El laberinto de la elección de estudios tras la educación secundaria

Los jóvenes no son caprichosos que cambian de opciones porque toleran mal la frustración de no estudiar lo que quieren, más bien, los jóvenes son ciudadanos que viven en un entorno cada vez más estresante y complejo para el que se les exige mucho y de manera inmediata, como si el significado de la palabra “proceso” hubiera desaparecido del consciente colectivo, y hubiera sido sustituido por una elección inmediata, impulsiva y dirigida por el ensayo-error.


Desafíos en la Elección de Itinerarios Formativos Superiores

La elección de itinerarios formativos superiores tras finalizar la etapa de la educación secundaria es todo un reto que atañe no solo a los estudiantes, supone todo un reto también para las familias, los docentes y la propia institución educativa. ¿Cuáles son las dificultades que se atraviesan los alumnos y sus familias en este proceso de toma de decisiones ?, ¿Cuáles son las herramientas reales que tiene la propia administración educativa para facilitar en el alumnado esta toma de decisiones ¿. ¿Realmente orientadores y tutores pueden y asumen de hecho estas funciones ?, ¿Cuáles son las consecuencias profundas de una elección educativa-profesional más impulsiva que meditada? Estas son, entre otros muchos de los interrogantes que se abren entorno a la orientación educativa y profesional en secundaria cuyo calado es mayor del que pueda parecer.

Para comenzar, conviene que nos apoyemos en cifras; la cantidad de alumnos que al finalizar y obtener el título en educación secundaria optan por un ciclo formativo o por una modalidad de bachillerato que luego abandonan es muy significativa. Además, al finalizar Bachillerato en cualquiera de sus modalidades el alumnado y sus familias deben volver a transitar por otro proceso de toma de decisiones que les conducirá a algunos a los ciclos formativos de grado superior y a otros a los grados universitarios.

En este segundo tramo de elecciones las consecuencias son más notorias para el alumnado, para sus familias y para el conjunto de la sociedad. Según fuentes oficiales, más de 21% de los estudiantes universitarios abandonan su grado universitario tras el primer año, y de estos sobre un 40% se matriculan en otro grado.

la cantidad de alumnos que al finalizar y obtener el título en educación secundaria optan por un ciclo formativo o por una modalidad de bachillerato que luego abandonan es muy significativa

Orientación Educativa en España

En los últimos años me atrevería a decir, que la tendencia es al alza y lo que sin duda alguna puedo afirmar sin temor a equivocarme tras 32 años dedicada a la orientación de estudiantes de secundaria y formación profesional, es que las consecuencias en la autoestima y confianza de los estudiantes se merma cada vez que sienten que han tomado una “elección equivocada” y deben rectificar, por no hablar de la frustración emocional y  la perdida de inversión económica que asumen el estado y las familias.

Una adecuada orientación al alumnado y sus familias sobre los itinerarios superiores no es una cuestión menor; las consecuencias son económicas, personales y sociales y afectan a todo el conjunto de ciudadanos de un país de una u otra manera.

¿Cuáles son las principales dificultades que atravesamos en España para garantizar un proceso de orientación eficaz con el que prevenir estas consecuencias? En primer lugar, destacaría que precisamente el proceso de orientación dentro del sistema educativo como un principio de intervención educativa, ha tenido mucha más presencia en la redacción de las leyes orgánicas y sus desarrollos normativos, que posibilidades reales de materializarse en los centros.

Una adecuada orientación al alumnado y sus familias sobre los itinerarios superiores no es una cuestión menor; las consecuencias son económicas, personales y sociales y afectan a todo el conjunto de ciudadanos de un país de una u otra manera.

La saturación de los tutores y tutoras a los que cada vez se les atribuyen más tareas y la proliferación exponencial de multifunciones que se requieren de la figura del orientador/ra, hacen que lo que debe ser un proceso de toma de decisiones por parte del alumnado y sus familias, se convierta en una mera recepción de información más o menos puntual por parte de un alumnado que “si o si” ha de contar con los recursos familiares para tomar una elección.

La Urgente Necesidad de una Orientación Integral

La falta de información sobre la multitud de opciones existentes y de los engorrosos requisitos para acceder a ellas, la ausencia prácticamente total de la gestión del tiempo que en todo proceso se requiere, la falta de entrenamiento en el desarrollo de las habilidades para generar opciones alternativas necesarias de lo que debe ser un proceso de toma de decisiones jerarquizado tras un proceso reflexivo, es un lujo al que muy pocos estudiantes tienen acceso.

Este servicio debería ser, tal y como indica la normativa educativa desde hace varias décadas, un principio de intervención que impregna la esencia de la acción docente. Tal vez, hayan otras cuestiones prioritarias para la administración o tal vez no hayamos mirado con profundidad las consecuencias globales que tiene el hecho de que los estudiantes miren hacia una única opción (en el mejor de los casos), se angustien por alcanzar una nota de corte que aparece en internet como la única puerta de entrada a la realización de sus sueños, o se sientan estresados y frustrados cuando no pueden acceder a aquellos estudios donde serían brillantes ofreciendo así un servicio de ayuda a la sociedad desde la profesión a las que les conducen.

Los jóvenes no son caprichosos que cambian de opciones porque toleran mal la frustración de no estudiar lo que quieren, más bien, los jóvenes son ciudadanos que viven en un entorno cada vez más estresante y complejo para el que se les exige mucho y de manera inmediata, como si el significado de la palabra “proceso” hubiera desaparecido del consciente colectivo, y hubiera sido sustituido por una elección inmediata, impulsiva y dirigida por el ensayo-error.

los jóvenes son ciudadanos que viven en un entorno cada vez más estresante y complejo para el que se les exige mucho y de manera inmediata

La Importancia del Contexto Familiar

En segundo lugar, habría un conjunto de razones por las cuales podríamos afirmar que la elección de los estudios superiores no es una elección que ataña al estudiante. Su contexto familiar, es determinante y la inclusión de los padres en el proceso de recogida de información y toma de decisiones debería ser algo más que conveniente.

Las elecciones profesionales y educativas de rango superior dependen en gran medida de las posibilidades de las familias y del contexto social. En mi experiencia profesional siempre he organizado varias conferencias para padres, familias y sus hijos, simultáneamente. He podido comprobar con mucha alegría como estos encuentros son ocasiones muy especiales que sirven precisamente para estrechar los lazos de amor y compromiso que fluyen entre los miembros de las familias.

Los hijos, nuestros estudiantes, se sienten apoyados y acompañados por sus padres y familias; toman con gusto la oportunidad de resolver cuestiones inconclusas o no resueltas y encuentran una oportunidad magnifica para reanudar la confianza y la comunicación que precisamente echaban de menos. Ninguna elección es totalmente individual, lo sistémico está siempre presente. La familia forma parte de este proceso de orientación y elección vocacional. La orientación debe incluir, por tanto, al sistema familiar y alentar desde la escuela al protagonista indiscutible, el alumno o alumna que está a punto de dejarnos, para continuar por otro camino y completar su historia. Y la nuestra.


Boletín 58: Empleabilidad un reto necesario (12/02/2024)


PILAR VIVÓ MURCIANO

Orientadora educativa. CEO Enseñanza Sistémica.

Espacios de Educación Superior está dirigido a poner en contacto a las personas e instituciones interesadas en la sociedad del aprendizaje en Iberoamérica y España.