Escuchar a Antonio Abril contagia pasión por la Universidad. Comparte con nosotros su añoranza, “los tiempos más felices de la vida son los universitarios”. Pero también su experiencia profesional de seis años de profesor de derecho administrativo enseñando como las administraciones, incluida la Universidad, solo adquieren sentido cuando están al servicio y bajo el control de la sociedad. Y como no, su condición de Presidente de la Conferencia de Consejos Sociales de las universidades españolas, con una visión realista, pero nunca abnegada, “los Consejos Sociales carecemos de los medios para cumplir las limitadas competencias teóricas de control que tenemos asignadas”.

Si fuéramos capaces de sacar rendimiento al talento que acumulan las universidades públicas, el país sería muy distinto

Si fuéramos capaces de sacar rendimiento al talento que acumulan las universidades públicas, el país sería muy distinto

Su propuesta en defensa de las universidades públicas es enérgica y urgente, “no podemos esperar cuatro años, el mundo va muy deprisa”. Sociedad y Universidad se necesitan, deben revisar el acuerdo sobre el que se soporta su relación. “La sociedad apenas participa en la gestión y gobierno de la universidad… la universidad está excesivamente aislada …La sociedad no se implica en la universidad, no es una prioridad… y por eso no llegan los recursos necesarios”.

Sus comentarios surgen desde la esperanza y la confianza en la universidad, siempre desde un profundo conocimiento de la realidad de la institución. Casi suspira, …“Si fuéramos capaces de sacar rendimiento al talento que acumulan las universidades públicas, el país sería muy distinto”, insiste, “el problema es de organización y gestión…el autogobierno sin control genera corporativismo y endogamia”.

Les dejamos con él compartiendo su visión del mundo, su experiencia en el mayor éxito en la historia empresarial española; «Cuando pones los medios, no hay nada imposible. El mundo global y competitivo en el que vivimos es justo en la retribución del esfuerzo y del mérito»