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El campo científico es un campo contraintuitivo: es necesario desprenderse del conocimiento que uno posee, mostrándolo y compartiéndolo, para ser reconocido por aquellas mismas personas que trabajan e investigan en el mismo terreno. Resulta interesante ser desinteresado.
La tensión entre la apertura que, como un mandamiento subrepticio, rige la vida de un científico y exige el bienestar colectivo, y la cerrazón que demanda la explotación económica derivada de su conocimiento, que orienta la estrategia de muchas empresas e instituciones vinculadas a la investigación, se plasma en diferentes fórmulas jurídicas: desde el Open Access hasta el estricto copyright, que preserva la propiedad unilateral de un recurso durante el tiempo que la ley estipule.
La pandemia ha puesto en clara evidencia la tirantez entre esos dos principios jurídicos y esas dos actitudes de la comunidad científica: la necesidad de compartir el conocimiento para acelerar una solución que pueda servir para todos y el afán de obtener un rendimiento económico centuplicado cuando la necesidad hace crecer la demanda. El International Science Council y otros organismos internacionales abogaron por la liberación de las patentes, pero la realpolitik de algunos Estados acabó vetando su libre circulación.
Si hay un movimiento esperanzador y necesario, que tiene mucho que ver con la open science, es el de la universalización y socialización de la ciencia y el conocimiento, el del empoderamiento ciudadano mediante el acceso a las herramientas y datos necesarios para indagar, contrastar y contrarrestar las afirmaciones taxativas de la ciencia, para generar nuevo conocimiento a partir de las comunidades afectadas por algún tipo de síndrome o problema que crean, en sus averiguaciones, nuevos saberes al servicio de la sociedad. La ciencia ciudadana, la participación ciudadana en los procesos de investigación, recupera en esencia la idea de la apertura y la participación, de la distribución y la colaboración sin restricciones, poniéndose claramente del lado de lo tan abierto como sea posible y preciso. |
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LA POLÍTICA CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA, UNA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA |
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La política se parece en el mejor de los casos a un libro de cocina (si es bueno mejor), pero lo que importa para cocinar es la calidad de los ingredientes, la combinación de las cantidades adecuadas, y la mano y el talento de los cocineros. ¿Por qué España no ha sido capaz de desarrollar o de dotarse de una política de ciencia y tecnología y una visión estratégica para la ciencia? |
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UNIVERSIDAD E INVESTIGACIÓN DE EXCELENCIA |
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Los programas Severo Ochoa y María de Maeztu han demostrado que la universidad, por sí misma, no reúne en la actualidad las condiciones estructurales y funcionales adecuadas para gestionar una investigación de excelencia, algo muy excepcional en los países de economías y sociedades avanzadas. |
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LOS PILARES DE LA CIENCIA ABIERTA |
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Fernando Casani Fernández de Navarrete |
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La Comisión Europea planteó en 2016, en el documento Open innovation, Open Science, Open to the world. A vision for Europe, la necesidad de generar espacios de ciencia e innovación abiertas, que faciliten y aceleren la conversión del conocimiento, generado en la investigación científica, en valor social y económico. En el año 2020, se presentó el informe final de la OSPP en el que se recogen los avances realizados en la aplicación de las recomendaciones establecidas sobre los ocho pilares de la ciencia abierta. |
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LA COVID-19 REVOLUCIONA EL SISTEMA DE PUBLICACIÓN CIENTÍFICA |
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Elea Giménez Toledo y Antonio Lafuente |
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Además de admirar y valorar las innovaciones que se están produciendo en la comunicación científica, debemos preguntarnos hasta qué punto esas transformaciones pueden darse y proponerse en las estructuras editoriales del conjunto de países de habla hispana. |
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UNA SOCIEDAD SATURADA DE CIENCIA |
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El COVID nos recordó que la ciencia es poderosa, imprescindible, pero también imperfecta, llena de contradicciones, vulnerable y limitada. La comparecencia en el Congreso de los Diputados del profesor Joan-Ramon Laporte sobre la vacunación del COVID conmocionó a la comunidad científica. |
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CIENCIA ABIERTA EN ESPAÑOL |
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FECYT trabaja para implementar de forma adecuada acciones a favor de la ciencia abierta. La “sala de máquinas” de estas políticas la conforman determinadas infraestructuras digitales institucionales: los repositorios de acceso abierto, los sistemas de gestión de la información curricular y los servicios de publicaciones que editan revistas académicas. Todo ello, mirando a Iberoamérica. |
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En este episodio de Aprendices, tenemos la suerte de conversar con Amador Fernández-Savater (Madrid, 1974). Dice de sí mismo que mezcla actividades intelectuales y políticas. Es autor de varios libros. Sus dos últimos son Habitar y Gobernar. Inspiraciones para una nueva concepción política (NED, 2020) y La fuerza de los débiles. El 15M en el laberinto español. Un ensayo sobre la eficacia política (Akal, 2021). Es también editor en Acuarela Libros. Colabora con diversos medios de comunicación. Y es un activo activista. Mantiene la web Filosofía pirata.
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