Evaluación y acreditación en la mejora de la calidad de la educación superior

Mientras algunos gobiernos plantean reformas o ajustes de carácter básicamente funcional u operativo, otros hacen un llamado a transformaciones estructurales y cambios de paradigma, pues consideran que el mundo vive un momento marcado por disrupciones de alto impacto

MARÍA EMILIA BARRERA BUSTILLOS


La magnitud y la aceleración de los cambios que enfrenta el mundo hoy, generan un contexto dinámico y complejo al que los sistemas educativos deben responder en los ámbitos social, económico, político, cultural y ambiental, desde la escala local hasta la global. Las instituciones de educación superior (IES) y diversos actores se plantean demandas específicas ante esto, preocupados por los nuevos desafíos que deben enfrentar quienes concluyen sus estudios.

Las IES enfrentan, de forma particular, tensiones y exigencias muy diversas y, en ocasiones, contradictorias, derivadas de las estructuras demográficas, inequidad social, evolución del mundo laboral de las profesiones, intensificación de la producción y difusión de conocimiento, creciente acceso y uso de las tecnologías de comunicación, los desafíos de la Agenda 2030, la globalización económica, las implicaciones de la industria 4.0, así como las crisis acentuadas por la pandemia de Covid-19. Estos cambios tienen un fuerte impacto en la manera que éstas llevan a cabo sus funciones de enseñanza, investigación y extensión.

En este contexto, desde diferentes ámbitos, se detecta como una urgencia asumir el cambio como un imperativo en la educación superior (ES), y que se convierta en un eje transversal que atraviese desde los sistemas educativos globales y nacionales hasta los modelos educativos específicos, pasando por el análisis de los modelos y la gobernanza de las instituciones. La respuesta ha sido diversa pues mientras algunos actores y gobiernos plantean reformas o ajustes de carácter básicamente funcional u operativo, otros hacen un llamado a transformaciones estructurales y cambio de paradigmas para la innovación, pues consideran que el mundo vive un momento marcado por disrupciones de alto impacto. 

se detecta como una urgencia asumir el cambio como un imperativo en la educación superior (ES), y que se convierta en un eje transversal que atraviese desde los sistemas educativos globales y nacionales hasta los modelos educativos específicos

Las principales tendencias de cambio exigen desafíos asociados a la internacionalización de las IES, ampliar la cobertura, la equidad y excelencia; mejorar las características y roles de los estudiantes y profesores con estrategias de enseñanza y de evaluación innovadoras; tener una oferta educativa pertinente y flexible con modelos curriculares híbridos y formas de gobernanza eficientes, innovadoras y flexibles; incrementar la cooperación interinstitucional e internacional; así como contar con criterios de transparencia y optimización de sus procesos. Estas tendencias se relacionan entre sí, e impactan a las IES de distintas formas.

México ha identificado grandes retos para la educación superior en el diagnóstico realizado en los últimos años, para la Ley General de Educación Superior, con amplia participación de los distintos actores que inciden en ésta. En el diagnóstico se identificaron características relevantes: a. heterogeneidad en los procesos formativos, perfiles de la planta académica, infraestructura y formas de gobernanza en las IES, debido a que existen 11 subsistemas con objetivos, oferta educativa, concepciones de la calidad y procesos y gobernanza que incide en ampliar la brecha de calidad, en la formación de los egresados de las mismas profesiones; b. existencia de gran cantidad de organismos responsables de los procesos de evaluación y acreditación, con criterios y paradigmas heterogéneos, que coadyuva a distintas  conceptualizaciones sobre la calidad educativa, los marcos de referencia, la formación de evaluadores y operación de los mismos ; c. en las profesiones de riesgo social, la acreditación es concebida como voluntaria, entre otras, lo que genera la necesidad de reflexionar, sobre la calidad y su aseguramiento, hace imprescindible avanzar hacia una conceptualización clara y pertinente de la calidad, sus criterios  y atributos de egreso mínimos, que permita, desde los modelos de evaluación y acreditación, orientar a las IES en su proceso de transformación para atender los retos actuales y futuros de las formaciones en sus diseños curriculares  y el cumplimiento de las funciones sustantivas de las IES, buscando la mejora continua.

