Las pequeñas historias, o la ciencia más modesta, también pueden resultar muy interesantes» Entrevista a Manuel Seara periodista científico

«La divulgación es clave pero no es suficiente. Es necesaria una buena formación básica en ciencia de los alumnos en la escuela y en el instituto.» Señala el director del programa «A hombros de gigantes»


Manuel Seara Valero biólogo y periodista especializado en la divulgación científica. Es el director y presentador del programa A hombros de gigantes, que se emite semanalmente por Radio Nacional de España, un programa de referencia para la Cultura Científica en España. Ha publicado también varios artículos y ensayos de carácter divulgativo y ha ganado premios como el CSIC de Periodismo Científico o el Boehringer Ingelheim.

¿A hombros de quién tenemos que subir a la Ciencia para que sea reconocida por la sociedad como un pilar básico de la convivencia democrática?

A hombros de una mayor educación y cultura científica de los ciudadanos. En una sociedad cada vez más avanzada, es fundamental el método científico (incluso en aquellos que han seguido una formación en Humanidades) para tener una visión crítica y analítica de cuanto nos rodea.

Una de las primeras preocupaciones del Programa Horizonte Europa es como romper la desconfianza de los europeos frente al conocimiento científico. ¿Es suficiente con hacer divulgación científica para vencer este recelo?

No sé si existe desconfianza o, simplemente, desconocimiento. La divulgación es clave pero no es suficiente. Es necesaria una buena formación básica en ciencia de los alumnos en la escuela y en el instituto.

Desde 1998 en que aparición por primera vez en una ley en España (en la 5/98 de la Ciencia de la Comunidad de Madrid) la expresión “Cultura Científica” ¿Cómo ha cambiado la relación de la Ciencia con nuestro país?

En los últimos años hemos asistido a un fenómeno curioso: los científicos, cada vez más, abandonan los laboratorios para acercarse al público mediante charlas, conferencias, talleres, colaboraciones en los medios de comunicación, etc. También es cada día mayor el número de periodistas especializados en ciencia. Sin embargo, y paradójicamente, han comenzado a proliferar antivacunas y negacionistas, grupos que hace unos años eran anecdóticos en nuestro país.

En una sociedad cada vez más avanzada, es fundamental el método científico para tener una visión crítica y analítica de cuanto nos rodea.

La comunicación de la ciencia tiene una limitación esencial, siempre es un tema complejo que reclama atención y un conocimiento previo, y normalmente su experiencia es contraria al sentido común. Esto no impide que en internet proliferen los “influencer” y las publicaciones sobre temas científicos. ¿Qué valoración le sugiere este hecho? Por favor, recomiendenos cinco comunicadores digitales sobre ciencia de España e Iberoamérica a los que deberíamos seguir. 

Todo suma en divulgación. Internet y las redes sociales han permitido la aparición de nuevos formatos de comunicación que, bien explotados, son extraordinarios aliados para aumentar la cultura científica de nuestro país. En cuanto a comunicadores, son muchos y muy buenos. Por citar cinco: Héctor Socas y su Coffee break: Señal y Ruido; José Manuel Nieves y su Materia Oscura; Antonio Rivera y A ciencia cierta; Ignacio López Goñi en Twitter con su @microBio, y Enrique Coperías @CienciaDelCope

En la parrilla de RNE llama la atención la diversidad de programas vinculados a la ciencia. ¿Cómo es tratada, en cantidad y calidad, la ciencia en el resto de los grandes medios de comunicación?

No me atrevo a hacer una valoración del resto de los colegas porque desconozco sus condiciones laborales y los recursos a su disposición. Hay, desde luego, medios muy potentes como Materia en El País, que hace un trabajo magnífico, de gran calidad. Muchos digitales cuentan con periodistas especializados que también hacen un trabajo extraordinario. Lo que sí es cierto es que cada vez más, la ciencia está más presente en los medios de comunicación.

Las noticias falsas, o realidades alternativas según la “alt right”, se expanden a mayor velocidad y nos llevan a la polarización anteponiendo en nuestros juicios los deseos y las emociones al conocimiento. ¿La libertad de expresión debería dar cobertura al negacionismo científico en cualquiera de sus manifestaciones? 

Es un tema delicado. Debería resolverse a través de la deontología y de la educación. De la deontología de los medios, que no deberían dar cabida a informaciones sin contrastar, y de educación por parte de la población que debería rechazar todas aquellas afirmaciones sin pruebas, con el descrédito consiguiente y el rechazo para quienes las profieran. 

Internet y las redes sociales han permitido la aparición de nuevos formatos de comunicación que, bien explotados, son extraordinarios aliados para aumentar la cultura científica de nuestro país.

Usted está en contacto diariamente con la comunidad investigadora, ¿los que asumen que comunicarse con la sociedad forma parte de su trabajo son siempre los mismos?

No. Como he dicho más arriba, los científicos son ahora muy conscientes de la necesidad de comunicar a la sociedad el trabajo que hacen y en qué se invierte su dinero. Además, muchos programas de financiación conllevan la obligación de difundir esos conocimientos a la sociedad por parte de los grupos que reciben las ayudas.

La mayor parte de las noticias sobre ciencia giran en torno a lo que podríamos llamar “big science”. Temas deslumbrantes, rondando el premio Nobel. ¿Por qué cuesta dar visibilidad a la ciencia que persigue un impacto directo en los territorios y en la vida diaria de los ciudadanos?

Yo creo que no, que es cuestión de contar las cosas de forma que lleguen al gran público. La big science es muy llamativa en sí misma y muy fácil de “vender” entre el gran público (si se me permite la expresión). Pero las pequeñas historias, o la ciencia más modesta, también pueden resultar muy interesantes si somos capaces de construir un buen relato. Aunque eso es lo difícil.

¿Qué opina de la creación del “Science Media Centre” como intermediario entre los comunicadores y los científicos?

Me parece una iniciativa muy interesante porque proporciona información rigurosa y análisis de los expertos en la materia

¿Por qué tiene tan poca atención la ciencia que se produce en Iberoamérica? 

Desde mi punto de vista personal, no es que llame poca atención. Es que apenas nos llega información del otro lado del Atlántico. Quizá sea ese el problema.

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