Hay algunos colegios católicos que parecen organizados sólo para la preservación. La escuela convertida en un búnker que protege de los errores de afuera, es la expresión caricaturizada de esta tendencia…Refleja de un modo estremecedor lo que experimentan muchísimos jóvenes al egresar de algunos establecimientos educativos: una insalvable inadecuación entre lo que les enseñaron y el mundo en el cual les toca vivir.
JOSÉ LUIS CORZO
Propuesta de un Pacto Educativo Global
Fue Benedicto XVI, de feliz memoria, quien avisó varias veces sobre una emergencia educativa actual. Pero de la enseñanza de Francisco al respecto se habla poco, tal vez, por su originalidad u omisión de lo habitual.
1 Su viaje a Canadá el pasado julio tenía una dimensión pedagógica insoslayable: la abominable educación de niños indígenas en internados católicos colonizadores.
2 Antes, su propuesta de un Pacto Educativo Global para el 14.5.2020, frustrada por la pandemia, no está olvidada; ni cabe achicarla a pactos nacionales – entre escuela pública y privada – como aquí. Sus raíces beben del riesgo del planeta tierra, nuestra “casa común”, según su Laudato sì (2015).
3 Su primera propuesta, al año de su elección, fue muy reveladora. La Conferencia Episcopal Italiana (CEI) le pidió una gran audiencia con la escuela católica italiana, pero Francisco evitó diferencias y prefirió abrirse a la entera escuela italiana.
No en vano fundó en Argentina Scholas Ocurrentes para jóvenes de todas las escuelas y, como jesuita, conocía la escuela por dentro. Implicada la ministra de la Pública Instrucción, pidió a un conocido consejero católico redactar su saludo al Papa; pero en la CEI disgustó que mencionase al cura-maestro de Barbiana, Lorenzo Milani (1923-1967), famoso dentro y fuera de Italia por Carta a una maestra (en más de 60 lenguas).
Al saberlo el Papa, él mismo asumió la cita ante una plaza de San Pedro abarrotada de jóvenes y profesores (10.5.2014):
“Ir a la escuela significa abrir la mente y el corazón a la realidad, en la riqueza de sus aspectos y dimensiones. ¡Y esto es bellísimo! (…) Esto lo enseñaba también un gran educador italiano, que era un sacerdote: don Lorenzo Milani”.
Reconocimiento del apostolado educativo de su párroco don Milani
4 Tres años después – videomensaje a la Feria de Milán, 23.4.2017 – recomendó leer las Obras Completas de Milani, recién editadas; incluyen su libro de Experiencias Pastorales (1958/Madrid BAC 2004), retirado entonces del comercio por el Santo Oficio, por inoportuno.
Y, para colmo, el 20 de junio el Papa subió hasta Barbiana, el exilio eclesial de Milani en el Apenino toscano; 50 años después, reconocía ante sus pobres el auténtico apostolado educativo de su párroco don Milani.
5 En noviembre de 2015, Francisco clausuró el 50º aniversario de la declaración conciliar Gravissimum educationis (GE) y ante miles de asistentes salvó lo anodino y reiterativo de aquel Congreso, organizado por la Congregación de Educación Católica y cuyo Instrumentum laboris no pasó de borrador.
Nos sorprendió su 1º, “no hagáis en clase proselitismo, nunca, nunca”, una escuela será católica si aporta humanidad; 2º la educación actual resulta elitista y selectiva, ventajosa para las personas y países de cierto nivel; 3º dejad vuestros colegios en el centro, al menos la mitad, e id a las periferias… ¡no por beneficencia!, sino por cuanto ignoramos aquí.
La reforma Praedicate Evangelium (2022) absorbe esa Congregación (Sixto V, 1588) en un nuevo Dicasterio para la Cultura y Educación.
Necesidad de autocrítica
6 Más significativa aún su culminación, con Christus Vivit (2019), del largo Sínodo sobre los jóvenes, extrañamente mudo respecto de la escuela:
“Necesita una urgente autocrítica… Hay algunos colegios católicos que parecen organizados sólo para la preservación. La fobia al cambio hace que no puedan tolerar la incertidumbre y se replieguen ante los peligros, reales o imaginarios, que todo cambio trae consigo.
La escuela convertida en un búnker que protege de los errores de afuera, es la expresión caricaturizada de esta tendencia…Refleja de un modo estremecedor lo que experimentan muchísimos jóvenes al egresar de algunos establecimientos educativos: una insalvable inadecuación entre lo que les enseñaron y el mundo en el cual les toca vivir” (121). “No podemos separar la formación espiritual de la formación cultural…” (223).
Algunas claves pedagógicas
7 Podríamos reunir así algunas claves pedagógicas de Francisco:
a) Educar es otra cosa que enseñar: ya GE evolucionó mucho desde la escuela católica – su primer objetivo – hasta el fenómeno humano de la educación, presente en todos los pueblos, épocas, culturas y religiones, y basado en la relación (con los otros, lo otro y el Otro) y no en nuestro saber. De hecho hay eruditos mal educados y analfabetos madurísimos.
Elegir escuela no es elegir educación; si acaso, ideología. Cuentan más otras relaciones y situaciones vitales (políticas, sociales, económicas, ambientales). Tampoco la fe juvenil depende de la instrucción, sino de vivencias cristianas (Christus Vivit 221).
b) A Francisco la enseñanza le parece muy importante al margen de creencias religiosas o no: conocer para entablar relaciones adecuadas. Por eso un Pacto global.
c) Pero no le gusta nada que las escuelas dividan más aún a los jóvenes y excluyan a los pobres; muchos fundadores cristianos quisieron evitarlo.
A aquellos desprovistos de los bienes de fortuna
d) Este Papa subraya más las obligaciones del cristiano que sus derechos (como a una escuela a su gusto, viable para pocos). Y en la escuela católica antepone a “los pobres, los faltos de familia o de fe” (GE 9).
La escuela católica (1977) lo detalló, sin que su autora – la mencionada Congregación – volviera a comentarlo (ni casi otros teólogos de la educación):
“En algunas naciones [la Escuela Católica] corre el riesgo de dar un contratestimonio, porque se ve obligada a autofinanciarse aceptando principalmente a los hijos de familias acomodadas.
Esta situación preocupa profundamente a los responsables de la Escuela Católica, porque la Iglesia ofrece su servicio educativo en primer lugar a “aquellos que están desprovistos de los bienes de fortuna, a los que se ven privados de la ayuda y del afecto de la familia, o que están lejos del don de la fe” (GE 9).
Porque, dado que la instrucción es un medio eficaz de promoción social y económica para el individuo, si la Escuela Católica la impartiera exclusiva o preferentemente a elementos de una clase social ya privilegiada,contribuiría a robustecerla en una posición de ventaja sobre la otra, fomentando así un orden social injusto” (& 58).
JOSÉ LUIS CORZO, SchP Emérito de Teología pastoral, Universidad pontificia de Salamanca
Director de la revista Educar(NOS) https://www.amigosmilani.es
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