«El impacto económico y social de las universidades», estudio de INAECU

El pasado 14 de junio de 2022, INAECU presentó el “Estudio sobre el impacto económico y social de las universidades públicas y privadas madrileñas en la región. Análisis en el corto y en el largo plazo”. En España, las universidades públicas son principalmente financiadas por los presupuestos públicos. ¿Devuelven a la sociedad lo que reciben? El estudio que aquí se presenta ofrece las respuestas.

PABLO ACOSTA


El Instituto Interuniversitario “Investigación Avanzada sobre Evaluación de la Ciencia y la Universidad” (INAECU) (UAM-UC3M) es un centro creado entre las universidades que integran la Alianza 4U. El pasado 14 de junio de 2022, INAECU presentó el “Estudio sobre el impacto económico y social de las universidades públicas y privadas madrileñas en la región. Análisis en el corto y en el largo plazo” en la sede central de la CEOE en un evento organizado por la Conferencia de Consejos Sociales de la Comunidad de Madrid y la Consejería de Educación, Universidades y Ciencia de la Comunidad de Madrid.

El estudio ha sido realizado por expertos de varias universidades y tiene un carácter principalmente cuantitativo basado en indicadores económicos obtenidos del sistema universitario madrileño y de la administración general. Se incorpora a otros cinco elaborados por INAECU y es una actualización del publicado con el mismo objeto de estudio en 2016, lo que le añade la virtud de construir una serie histórica que permite por tanto seguir la evolución de determinados indicadores.

El informe pone de relieve el peso del sistema universitario madrileño, que representa en torno al 20% del sistema universitario español en cuanto a volumen de estudiantes, egresados y personal docente e investigador, y está ubicado en una de las Comunidades Autónomas con mayor riqueza. En el periodo estudiado (curso 18-19), Madrid contaba con 6 universidades públicas y 8 privadas. Hoy, el número de privadas autorizadas ha ascendido a 13, lo que no invalida las conclusiones del estudio, por el poco peso de las nuevas universidades en el conjunto.

 El sistema universitario madrileño es un sector económico en sí mismo

Madrid contó en el curso 2018-2019 con 294.065 estudiantes matriculados en grado, máster universitario y doctorado, 229.445 en las universidades públicas (78,1%) y 64.620 en las universidades privadas (21,9%).

El informe pone de relieve que el nivel de riqueza de la Comunidad de Madrid no se corresponde con su nivel de inversión en educación; en 2020 la Comunidad de Madrid es la quinta Comunidad Autónoma que más gasta en relación a su presupuesto, el 21,07%, pero es también la tercera que menos gasta per cápita en Educación, 729 euros.

Según el informe, las universidades madrileñas constituyen un importante foco de atracción de estudiantes de otras regiones e internacionales. Del total de estudiantes de grado matriculados en las universidades españolas presenciales en 2018-2019, el 18,6% está cursando estudios en la Comunidad de Madrid. Este porcentaje asciende al 20,7% para los estudiantes de máster y al 19% para los de doctorado. Madrid ocupa la cuarta posición en cuanto a movilidad entrante (estudiantes internacionales que siguen programas de movilidad e intercambio) con el 4,34% del total matriculado, y la sexta en cuanto a estudiantes internacionales con matrícula ordinaria, (estudiantes internacionales que buscan un título oficial) con el 5,65% sobre el total matriculado.

Las universidades públicas generan empleo directo e indirecto de calidad

En cuanto a egresados del sistema universitario español (grado, máster universitario y doctorado) del curso 2018-2019, el 23% son egresados de universidades madrileñas. Madrid es una Comunidad fuertemente atractora de estudiantes de posgrado, la proporción de másteres universitarios sobre el total de sus titulados es el 40%.

El informe destaca que Madrid presenta una posición destacada en cuanto a inserción laboral de la población de 25 a 64 años. En 2019, la proporción de titulados superiores para este colectivo fue el 49,1%, la segunda mayor de España, y el porcentaje de los que como máximo tienen estudios obligatorios fue el más reducido de todas las Comunidades Autónomas, el 25,9%.

