La Universidad simplificante

Francisco Pomares

Las universidades atomizan el conocimiento implementando más carreras específicas, fragmentando el universitas y generando graduados con pensamiento simplificante,  no capacitados para su realización personal en un contexto  laberíntico que requiere múltiples saberes integrados.

ALBERTO LUIS D’ANDREA


Un mundo complejo necesita de un pensamiento complejo para su comprensión. Es necesario integrar el conocimiento. Surgen entonces en forma secuencial dos grandes convergencias tecnológicas, las TICs y las NBICs, para dar respuestas a las necesidades de un planeta a la deriva en lo económico y ambiental. En forma antagónica, las universidades atomizan el conocimiento implementando más carreras específicas, fragmentando el universitas y generando graduados con pensamiento simplificante,  no capacitados para su realización personal en un contexto  laberíntico que requiere múltiples saberes integrados.

Las universidades y el pensamiento complejo

El Sociólogo e investigador francés Edgard Morín (París, 1921- ), de fuerte ascendencia en los círculos académicos, es considerado el padre del “pensamiento complejo”. Él lo concibe como un pensamiento total, completo y multidimensional. Lo visualiza como pensamiento no parcelado y no reduccionista sin dejar de reconocer su característica de inacabado e incompleto. Para Morín el pensamiento complejo integra las formas simplificadoras de pensar. El pensamiento simplificante no concibe la conjunción de lo uno y lo múltiple, unifica en abstracto, anula la diversidad y por este camino se llega a la “inteligencia ciega” sin visión adecuada de un mundo complejo e integrado. 

Las universidades del siglo XXI hacen exactamente lo opuesto, se ufanan de tener cada vez más carreras, 20, 30… , atomizando el conocimiento, alejando a sus estudiantes de la formación necesaria para el desarrollo del pensamiento complejo necesario para comprender un planeta complejo. Las empresas, como si tuvieran un “pegamento mágico”, organizan equipos multidisciplinarios para poder avanzar en un esfuerzo por integrar lo que la universidad atomiza. Los equipos pueden mejorar la performance empresarial, pero sus integrantes no están capacitados para mejorar la suya ante la incertidumbre de lo complicado, no están capacitados para su realización personal en un contexto laberíntico. 

Las empresas, como si tuvieran un “pegamento mágico”, organizan equipos multidisciplinarios para poder avanzar en un esfuerzo por integrar lo que la universidad atomiza

Las respuestas convergentes

La respuesta integradora se inicia con la llegada de dos grandes procesos de convergencia tecnológica secuenciales en el tiempo: las TIC (Tecnologías de la Información y de la Comunicación) y las NBIC (Nano, Bio, Info y Cognotecnologías). Las TIC conforman uno de los principales ejemplos de convergencia del siglo XX, han suscitado profundos cambios sociales, dando origen a la sociedad informática (informacional) al compatibilizar e integrar tecnologías de la información y comunicación muy relevantes como el cine, la fotografía, la radio, la televisión, la informática y las telecomunicaciones, generando ni más ni menos que un nuevo modelo de sociedad.

No obstante, la comunicación es solo una de las nueve necesidades humanas primarias. Las respuestas necesarias a las ocho restantes: salud, energía, alimentos, ambiente, vestimenta, transporte, vivienda y defensa aparecen de la mano de la segunda gran convergencia del conocimiento tecnológico: las NBIC.

Como expresa el profesor y filósofo de la ciencia Javier Echeverría, el sistema NBIC es nanocósmico y por tanto imperceptible a simple vista, no está al alcance de cualquier individuo por ser una escala del mundo que, aun siendo real, no ha sido accesible a la percepción humana hasta hace pocos años, y ello gracias a la invención de microscopios que permitieron comprender todo desde una nueva nano óptica.

Las universidades del siglo XXI se ufanan de tener cada vez más carreras, atomizando el conocimiento, alejando a sus estudiantes de la formación necesaria para el desarrollo del pensamiento complejo necesario para comprender un planeta complejo.

El primer programa NBIC “Converging Technologies for Improving Human Performance” (National Science Foundation Department of Commerce, EEUU, Diciembre 2001) explica que su fin último no sólo es el conocimiento. Dice: “Las tecnologías convergentes podrían producir enormes mejoras en las habilidades humanas, beneficios sociales y mejora en la calidad de vida”. 

Una solución factible

Lejos están nuestras atomizadoras universidades de la complejidad inherente a la convergencia NBIC. Todas todavía en la primera convergencia tecnológica iniciada en el siglo XX y sin los espacios curriculares para avanzar armónicamente hacia la nueva convergencia tecnológica.

Una solución hacia la integración necesaria para comprender la era actual la constituye la creación de carreras de grado con capacitación simultánea en ciencia, tecnología y gestión con la finalidad de formar innovadores tecnológicos vinculados con las nano, bio, info y cognotecnologías. Disciplinas responsables del paso de la “sociedad informática” a la “sociedad multidireccional” (Figura 1)  la cual puede dar respuestas a muchas de las necesidades económicas y ambientales de los 8.000 millones de habitantes del abarrotado planeta.

La complejidad, asesina silenciosa del crecimiento, acecha. Para crecer en lo colectivo e individual debemos volver a integrar el conocimiento, revirtiendo aceleradamente la tendencia de la universidad actual de fragmentar la universitas (universalidad). Un lamentable límite a la realización humana.


Referencias Bibliográficas: 

  • Morín, Edgar (1966). Introducción al pensamiento complejo. Editorial Gedisa, España.
  • Echeverría, Javier (2008-2009). Los dos grandes procesos de convergencia tecnológica. Quaderns del CAC. Editorial  Consejo del Audiovisual de Cataluña. 31/32 (5-11).
  • D’Andrea, Alberto Luis (Coordinador) 2017. La convergencia de las tecnologías exponenciales y la singularidad tecnológica. Editorial Temas, Argentina.

PROF. DR. ALBERTO LUIS D’ANDREA es Director de Nanotecnología y Nuevas Tecnologías. Universidad CAECE (Argentina)

Espacios de Educación Superior está dirigido a poner en contacto a las personas e instituciones interesadas en la sociedad del aprendizaje en Iberoamérica y España.