Cuál es la situación en España?
En España podemos decir lo mismo. Desde hace más de dos décadas han proliferado iniciativas institucionales dedicadas al fomento de la divulgación y la comunicación de la ciencia, como la red de Unidades de Cultura Científica y de la Innovación, impulsada por FECYT, que es fundamental en la difusión de los resultados de la ciencia que se hace en universidades y centros de investigación. Además, y en paralelo, se ha mejorado la formación en periodismo científico a través de másteres y cursos de posgrado especializados, de los que ha salido una cantera de profesionales que hoy están cubriendo
la ciencia desde diferentes medios y poniéndola en la agenda diaria.
En los últimos años estamos viviendo un auge de la divulgación, tanto profesional como amateur, que acerca la ciencia al gran público a través de canales tradicionales, internet y redes sociales.
También ha habido un enorme cambio (positivo) en la disposición del personal investigador a hablar con los medios de comunicación y ser partícipes de la conversación social acerca de los temas de ciencia. Por último, en los últimos años estamos viviendo un auge de la divulgación, tanto profesional como amateur, que acerca la ciencia al gran público a través de canales tradicionales (televisión y radio), internet y redes sociales.
Viendo los medios de comunicación que colaboran con SMC España encontramos a los más importantes nacionales e incluso anglosajones. Sin embargo, el mundo iberoamericano sólo está representado por “El espectador” de Bogotá. ¿Qué explicación da a esta situación?
Los medios de comunicación no colaboran con SMC España, sino que utilizan nuestros contenidos para elaborar sus piezas; es decir, nosotras les damos un servicio que ellos utilizan. De entre todos los medios que publican informaciones basadas en los recursos proporcionados por SMC España, encontramos un buen número de ellos en Latinoamérica: El tiempo, Mundiario, El Economista México, InfoBae, El Espectador, elDiario Argentina, El Universal, La Nación, Diario de Yucatán, Tendencias 24, Chequeado, Noticiero Universal, La República…
No son tan numerosos como los medios españoles o anglosajones, posiblemente porque muchos de los temas que tratamos están más pegados a la actualidad de esta parte del mundo; pero estamos satisfechas con la acogida del SMC España en medios latinoamericanos. Entre nuestros próximos pasos tenemos la intención de darnos más a conocer entre periodistas de esas regiones.
Para una parte importante de la sociedad la principal fuente de información sobre ciencia son los creadores de contenidos en las redes sociales. ¿Cuál es la posición de SMC con respecto a este fenómeno? ¿Podría facilitarnos algunos referentes en comunicación científica que deberíamos tener en cuenta?
En SMC no tenemos una posición respecto al fenómeno de los creadores de contenidos en redes sociales, nuestro target son los periodistas que trabajan para medios de comunicación cubriendo la actualidad diaria. Yo, como periodista, creo que el auge de los contenidos de ciencia en canales como TikTok, YouTube e Instagram puede representar un riesgo, porque no toda la información que se distribuye en estos canales es fiable y, en ocasiones, está demasiado simplificada (es más fácil leer memes o ver vídeos cortos e impactantes que pararnos a entender todos los matices de una noticia). Además, a veces quienes crean este tipo de contenido tienen conflictos de interés no declarados de manera clara (contenidos pagado o colaboraciones).
Sin embargo, es ahora mismo un fenómeno imparable que también representa una oportunidad para la difusión de la ciencia, de modo que no podemos ignorarlo. Para mí, el reto está en conseguir que la ciudadanía adquiera la suficiente cultura mediática que le permita seleccionar las fuentes de información fiables y no dejarse llevar solamente por la popularidad de los influencers o por la facilidad con la que se consumen sus contenidos. No me atrevería a hacer una lista exhaustiva de creadores de contenido, pero a bote pronto me vienen a la cabeza Quantum Fracture, especializado en temas de física; y me gusta mucho el trabajo de los factcheckers de Maldita Ciencia en redes sociales.
conseguir que la ciudadanía adquiera la suficiente cultura mediática que permita seleccionar fuentes de información fiables y no dejarse llevar solamente por la popularidad de los influencers o por la facilidad con la que se consumen sus contenidos
De manera inevitable los científicos pueden enfrentarse a conflictos de interés en su actividad científica vinculados a relaciones personales, fuentes de financiación e incluso ideológicos o morales. ¿Cómo hacemos evidente estas situaciones de cara a su comunicación con la sociedad?
