Sin duda uno de las instituciones de referencia para pensar en educación en iberoamérica es el Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación del Tecnológico de Monterrey. Su publicación “Edu Trends. Credenciales alternativas” se ha convertido en un documento de referencia sobre el proceso de cambio que están viviendo las universidades en relación con las nuevas formas de certificación de competencias y su impacto sobre el futuro de las universidades.
PABLO ACOSTA
En el informe “Edu trends. Credenciales alternativas” se abordan los factores de la crisis del título universitario. Los profundos cambios del sistema productivo han puesto en jaque los valores tradicionalmente asignados a los estudios universitarios. Dos de estos factores son la universalización de la educación universitaria, que gracias al crecimiento de la red de universidades y a los programas de becas han abierto las puertas de la universidad a un amplio público, y la evolución del paradigma productivo. Si el principal atractivo de la universidad durante décadas fue que la educación superior garantizaba el acceso a una profesión y actuaba como ascensor social, hoy ya no es así.
En este contexto, el Observatorio de Innovación Educativa del Tecnológico de Monterrey analiza la figura de las credenciales alternativas. Considera que obtener un mejor trabajo es la principal razón de los estudiantes para invertir su tiempo y dinero en estudios superiores. La prueba es que la presión por realizar estudios en áreas “prácticas” con una finalidad plenamente laboral ha conducido al declive de las humanidades. Por su parte, las grandes corporaciones consideran que los egresados no tienen las competencias que precisan y que los títulos universitarios tradicionales dan muy poca información sobre las habilidades, competencias y conocimientos de los aspirantes a un puesto en sus organizaciones.
La obtención de un título universitario es ya un simple indicio de las capacidades profesionales del individuo, pero esto no basta. En este escenario, los egresados tienen una creciente necesidad de actualizar su formación y adquirir nuevas habilidades y competencias. Nuevos instrumentos pretenden satisfacer esta necesidad: así, los MOOC (cursos virtuales abiertos), bootcamps (programas de inmersión) y otros cursos en línea que prometen la adquisición de habilidades demandadas por el mercado laboral a un precio asequible y en poco tiempo.
La clave está por tanto en en el concepto de educación a lo largo de toda la vida (lifelong learning). El derecho a la educación no se agota en la obtención de un título universitario. El denominado K60, el currículum organizado con una extensión de 60 años, está en el epicentro del debate de las universidades norteamericanas. Los aprendices permanentes ofrecen grandes oportunidades a las universidades, pero también obligan a adaptar sus estructuras y métodos ante el advenimiento de la Cuarta Revolución Industrial.
De este modo, la certificación se ha convertido en un codiciado objetivo para estudiantes y empleadores. En la publicación que estamos reseñando se analizan las principales plataformas de MOOC y se recoge un mapeo de las credenciales que allí se ofrecen, incluyendo características y precios. Existen oportunidades crecientes para las credenciales alternativas, que son las que certifican la adquisición de aquellas competencias, habilidades y resultados de aprendizaje que derivan de actividades no relacionadas con un título profesional o grado.
El futuro trae por tanto incertidumbres, pero también oportunidades a las que pretende dar respuesta la certificación alternativas a través de distintas herramientas: MOOCs, microcredenciales, micro o nano grados, insignias digitales, certificados profesionales en línea y los programas educativos basados en competencias.
En el reporte Edu Trends se describe cómo diferentes instituciones han abordado las nuevas formas de certificación de estudios. Su lectura resultará muy enriquecedora a los gestores universitarios responsables de la oferta. También a los actores públicos con capacidad de decisión en materia de oferta, principalmente la administración educativa y los órganos de representación de las universidades a nivel autonómico y estatal.
En cualquier caso, no debe olvidarse que la certificación se limita a dar testimonio de los estudios cursados; si su calidad es insuficiente, el valor de la certificación decaerá. Es fundamental en este sentido que las universidades adquieran instrumentos de prospectiva que permitan detectar las necesidades del futuro mercado laboral y que desarrollen su oferta siguiendo altos estándares de calidad. No hay empleabilidad sin calidad.
PABLO ACOSTA es profesor de Derecho Administrativo en la Universidad Rey Juan Carlos.
Twitter @AcopabloAcosta
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