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Cuando se le pregunta a un estudiante si se reafirmaría en su decisión de cursar sus estudios en la misma Universidad una vez concluido su periplo académico, las respuestas varían en función de si los realizó en una Universidad pública o en una privada. Informe «Experiencia del estudiantado en sistema universitario español» Espacios de ES
JOAQUÍN RODRÍGUEZ
Calidad educativa en Universidades públicas y privadas
Cuando se le pregunta a un estudiante si se reafirmaría en su decisión de cursar sus estudios en la misma Universidad una vez concluido su periplo académico, las respuestas varían en función de si los realizó en una Universidad pública o en una privada. Hay una diferencia de 8,9 puntos entre los que confirman afirmativamente su decisión a favor de las Universidades públicas, una cifra que en realidad se incrementa si atendemos a que el 32,5% de los estudiantes de la privada cursaría los mismos estudios, pero en una universidad diferente, frente al 19,4% de la pública, una diferencia de 13,1 puntos.
Esta opinión, recogida al final de la encuesta realizada por Espacios de Educación Superior[1] es, a tenor de las muchas otras contestaciones previas del sondeo de opinión, paradójica, chocante, y esto es así porque la mayoría de los indicadores de calidad se escoran hacia el lado de la privada: en lo que hace referencia al interés por las asignaturas, a la implicación de los profesores en el aprendizaje, a la adecuación de los materiales y prácticas y a la idoneidad de los métodos de evaluación, los porcentajes apuntan claramente a favor de las universidades privadas.
Los alumnos señalan que en todos esos aspectos la calidad de la privada puede llegar a superar a la pública en 1,51 puntos. En asuntos tan relevantes para la calidad de la educación y el éxito de la experiencia de aprendizaje, la implicación del profesorado en el acompañamiento debido puede reflejar cifras realmente dispares: el 42,4% de los alumnos de la privada valoran muy positivamente la relación de mentorización que entablan con sus profesores mientras que solamente el 11,2% de los alumnos de la pública lo calificarían así.
Los alumnos señalan que la calidad de la privada puede llegar a superar a la pública en 1,51 puntos
Ocurre lo mismo al evaluar la calidad de los materiales ofrecidos a los alumnos, con diferencias que van del 34,6% de la privada al 10,5% de la pública al estimarlos muy positivamente. Y algo similar sucede al ponderar los métodos de evaluación, aparentemente más arcanos y sumatorios en la pública y más transparentes y formativos en la privada.
Brecha en la personalización educativa
Todos los parámetros de la personalización y la adecuación a los intereses individuales parecen, también, decantarse del lado de la privada, aun cuando las diferencias porcentuales se aminoren: los alumnos de la pública querrían mayor flexibilidad a la hora de diseñar sus itinerarios formativos, de participar en talleres y seminarios complementarios, de aprender en espacios ajenos al campus, de extender su experiencia de aprendizaje a otros entornos académicos y profesionales, y demandan tutorizaciones con más asiduidad en una que otra.
Es cierto que las diferencias numéricas no son excesivas entre pública y privada a este respecto, pero todo denota que los marcos curriculares y las prácticas académicas de la pública tienden a una mayor rigidez, a una capacidad o preocupación inferior por adecuarse a los intereses de los alumnos, quizás a una disponibilidad de recursos, tiempo y espacios claramente diferenciada.
Si sumáramos, por ejemplo, los indicadores sobre el acuerdo que los alumnos muestran respecto a la conveniencia de seleccionar sus asignaturas, en la pública el 80,4% querría que eso sucediera mientras que el 71,5% lo manifiesta en la privada, algo que se reitera al demandar más experiencias externas (74,2% frente al 65,8%) y más movilidad (49,7% frente al 41,5%), y al declarar cuál es la frecuencia con que solicitan el asesoramiento de un tutor (10,9% frente al 15,7%).
los marcos curriculares y las prácticas académicas de la pública tienden a una mayor rigidez, a una capacidad o preocupación inferior por adecuarse a los intereses de los alumnos
Esa encarnación práctica del aprendizaje vinculada con las experiencias reales en instituciones o empresas es valorada más positivamente, de nuevo, en la universidad privada: el 41,5% cree que son adecuadas y accesibles en las privadas mientras que solamente el 29,1% lo cree en la pública.
