Un Ministerio para la Ciencia y la Innovación

Pabo Acosta

La creación de ministerios o consejerías aparece de manera reiterada como respuesta a la demanda de la puesta en marcha de políticas públicas en ámbitos que se presentan como críticos para los gobiernos. Detrás de los nombres, una y otra vez, queda en evidencia la realidad

JUAN TOMÁS HERNANI 


Cuando en la segunda legislatura del presidente Zapatero tuvo lugar una crisis de Gobierno, Ciencia perdió la competencia de Universidades en favor del nuevo ministro Gabilondo, y la ministra Garmendia decidió articular el ministerio en dos columnas, pública y empresa, incluyendo en esta última las competencias de transferencia de tecnología público-privada. Corrían los primeros días de Abril de 2009, en plena semana santa.

Yo me comunicaba a diario con Cristina, en la cuasi convicción de que no debería volver a Madrid tras el paréntesis de Pascua.

Sin embargo no fue así. El diseño anterior de ministerio, que aunque más potente, no contaba con un órgano político para aglutinar la acción de innovación y ahora se reestructuraba de manera muy sencilla, en Ciencia y en Innovación, haciendo gala de su título.

Pronto descubriría algunos desafíos que me esperaban. Éramos un equipo novato en política, con bisoñez, por más que nos engoriláramos ante determinados embates y envites. Es más, el propio ministerio era los restos de un asalto anterior, una transferencia de efectivos y competencias nunca completada. 

Para una mirada externa resulta extraño identificar a tus máximos rivales en los colegas de ministerios contiguos, más rivales cuanto más contiguos

Para una mirada externa resulta extraño identificar a tus máximos rivales en los colegas de ministerios contiguos, más rivales cuanto más contiguos. Lealtad es una palabra que en política se emplea muy poco y sólo para acusar su ausencia. Enseguida te educan que no hay nada que tratar con Industria, Comercio, Economía… Que sólo cabe esperar su posible asalto a nuestras competencias.

Y como los fractales, esta cultura se extiende al infinito y hacia adentro. Ciencia contra Innovación. Y en Innovación, Cdti contra la Dirección General.

Este fue mi primer reto. Hacer un equipo unido en el que trabajaban 300 personas en Cdti y 200 más en la Dirección General de Innovación. Muchos doctores, gente brillante, inteligente y comprometida, capaz de sacar adelante el ministerio (las convocatorias) a pesar de los políticos y sus agendas, altos cargos con ciclos de meses o muy pocos años.

Tenía una suerte inmensa, el respaldo de la ministra a un proyecto audaz y transformador. Y también su exigencia, y su protección frente a influencias de varios orígenes.

Para poner en marcha esta fuerza transformadora necesitábamos una estrategia. Un libro verde, o más bien delgado en lugar de gordo, que diagnosticase de forma sencilla cómo está España en Innovación. Y que formulase respuestas eficaces y acordes con nuestra capacidad de hacer, con el presupuesto y con la ley. Efectivamente, la respuesta fue la e2i, la Estrategia Estatal de Innovación.  Curiosamente Estatal en lugar de Española porque la constitución de 1977 no hablaba de Innovación, inexistente el término en la época, pero sí los Estatutos de Autonomía, que lo reclamaban como competencia exclusiva. Según la propia subsecretaría, disponíamos de un órgano no órgano, que se proponía actuar sobre un campo no propio. Buen comienzo.


JUAN TOMÁS HERNANI CONSEJERO DELEGADO de SATLANTIS, Consejero coordinador de independientes en GLOBAL DOMINION, Consejero en EGILE, presidente MODALIA, exPresidente CDTI

juantomashernani.com

Twitter @jthernani

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