Las prácticas sirven no solo para la puesta en práctica de los conocimientos adquiridos en la universidad, sino también para la adquisición de competencias que la universidad no es capaz de proporcionar. Como es natural, también se reconoce que este resultado favorable depende de que las prácticas sean de calidad, acordes con la normativa vigente, en las que las empresas cumplan los compromisos asumidos
PABLO ACOSTA
Presentación
La Fundación Universidad-Empresa (FUE) ha presentado el estudio titulado “Estudio de competencias sobre el perfil de recién egresados universitarios” . El estudio ha consistido en un análisis de las competencias con las que estudiantes y recién titulados se enfrentan a su experiencia profesional. Su base es la aplicación de un perfil competencial a más de 7.000 egresados que han iniciado un programa de introducción a la empresa con FUE, habiendo obtenido 5.759 respuestas de becarios en 325 empresas.
El test de perfil competencial 4D ha sido desarrollado por el Instituto de Ingeniería del Conocimiento de la Universidad Autónoma de Madrid (IIC-UAM) y aplicado a esta muestra desde 2019, con los resultados que se ofrecen en el informe. El test evalúa 8 competencias de primer nivel, críticas en el desempeño profesional, y otras 20 de segundo nivel, analizando experiencia, formación, destrezas y preferencias.
La aplicación del test ha servido también a los estudiantes de la muestra para realizar una evaluación de sus prácticas individuales, detectando áreas de mejora y permitiendo el diseño de un itinerario adaptado a sus necesidades específicas, así como optimizando el desempeño de las organizaciones en las que se realizan las prácticas.
La Fundación Universidad-Empresa (FUE) ha presentado el estudio titulado “Estudio de competencias sobre el perfil de recién egresados universitarios”
Las competencias antes de las prácticas
En el estudio se define la competencia como “el conjunto de comportamientos y actitudes de una persona que son relevantes para la consecución de objetivos y la obtención de resultados, bien sea individuales o de la empresa en la que se encuentre”.
En el momento previo al inicio de las prácticas, las competencias más valoradas son las relacionadas con la dimensión “cooperación y respeto” (trabajar con personas, adherirse a principios y valores), mientras que las que obtienen menor puntuación son las relativas a “comunicación y relación” (presentar y Comunicar, persuadir e influenciar, relacionarse y crear redes). Destaca el hecho de que la práctica totalidad de los estudiantes (95%) demuestren interés y preocupación por trabajar con ética y valores claros.
Uno de cada dos estudiantes considera que no tiene desarrolladas a nivel global habilidades de “comunicación y relación”, lo cual ha llevado a FUE a incluir asignaturas como “inteligencia conversacional” o “comunicación efectiva” en sus programas de prácticas.
el conjunto de comportamientos y actitudes de una persona que son relevantes para la consecución de objetivos y la obtención de resultados, bien sea individuales o de la empresa en la que se encuentre
Seis de cada diez muestran un nivel avanzado en “adherirse a principios” y “lograr metas”.
Destaca la autocrítica de los estudiantes en cuanto a las habilidades relacionales; seis de cada diez manifiesta no tener nada de experiencia en “persuadir e influenciar”. La mitad, nada de experiencia en “trabajar con personas”, “presentar y comunicar”, “relacionarse y crear redes” y “liderar y supervisar”.
Las competencias terminadas las prácticas
Terminadas las prácticas, se vuelve a realizar encuesta entre los estudiantes. En este caso, la muestra se reduce a 1.172 individuos.
La comparación de los datos obtenidos antes y después del periodo de prácticas permite concluir que las competencias experimentan una mejora significativa de forma global después de realizadas. El informe señala que “Todas las competencias y todas las habilidades que las componen muestran niveles superiores tras el periodo de beca. Aunque la mejora no es de magnitud muy alta, sí es estadísticamente significativa.” El incremento más significativo se encuentra en los indicadores relacionados con las dimensiones de “destrezas” y “experiencia”.
Se concluye de este modo que “las prácticas son una herramienta imprescindible para completar la formación de los estudiantes universitarios”. Se destaca que las prácticas sirven no solo para la puesta en práctica de los conocimientos adquiridos en la universidad, sino también para la adquisición de competencias que la universidad no es capaz de proporcionar. Como es natural, también se reconoce que este resultado favorable depende de que las prácticas sean de calidad, acordes con la normativa vigente, en las que las empresas cumplan los compromisos asumidos.
las prácticas son una herramienta imprescindible para completar la formación de los estudiantes universitarios
Recomendaciones y propuestas
De los datos obtenidos en el estudio, los autores extraen las siguientes recomendaciones y propuestas:
- Que los programas de prácticas tengan objetivos claros y bien definidos
- Que su duración sea suficiente pero no excesiva
- Que ofrezcan oportunidades de aprendizaje
- Que los tutores, en especial el de la empresa, proporcionen orientación y apoyo
- Que se ofrezca retroalimentación suficiente al estudiante
- Que se evalúen periódicamente los programas
- Que se fomente la colaboración entre los estudiantes y los empleados de la empresa
- Que se compense económicamente el esfuerzo del estudiante
- Que se fomente la creatividad del estudiante y su contribución a la innovación
Reflexión final
En la presentación de resultados se afirma que llama la atención el hecho de que los estudiantes perciben una clara falta de formación en todas y cada una de las competencias analizadas antes de comenzar sus prácticas. Esto admite dos lecturas, no excluyentes. La primera: que las prácticas en empresa son imprescindibles para completar la formación del estudiante. La segunda: que la educación universitaria, sin prácticas en empresa, es insuficiente para garantizar una adecuada inserción laboral. Ambas lecturas plantean distintas cuestiones de interés. Nadie puede dudar de la bondad de las prácticas en empresa como paso previo a una mejor inserción en el mundo laboral. La idea es buena, pero depende demasiado de su ejecución.
Existe un alto grado de azar en su resultado, cuya responsabilidad se desplaza de la institución inicialmente responsable (la universidad) a la empresa y a su tutor de las prácticas. Depende de que la empresa sea grande o pequeña, de su implicación en el resultado, de la buena voluntad y preparación de los tutores y de otros muchos factores. Unos becarios sacarán un inmenso provecho de su experiencia, e incluso tendrán oportunidad de ser contratados por la empresa, mientras que otros transitarán por allí sin mayor beneficio.
La experiencia obtenida en el campo de las titulaciones duales es una valiosa aportación a la reflexión sobre las prácticas externas, pues las integra en el itinerario formativo y el control de su ejecución permanece en manos de la universidad responsable
Por otra parte, el valor de las prácticas externas depende también del tipo de titulación; no puede ser el mismo en Informática que en Filosofía. La experiencia obtenida en el campo de las titulaciones duales es una valiosa aportación a la reflexión sobre las prácticas externas, pues las integra en el itinerario formativo y el control de su ejecución permanece en manos de la universidad responsable. Un buen ejemplo es el los títulos duales de la Universidad de Mondragón.
Sin negar el valor de unas buenas prácticas, ¿sería posible que las universidades fueran autosuficientes en este ámbito rediseñando sus titulaciones hacia una enseñanza más integral?
PABLO ACOSTA
Profesor de la Universidad Rey Juan Carlos