La Universidad que queremos

Soy estudiante, pero, ¿qué significa eso? ¿Estudiante es el que estudia? ¿Nuestro paso por la Universidad debería de limitarse a ello? ¿A estudiar? Si lo pensamos bien, decir que “El estudiante es el que estudia”, es una definición un poco reducida. Ser estudiante va mucho más allá de ir a clase y estudiar. Esforzarse por conseguir un título académico que nos permita acceder a un puesto de trabajo ya no es suficiente.

ERIC KOENIG GONZÁLEZ


Soy estudiante, pero, ¿qué significa eso? ¿Estudiante es el que estudia? ¿Nuestro paso por la Universidad debería de limitarse a ello? ¿A estudiar? Si lo pensamos bien, decir que “El estudiante es el que estudia”, es una definición un poco reducida. Ser estudiante va mucho más allá de ir a clase y estudiar. Esforzarse por conseguir un título académico que nos permita acceder a un puesto de trabajo ya no es suficiente. La Universidad debe de ser mucho más que eso. Tenemos que ser críticos, capaces de cuestionar todo lo que nos rodea y buscar soluciones a los problemas a los que nos enfrentamos, hoy, y mañana.

El paso por la Universidad es una etapa de nuestra vida en la que deberíamos de estar formándonos como personas, en la que deberíamos de estar buscando nuestro lugar en el mundo, buscando nuestra vocación, nuestra pasión. Esto es algo que muchos preuniversitarios que acceden a la Universidad en breve todavía no saben, y es que no vamos a la Universidad para estudiar nuestra vocación, vamos para descubrir cuál es.

El ambiente universitario debe de ser un lugar donde se fomente el diálogo, el debate y el aprendizaje entre todos los miembros de la comunidad universitaria. Un lugar donde podamos expresar nuestras ideas libremente y donde se nos respete a todos por igual. Donde se valore nuestro trabajo y esfuerzo, y no sólo se mida nuestro éxito en función de las notas que obtengamos, sino también por los retos que hemos sido capaces de superar.

El ambiente universitario debe de ser un lugar donde se fomente el diálogo, el debate y el aprendizaje entre todos los miembros de la comunidad universitaria. Un lugar donde podamos expresar nuestras ideas libremente y donde se nos respete a todos por igual

La Universidad ha de ser un lugar abierto a todos aquellos que quieran aprender, independientemente de su procedencia o situación económica. Tiene que ser el ascensor social que permita a cualquier joven poder labrar su futuro siempre que esté dispuesto a esforzarse para ello. Un lugar acogedor donde todos nos sintamos parte de una misma comunidad, y donde podamos encontrar apoyo y comprensión si lo necesitamos.

Algún lector se podrá preguntar el porqué de mi uso de las mayúsculas cada vez que me refiero a la Universidad, y es que esta no se trata simplemente de un sitio o un campus, es una institución, es su gente, su comunidad, todos los que la integramos somos y hacemos Universidad. Tenemos que valorarla como un ente del que nada sería sin sus integrantes: Estudiantes, Personal Docente e Investigador, y Personal Administrativo y de Servicios. Los tres eslabones que se complementan entre ellos para alcanzar el objetivo final, crear conocimiento y proporcionarlo a la sociedad.

En la Universidad, se debe de animar a las personas a equivocarse, a tropezarse, a experimentar, a arriesgarse, pues es precisamente de los errores de donde más se aprende. Incorporaremos conocimientos que no sólo nos servirán para el resto de la etapa universitaria, sino también para el resto de nuestras vidas. Aprovechemos las ocasiones en las que podamos equivocarnos, ya que precisamente ahora, como estudiantes, ese es un lujo del que no siempre podremos disponer.

¡Despertad!”. Muchos se conforman con sacar buenas notas y graduarse, un objetivo más que legítimo, pero no debería de ser el único. No son conscientes de lo que se están perdiendo, y seguro que su visión de la Universidad sería diferente si supieran todo lo que pueden hacer en ella

Esta Institución tiene que ser un lugar de oportunidades, de retos, y de posibilidades, nunca debería de ser de lo contrario. Muchos estudiantes no son conscientes de esto, muchos se limitan a pasar el mínimo tiempo posible entre sus instalaciones, sin involucrarse en la vida universitaria, sin conocer gente nueva, sin ambición de sacar todo su potencial. A esa gente, yo le diría: “¡Despertad!”. Muchos se conforman con sacar buenas notas y graduarse, un objetivo más que legítimo, pero no debería de ser el único. No son conscientes de lo que se están perdiendo, y seguro que su visión de la Universidad sería diferente si supieran todo lo que pueden hacer en ella. Conocer y llevarse bien con unos o con otros profesores es parte de ello. Dónde, si no es en la Universidad, alguien va a tener la oportunidad de poder hablar con tantos expertos sobre miles de áreas distintas. ¡Aprovechémoslo!

La Universidad debe de ser una constante reflexión sobre nuestro mundo, nuestra sociedad, de lo que está pasando a nuestro alrededor, y de ahí, cosechar conocimiento para ver por dónde lo podemos mejorar. No vale conformarse con lo que tenemos, tenemos que aspirar a más y ser capaces de crear las soluciones que nuestra sociedad necesita, porque precisamente si algo no nos falta, son los problemas aún sin resolver.

No va a ser fácil, esta etapa tiene sus altibajos, y, si se me permite, tiraré hacia mi área, la ingeniería. No hay un manual de “Cómo sacarse una ingeniería”, no hay unos documentos que memorizando te permitan aprobar, no hay unos pasos que seguir para graduarse. Se trata de aprender, y hay que estar especialmente dispuesto a ello, con dedicación, pero sobre todo, con ganas. Sin ganas… sin ganas va a ser más difícil todavía. Si me preguntaran “¿Qué define a un ingeniero?”, sin duda contestaría que su capacidad de superación, de no dejarse vencer por los problemas que se interponen en su camino, de no tener miedo a lo que pueda pasar, porque saben que, con esfuerzo, y algo de creatividad, podrán superarlos.

La Universidad ha de ser muchas cosas, pero, sobre todo, ha de ser un espacio para el desarrollo personal, intelectual y profesional de todos sus miembros, porque al final, somos nosotros los que hacemos de ella lo que queremos que sea. No nos conformemos con la universidad en que estamos, busquemos, La Universidad que queremos.


ERIC KOENIG GONZÁLEZ Estudiante de Ingeniería Telemática. Representante de la UPM en el Consejo Estatal de Estudiantes de Telecomunicación Vocal del Consejo Social de la UPM

@CEETsectorial

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