La calidad es el compromiso que una institución de educación superior adopta con sus estudiantes en relación con su formación y las necesidades de la sociedad, considerando como referentes los propósitos formativos, los principios y valores de la IES y los referentes asociados al contexto local, nacional y globalizado de la ES, para cumplir a cabalidad, con la promesa definida con los actores y la sociedad. 

Así, los procesos de aseguramiento de la calidad tienen frente a sí el reto de contribuir con estrategias efectivas que incidan en coadyuvar a esta transformación, cerrar brechas entre IES, mejorar calidad de su oferta educativa, la equidad, y las oportunidades formativas de los estudiantes de ES.

El Consejo de Acreditación de la Enseñanza de la Ingeniería (CACEI), uno de los más antiguos organismos de acreditación existentes en México y, en su trayecto, ha planteado en su visión dos objetivos estratégicos: la evaluación centrada en los resultados de aprendizaje y la mejora continua en un contexto internacional. Razón por la cual, ha realizado cambios sustanciales que han repercutido en lograr un reconocimiento nacional e internacional del mismo.

Los cambios principales que apoyaron la transformación de CACEI fueron: modificaciones en la normatividad, estructura organizacional, infraestructura tecnológica y física, innovación en el marco de referencia y metodología para la acreditación y la formación de evaluadores, todo sustentado en eficientes modelos de planeación estratégica, gestión y gobernanza.

En 2016, se orientó a internacionalizar el modelo de acreditación para atender los desafíos de la formación en ingeniería, tomando como referentes clave los cambios que el contexto nacional e internacional demandaban, el papel y perfiles de la ingeniería en el mundo, y las necesidades identificadas por organismos internacionales reconocidos para la formación de ingenieros y su calidad de la enseñanza.

Estos cambios se materializaron en un nuevo Marco de Referencia (MR2018), que incorporó un modelo de acreditación orientado a resultados de aprendizaje y la búsqueda del reforzamiento de los procesos colegiados de autoevaluación. Se asumió el desafío de la internacionalización a través de estrategias diversas: el ingreso al Washington Accord, al Acuerdo de Lima, la Red Iberoamericana de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (RIACES) y la Alianza, con ANECA, para obtener el Sello EUR-ACE, entre otras. 

en un nuevo Marco de Referencia (MR2018), que incorporó un modelo de acreditación orientado a resultados de aprendizaje y la búsqueda del reforzamiento de los procesos colegiados de autoevaluación

La magnitud de los esfuerzos emprendidos requirió asumir una estrategia de transición para el cambio de paradigma, sustentada en procesos de reflexión colegiada, que condujeron a la conceptualización del modelo de evaluación, formación de las IES y evaluadores, diseño de materiales de apoyo, asesoría a éstas y numerosos ajustes de carácter logístico, operativo, informático, entre otras. 

Los resultados de la innovación emprendida tiene frutos importantes en la mejora de la calidad y pertinencia de la oferta educativa de ingeniería y TSU en las IES de mayor matrícula; ha propiciado rediseños curriculares, generado modelos educativos innovadores; incidido en la pertinencia de los perfiles de la planta académica y  el diseño y puesta en operación de procesos sistemáticos y periódicos de evaluación del logro de los atributos de egreso comprometidos, las estrategias de enseñanza y evaluación y desarrollo del liderazgo institucional del personal directivo; así como un cambio en la cultura interna de una gran parte de las comunidades educativas, orientado por los criterios incluidos en el MR2018, es decir, las estrategias han sido efectivas e impactado positivamente en la calidad de la formación de los ingenieros mexicanos y su empleabilidad.

La tarea no ha sido fácil, reconocemos aún existen retos, pero esto ha sido posible por el trabajo comprometido de expertos, académicos, IES y grupos de interés, que ha conducido a una transformación de esta envergadura en la formación de ingenieros mexicanos, incidiendo en el reconocimiento de sus perfiles y ejercicio en otros países del mundo. 


MARÍA EMILIA BARRERA BUSTILLOS. Miembro del Comité Académico de la Red iberoamericana de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (RIACES), ha sido Presidenta del Acuerdo de Lima

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