En el panorama educativo actual, la formación de docentes emerge como un punto de reflexión crítico y esencial para garantizar la calidad y equidad en el acceso a la enseñanza.
En esta entrada de ESdiES formulamos una pregunta, «La formación de docentes se ha convertido en el gran negocio de la Universidad. ¿Garantiza el actual sistema la equidad en el acceso y la calidad en la formación?!, sobre la que dialogan tres decanos de facultades de educación en universidades españolas: Miquel F. Oliver Trobat, Universitat de les Illes Balears, Jesús Manso, Universidad Autónoma de Madrid, y Marta Bertran Tarrés, Universitat Autònoma de Barcelona.
Miquel F. Oliver Trobat:
Es cierto que para la Universidad privada la formación de docentes se ha convertido en un gran negocio por la alta demanda y el elevado precio de la formación. En el caso de la pública hay que recordar que las tasas académicas que se aplican cubren solo el 20 % del coste total.
En cualquier caso, tanto en las universidades públicas como en las privadas, no debe existir ninguna incompatibilidad entre el deber de las universidades a garantizar la formación de los mejores profesionales para educar a los ciudadanos del futuro y el derecho del alumnado a acceder a los estudios superiores. La equidad en el acceso debe garantizarse mediante la transparencia, la imparcialidad, la independencia, la discrecionalidad y la profesionalidad de los miembros de los órganos de selección de las pruebas de acceso.
La calidad supone garantizar los atributos personales y profesionales básicos para ejercer la docencia (motivación, responsabilidad, iniciativa, asertividad, compromiso ético y profesional, autoestima, etc.), ofrecer una formación cultural sólida, unas competencias profesionales coherentes con las necesidades sociales actuales y un bagaje importante de práctica docente y capacidad reflexiva que asegure el desarrollo profesional posterior.
El actual sistema requiere urgentemente la revisión de los actuales planes de estudio de la formación inicial y de la implantación de otras medidas complementarias (sistemas de admisión a los estudios, creación de períodos de inducción profesional vinculados con los procedimientos de acceso a la docencia, fomento de asociaciones profesionales y comunidades de aprendizaje profesional, establecer la carrera profesional docente, establecer procesos de formación permanente ligados a la mejora de los centros educativos de acuerdo con los planteamientos de equipos docentes cohesionados bajo sistemas de dirección distribuida y pedagógica, etc.).
no debe existir ninguna incompatibilidad entre el deber de las universidades a garantizar la formación de los mejores profesionales para educar a los ciudadanos del futuro y el derecho del alumnado a acceder a los estudios superiores
En definitiva, la Universidad debe priorizar la calidad de la formación de los docentes, frente a la cantidad y al negocio que se pueda generar en algunos casos. La Universidad debe trabajar junto con la administración y las asociaciones profesionales para establecer las condiciones necesarias para una óptima profesionalización de los docentes a todos los niveles y debe abrir las puertas a los docentes en activo para que sean los verdaderos protagonistas de la formación de los futuros docentes con figuras como la del profesor vinculado, entre otras.
Marta Bertran Tarrés:
En los últimos años se ha producido un incremento de plazas de formación de docentes de educación infantil y primaria, así como de formación de profesorado de secundaria, especialmente en el sector privado y formación on-line, pero se ha mantenido el número de plazas en el sector público en algunas comunidades.
Esto significa un aumento del número de plazas y, por lo tanto, implica que mayor número de personas pueden acceder a estos estudios, pero sólo si sus recursos económicos lo permiten. En principio, las diferencias de precio en la matrícula no garantizan la equidad de acceso y otorgan más oportunidades a las personas con más recursos económicos. La diferencia de precio de la matrícula tampoco debe suponer diferencias en la calidad de la formación.
Por otro lado, el incremento del número de plazas en los estudios universitarios no va acompañado del necesario aumento de profesorado universitario acreditado por las agencias de cualificación en algunas de las áreas educativas. El profesorado acreditado en determinadas áreas es deficitario y las universidades compiten para incorporar a este profesorado.
las diferencias de precio en la matrícula no garantizan la equidad de acceso y otorgan más oportunidades a las personas con más recursos económicos
En consecuencia, las plantillas de profesorado de determinadas áreas de las facultades de educación son deficitarias en personal acreditado contribuyendo a un desajuste en la estabilización de las plantillas. Deberemos valorar, después de la implementación de la Ley Orgánica del Sistema Universitario, de qué forma las nuevas figuras contractuales como profesorado universitario (profesorado substituto, profesorado asociado permanente) contribuyen a la calidad docente.
Jesús Manso:
Creo que esta pregunta enlaza a la perfección con lo que indicaba con anterioridad. Comparto el hecho de que las titulaciones de magisterio y del Máster son estudios fáciles de “montar” (no requieren mucha inversión) y muy “rentables”. Por eso es por lo que creo que la administración educativa, consciente de la relevancia de la formación inicial de los que serán los docentes que se integrarán en el sistema educativo, deberían asumir mayor intervención en este aspecto y en la planificación de quienes acceden a estos estudios.
Y en este sentido soy claro al afirmar que creo que garantizar la calidad de la formación inicial del profesorado debe estar por encima del principio de autonomía universitaria y, por tanto, la administración educativa está legitimada para actuar coordinando a las diferentes facultades de Ciencias de la Educación.