También refiere el informe que los graduados superiores madrileños de 25 a 64 años presentan la segunda mayor tasa de actividad, el 91%, y la cuarta tasa de empleo más elevada de España, el 84,4%. Según la Encuesta de Inserción Laboral de Titulados Universitarios del INE, en 2019 de los egresados de titulaciones de grado en 2013-2014, los egresados de las universidades madrileñas registran una de las cinco mayores tasas de actividad y empleo y la quinta menor tasa de paro. Sobre la proporción de titulados con ingresos netos de 1.500 euros o más al mes, el 60% de los egresados madrileños lo alcanza, situando a Madrid entre las cuatro comunidades autónomas más destacadas.

La financiación presupuestaria no se corresponde con la riqueza que generan las universidades públicas

El informe destaca el peso de la actividad investigadora en el sistema universitario madrileño, debido a la gran implantación de organismos de investigación que tiene la región.

En cuanto a empleo directo, Las universidades madrileñas emplean a un total de 37.139 personas, en el curso 2018-2019 (26.755 en las universidades públicas madrileñas y 10.384 las universidades privadas madrileñas). El 69,5% de los empleados en el sector pertenece al profesorado y el restante 30,5% trabaja en Administración y Servicios.

Uno de los capítulos más relevantes del informe es el referente a la financiación presupuestaria de las universidades públicas. Afirma que, atendiendo a los presupuestos, el sistema universitario público madrileño es el segundo con más ingresos y gastos totales liquidados en valor absoluto, y el segundo también con mayores ingresos por estudiante (en tasas, precios públicos y otros ingresos), en el curso 2018-2019. Por el contrario, las universidades públicas madrileñas reciben las menores transferencias corrientes y de capital por estudiante de todo el sistema universitario español, y son también las que presentan menor ratio de gasto corriente por estudiante matriculado de todo el sistema universitario español.

Se ha dicho muchas veces: es necesario implantar planes de financiación suficiente para las universidades

El sistema universitario madrileño puede ser considerado un sector económico en sí mismo. Genera rentas directas en las economías familiares mediante el pago de salarios y becas. Pero también genera un importante impacto socioeconómico en el resto de los sectores de actividad mediante el gasto que realizan los estudiantes, tanto los madrileños como los de otras regiones y los de procedencia internacional, al que se suma el realizado por visitantes y asistentes a actividades científicas o tecnológicas.

El sistema universitario madrileño actúa por tanto como factor de incremento del PIB regional, de las rentas salariales y del empleo. La inversión de la Comunidad de Madrid en las universidades públicas (932,6M€ en 2018) revirtió en la economía madrileña con un incremento del 2,28% del PIB regional y un 2,48% de las rentas salariales.

Por cada euro que gastan las universidades públicas madrileñas, la renta regional madrileña se incrementó en 3,38€. Por cada empleo directo de las universidades públicas madrileñas se crearon otros 2,52 empleos en la Comunidad de Madrid. Si se tiene en cuenta la tributación de los egresados de estudios de ciclo largo, se obtiene que con los impuestos adicionales pagados por los egresados de las universidades públicas madrileñas se estaría devolviendo anualmente a la sociedad madrileña 5,8€ por cada euro que invierte la Comunidad de Madrid para financiar las universidades públicas.
Las universidades cumplen por tanto sobradamente su función de motor de la economía. ¿Se corresponde con este papel su financiación pública?

Es evidente que no, al menos en la comparación con el resto de comunidades, que superan a Madrid en financiación y gasto corriente por estudiante matriculado. Los rectores madrileños llevan tiempo manifestando su preocupación por el déficit de financiación. Sin embargo, no basta con incrementar la financiación. En la actualidad, la ausencia de un sistema común de contabilidad analítica, la inexistencia de planes plurianuales vinculados al cumplimiento de objetivos y la deficiencia de los sistemas de rendición de cuentas impiden el control de los fondos dedicados a subvenciones nominativas. Es urgente implantar un nuevo modelo de financiación que responda a las necesidades de las universidades madrileñas respetando el principio de rendición de cuentas.


PABLO ACOSTA es Profesor de Derecho Administrativo en la Universidad Rey Juan Carlos

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