El factor empleabilidad para la elección universitaria
El principal motivo para escoger una universidad privada parece ser el de la empleabilidad porque los alumnos perciben —acertadamente o no— que los acuerdos de colaboración, la sintonía empresarial y el diseño mismo de los planes de estudio, favorecen métodos de aprendizaje más apegados a las necesidades laborales y, por tanto, más posibilidades de desarrollo profesional posterior.
Es cierto, de nuevo, que la diferencia de porcentajes entre la pública y la privada no es excesiva en el ámbito de la valoración de la empleabilidad y que los alumnos sienten que las competencias que adquieren son medianamente adecuadas, que a ambos les gustaría disponer de mayor flexibilidad para compaginar los estudios con el trabajo y que más o menos la mitad de ellos han recibido una orientación profesional adecuada. Una ligera ventaja de las universidades privadas deja traslucir, seguramente, que la homología entre el tejido empresarial y las instituciones de educación superior con este régimen de gestión es superior.
Retornando a la aparente paradoja inicial parece como si la universidad privada pudiera satisfacer mejor los deseos de progresión social, como si fuera capaz de satisfacer la demanda no cubierta por la universidad pública, como si fuera menos selectiva en lo académico aunque más en lo económico, como si fuera percibida como un vínculo más propicio y cercano con el mercado laboral. De ahí que las preocupaciones de los alumnos relacionadas con el valor de la reputación de su universidad, de la empleabilidad futura y del networking o red de relaciones que sea capaz de generar, sea superior entre los candidatos de las privadas frente a los de las públicas.
El principal motivo para escoger una universidad privada parece ser el de la empleabilidad
Desafíos económicos
Todo eso a costa, eso sí, de desembolsos que se sienten como difícilmente soportables o a costa, al menos, de numerosas renuncias económicas entre quienes han estudiado finalmente en una universidad privada, tal como se refleja en la pregunta sobre Adaptación a la capacidad económica familiar
Parece, en realidad, por todo lo anterior, que la primera opción de la mayoría de los estudiantes hubiera sido estudiar en una Universidad Pública porque solamente el 66,5% de la privada frente al 84,2% de la pública manifiesta que esa selección fuera su primera elección. Y parece ser que, una vez seleccionada la Universidad privada, financiada con ciertas apreturas y sacrificios, aun cuando pudiera satisfacer las expectativas depositada en ella (el 53,2% frente al 40,6%) y aunque cumpliera con la mayoría de los criterios de calidad (tal como se explicaba al inicio), no fuera suficiente para reafirmarse en que, en un hipotético futuro, volvieran a realizar la misma elección.
Existe un claro componente de reproducción social en esas elecciones, tal como puede verificarse con los datos complementarios provenientes de UNIVbase[2], porque la mayoría de los matriculados en las Universidades Privadas provienen de familias cuyos padres poseen títulos de educación superior y ocupan puestos de trabajo con altas responsabilidades, aunque eso no signifique que no sufran las dificultades de una costosa financiación y aunque eso, precisamente, parezca una de las posibles razones por las cuales no volverían a escoger una universidad que, en primera instancia, parecían no querer.
[1] Este análisis tomo como base el informe Experiencia del estudiantado en el sistema universitario español. 2023.
[2] UNIVbase https://www.universidades.gob.es/catalogo-de-datos/
“Distribución de los matriculados según los estudios de los progenitores por tipo de universidad, tipo de centro, sexo, ámbito de estudio” https://estadisticas.universidades.gob.es/jaxiPx/Tabla.htm?path=/Universitaria/Alumnado/EEU_2023/GradoCiclo/Matriculados//l0/&file=Mat_Sex_Ocup_Rama_Tot.px&type=pcaxis&L=0
y “Distribución de los matriculados según la ocupación de los progenitores por tipo de universidad, tipo de centro, sexo, rama de enseñanza” https://estadisticas.universidades.gob.es/jaxiPx/Tabla.htm?path=/Universitaria/Alumnado/EEU_2023/GradoCiclo/Matriculados//l0/&file=Mat_Sex_Estud_AMBITO_Tot.px&type=pcaxis&L=0
JOAQUÍN RODRÍGUEZ
Miembro fundador de la Asociación Espacios de Educación Superior
Twitter @futuroslibro