El problema no reside en tener conflictos de interés, sino en no declararlos. En este sentido, en el Science Media Centre España trabajamos de la manera más transparente posible y pedimos que declaren sus conflictos de interés a todos los científicos y científicas con los que hablamos. Creemos que, para hacer un mejor periodismo de ciencia, necesitamos escuchar a los expertos de toda la comunidad científica, ya sean de una universidad, institución científica o empresa.
En esta relación entre profesionales del periodismo y de la ciencia, basada en la confianza mutua, puede ocurrir que los intereses o lealtades de una persona consultada entren en conflicto, o se perciba así, con su papel de fuente informativa en una noticia; por eso es importante que los intereses se declaren abiertamente. Por eso, hemos publicado nuestra política de declaración de estos posibles conflictos.
Desde que Ralph Proctor nos mostrara en libro “El holocausto dorado” la fuerza de la industria tabaquera para crear artificialmente incertidumbre desde la ciencia no podemos dudar de la existencia del lado oscuro. Así el SMC de UK acaba de publicar el manual “ Advice for researchers experiencing harassment” ¿Cómo garantizamos la libertad de los investigadores para manifestarse en temas con impacto económico o político?
Nos preocupa especialmente este tema, dado que durante la pandemia se han producido situaciones de hostigamiento hacia el personal investigador después de sus declaraciones en prensa; y más allá de la pandemia, hemos visto ataques en redes sociales a científicos y científicas que hablan sobre temas controvertidos, como el cambio climático, los organismos modificados genéticamente, la investigación con animales, la energía nuclear o los estudios de género.
Una encuesta llevada a cabo conjuntamente por la revista Nature y los Science Media Centres con 321 investigadores e investigadoras, reveló que, tras haber hablado con los medios sobre la covid-19, el 40 % experimentó estrés emocional. Un 22 % recibió amenazas de violencia física o sexual y el 15 % soportó amenazas de muerte. Esto es grave, en primer lugar, por la situación de vulnerabilidad que experimentan estos científicos y científicas; y, en segundo lugar, porque no podemos hacer un buen periodismo de ciencia si no contamos con fuentes dispuestas a hablar con los medios.
En el SMC España hemos traducido y adaptado el manual británico y hemos puesto este recurso a disposición de la comunidad investigadora hispanohablante: Consejos para investigadoras e investigadores que sufren acoso tras su exposición en los medios. Además de las medidas individuales que cada persona afectada puede tomar, es importante recordar que pueden buscar el apoyo de las instituciones.
Es fundamental contar con personas expertas en ciencias sociales a la hora de elaborar contenidos sobre los temas de actualidad, porque sin este enfoque la cobertura informativa se queda coja
¿Qué lugar ocupan en el SMC los investigadores en ciencias sociales o humanidades?
Para nosotras es fundamental contar con personas expertas en ciencias sociales a la hora de elaborar contenidos sobre los temas de actualidad, porque sin este enfoque la cobertura informativa se queda coja. Publicamos con frecuencia contenidos sobre psicología, sociología o antropología. Tratamos temas relacionados con la educación, como el uso de pantallas en menores o los tipos de jornada escolar. La ciencia no solo tiene que ver con lo que se hace en los laboratorios, sino con un análisis multidisciplinar de la realidad en el que las ciencias sociales son indispensables.
El SMC une expertos en ciencia con expertos en comunicación para “garantizar el derecho ciudadano al conocimiento científico”. ¿Cuál es el lugar en la construcción de este derecho para los ciudadanos afectados por la ciencia? ¿Hay espacio para reflexionar sobre justicia epistémica?
Sí, claro que hay espacio y es importante que se haga esta reflexión, desde los medios y desde la academia. El modelo de déficit no funciona, eso lo sabemos. La ciencia no solo es la producción de papers que se comparten en una comunidad de especialistas y cuyos conocimientos se trasladan después al público general, no erudito; sino que es una manifestación cultural que nos pertenece a todos y todas.
Yo creo que en este sentido el papel del periodismo científico es clave, y que desde mi profesión podemos y debemos trabajar en facilitar el acceso de toda la ciudadanía al conocimiento científico, a la
conversación social en torno a la ciencia, y a la toma de decisiones sobre las cuestiones relacionadas con la ciencia que nos afectan en nuestro día a día.