El nuevo Convenio Regional de Reconocimiento de Estudios, Títulos y Diplomas de Educación Superior en América Latina y el Caribe, conocido como la Convención de Buenos Aires, tiene como objetivo reforzar el reconocimiento de las cualificaciones de manera justa y transparente en toda la región y fortalecer la cooperación interuniversitaria. Adoptado en julio de 2019, en diciembre de 2021 tan solo tres estados lo habían ratificado. Como en su día fue la convención de Lisboa para la puesta en marcha del Espacio Europeo de Educación Superior, esta convención puede ser la antesala del arranque definitivo del Espacio Iberoamericano de Educación Superior. Para ello se requiere, de acuerdo con otras experiencias similares, de: Voluntad política, expresada ya en su día con la creación del Especio Iberoamericano del Conocimiento, en la XVI Conferencia Iberoamericana de Educación de 2006, celebrada en Montevideo, de acuerdo con el mandato recibido de la XV Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno celebrada en Salamanca en 2005; Instituciones de concertación político-técnica, como la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y el Consejo Iberoamericano Universitario (CUIB); Del Sistema Iberoamericano de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (SIACES), acuerdo de la XXV Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno de Cartagena de Indias en 2016, y la Red Iberoamericana de Aseguramiento de la Calidad en la Educación Superior (RIACES), creada en 2003 por distintos agentes de interés y organismos de cooperación regional e internacional; y de experiencias previas como el programa Pablo Neruda para la movilidad estudiantil, aprobado en la XVII Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno en Chile en noviembre de 2007 y como Programa en la siguiente edición celebrada en San Salvador, El Salvador, en el año 2008.
Dada la complejidad del proyecto, el respeto máximo a la autonomía universitaria, y la riqueza que representa la diversidad iberoamericana, debería ponerse en marcha a través de programas voluntarios de adhesión, comenzando quizás por el reconocimiento de los Sistemas de Aseguramiento Interno de la Calidad de las universidades, presentes en recientes cambios legislativos de diferentes países iberoamericanos (Colombia, Chile, México, España).
Es la obligación de todos construir un mejor futuro para las nuevas generaciones de estudiantes universitarios iberoamericanos. |