«El espacio educativo». El espacio educa

Misiones Jesuitas de Chiquitos, Santa Cruz Bolivia. AGHM

Reseña del libro “ESPACIO EDUCATIVO. Material didáctico y catalizador del cambio educativo.” un trabajo que se pregunta si está demostrado que el espacio educa y comienza analizando la relevancia de aprender a aprender de otras disciplinas como la Psicología Ambiental o la Geografía Urbana. Un texto que propone un cambio de mentalidad en esta tarea actual de transformación de Espacios Educativos


El 17 de marzo del año 2017 tuvo lugar una reunión organizada por la Asociación Educación Abierta sobre los Espacios Educativos.  https://educacionabierta.org/educacion-y-arquitectura-el-espacio-educa/ Es un tema poliédrico que ha dado lugar a muchas reflexiones situadas en un abanico que va desde el necesario mantenimiento y dignificación de los espacios hasta su uso como material educativo. Desde entonces el autor ha seguido trabajando y hoy ve la luz su libro: “ESPACIO EDUCATIVO. Material didáctico y catalizador del cambio educativo.”

Este libro no hubiera sido posible si, en su autor, Santiago Atrio Cerezo (Madrid, 21 de junio de 1967) no se diera la circunstancia, tan poco frecuente como feliz, de la convergencia de dos vocaciones: la educación y la arquitectura. Ejerció durante algunos años como arquitecto, aunque pronto encontró en la educación, no solo la profesión a la que ha dedicado su vida, sino una pasión alimentada desde su curiosidad por los procesos de construcción del conocimiento. Doctor en Historia de la Educación, se inició en la docencia como profesor en secundaria y bachillerato. Profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, en la que ha sido Vicedecano de Ordenación Académica y Desarrollo de las Titulaciones en la Facultad de Formación de Profesorado y Educación y Vicerrector de Campus y Sostenibilidad. Investigador del Instituto Universitario de Ciencias de la Educación, dirige desde 2017 la Escuela en Arquitectura Educativa de esta Universidad.

Santiago Atrio

En este trabajo el autor reflexiona sobre la relevancia del espacio, no como mero contenedor de actividades educativas, sino como material didáctico sobre el que preocuparse académicamente. En entornos en los que se habla de la transformación de los espacios educativos, el texto analiza si dicha modificación atiende a las necesarias labores de mantenimiento, a exigencias de actualizaciones estéticas y/o a tareas que nos proponen las diversas modalidades del aprendizaje actual.

Evocar espacios educativos es hacer una lectura crítica del entorno que habitamos transitando por las metáforas de Thornburg o la Convención sobre los Derechos de la Infancia. Desde la perspectiva de un aprendizaje colectivo, desde la necesidad de proponer un material didáctico que pueda ser reutilizado por las diversas cohortes de personas que pasan por los centros o desde la posibilidad de aprender colectivamente de los que nos precedieron, la edificación educativa encierra profundas meditaciones alejadas de la mera reforma de la edificación.

Repensar los espacios educativos, analizar las posibilidades pedagógicas de dichos entornos y catalogar las diferentes escalas de los espacios de enseñanza aprendizaje (MACRO, MESO y MICRO), son algunas reflexiones que deberían acometer toda la comunidad educativa antes de acudir a técnicos o arquitectos.

Un trabajo que se pregunta si está demostrado que el espacio educa y comienza analizando la relevancia de aprender a aprender de otras disciplinas como la Psicología Ambiental o la Geografía Urbana, a lo largo de toda la vida. Un texto que propone un cambio de mentalidad en esta tarea actual de transformación de Espacios Educativos: el mantenimiento de un “Contenedor de Actividades Educativas” y/o su uso como “Material Educativo”. Un relato lleno de preguntas como ¿Qué fin debe perseguir el diseño de un espacio educativo? Y lleno de diferentes puntos de vista para su respuesta: aprender a realizar una lectura crítica de la arquitectura que habitamos o cómo vencer la frustración o prepararnos para vencerla, en el trabajo con los espacios educativos, derribando mentalidades en lugar de muros o la necesidad de tiempos de reflexión pedagógica para la transformación de espacios educativos.

Repensar los espacios educativos, analizar las posibilidades pedagógicas de dichos entornos y catalogar las diferentes escalas de los espacios de enseñanza aprendizaje (MACRO, MESO y MICRO), son algunas reflexiones que deberían acometer toda la comunidad educativa antes de acudir a técnicos o arquitectos

En resumen, una obra que habla sobre las tareas que debería resolver la Comunidad Educativa del centro antes de acudir a los técnicos para hablar sobre la transformación de sus espacios. Una reflexión apoyada en modelos inspiradores de propuestas pedagógicas, en profesiones por descubrir como la de “Gestor y Coordinador de Espacios Educativos” o por textos internacionales muchas veces olvidados como la convención de los derechos del niño de la UNESCO y el inmenso reconocimiento a la vida, obra y magisterio de Janusz Korczak (Janusz Goldszmidt) asesinado el 7 de agosto de 1942, en el campo de exterminio nazi de Treblinka.

Esta idea sobre el derecho de los niños a ser tratados como “personas”, no como “embriones de adultos”, nos la presenta Tonucci en su capítulo cuarto citando a Korczak (Korczak, 1976, primera edición 1919):

“… había dos maneras profundamente diferentes de concebir la infancia. Una que la consideraba un periodo de espera, de preparación para las cosas importantes de la vida que depara el futuro, sobre todo de la mano de los adultos, de los educadores. Otra que la estimaba un periodo de explosión del conocimiento y las habilidades que los niños y las niñas llevan dentro desde su concepción. Dice Janusz Korczak (…)

«es como si existieran dos vidas. Una seria que se respeta y otra inferior que se tolera con indulgencia. Digamos que la primera contempla al hombre, al trabajador y al ciudadano que el niño será en el futuro. Lo que significa que las cosas serias, lo que se considera la vida real, empezará más tarde en un futuro lejano. Permitimos su presencia a nuestro alrededor, pero sin ellos la vida resultaría más cómoda (…)

La primera curva, el adulto del futuro. En este caso padres, maestros y educadores consideran al niño como un ser pequeño inepto y sin preparación. Un sujeto que hay que educar (…) Educar significa sacar a la luz algo que todavía no existe, que existirá el día de mañana. La mujer, el hombre, el ciudadano del futuro. El niño real, el actual, se niega sistemáticamente (…)

La segunda curva, el niño de hoy. Las premisas indicadas en el apartado anterior no son correctas. No es cierto que todo suceda después. La verdad es al contrario, que todo sucede antes. El periodo más importante de la vida en el que se establecen las bases sobre las que se construye la personalidad, la cultura y las habilidades del hombre y la mujer es con diferencia el comprendido en los primeros meses y los primeros años de vida. Cuando le preguntaron a Sigmund Freud cual había sido el año más importante de su vida respondió «el año más ventajoso de mi vida fue el primero». La primera curva se equivoca. (…) Nos lo enseñaron con claridad los maestros del siglo pasado. De Freud a Piaget. De Vigotski a Bruner. Y nos los corroboran las investigaciones de las neurociencias actuales.

(Tonucci, Por qué la infancia: Sobre la necesidad de que nuestras sociedades apuesten definitivamente por las niñas y los niños, 2019)

Espacios de Educación Superior está dirigido a poner en contacto a las personas e instituciones interesadas en la sociedad del aprendizaje en Iberoamérica y España.