Mi paso por la Universidad implicó descubrir mi vocación: transformar la educación que es la herramienta por excelencia que cambia al mundo. Como una tarea permanente, colectiva, emancipadora. La construcción de mejores sociedades requiere de potenciar el rol transformador de la universidad.
PIERA AGOSTINA FERNÁNDEZ DE PICCOLI
La Elección de la Universidad Pública
El proceso de selección de una carrera universitaria y de una universidad en mi caso como en la gran mayoría, fue estudiado y pensado de manera exhaustiva. Hubo en aquel momento, una definición particular que me inclinó por elegir la Universidad Pública. A mis 18 años de edad sentía la imperiosa necesidad de formar parte de las decisiones en torno a mi proceso de enseñanza y aprendizaje. A su vez, era, y continúa siendo, necesario para mí sentir la libertad y legitimidad para combatir aquellas injusticias con las que nos encontramos a diario en la sociedad, en las instituciones, y también, en las escuelas y universidades.
A partir de esa necesidad particular, elegí la Universidad Nacional de Río Cuarto la cual cuenta con dos características particulares. En primer lugar, se trata de una Universidad Pública. En Argentina eso tiene un valor simbólico muy importante. Esto se debe a que, en 1918 en Córdoba sucedió lo que se conoce como “La Reforma Universitaria” y transformó la universidad para siempre. Se trata de un hito histórico que con posterioridad fue de referencia en las luchas estudiantiles y sociales en toda América Latina e inclusive en el mayo francés.
La Reforma logró el cogobierno universitario (incluyendo a estudiantes en el Gobierno de la Universidad), el concurso docente (involucrando al estudiantado en los procesos de selección de sus maestros), la extensión universitaria (indicando que la Universidad debe involucrarse en las transformaciones y mejoras de la sociedad), entre otras. A esto, se le sumó con posterioridad la gratuidad del sistema universitario. Esto hace que la Universidad Pública argentina sea reconocida por su prestigio académico, su democracia interna, su relevancia como actor social y por su acceso libre e irrestricto.
A mis 18 años de edad sentía la imperiosa necesidad de formar parte de las decisiones en torno a mi proceso de enseñanza y aprendizaje
Un Compromiso Colectivo hacia la Transformación Social
En segundo lugar, elegí una universidad ubicada en la ciudad en la que nací: Río Cuarto. En el interior, del interior, es decir, alejada de la capital, en el sur de la Provincia de Córdoba. Conté con una oportunidad única, la de tener una Institución de renombre cerca. En ella, no solo participé de la toma de decisiones desempeñándome como Consejera Superior y Presidenta del Centro de Estudiantes de mi facultad, sino que también adquirí un aprendizaje valioso para quienes nos interesa trabajar en mejorar la educación: todo proceso de formación es un proceso colectivo. Nadie aprende, y, por ende, nadie se transforma, en soledad.
Como diría el sociólogo Zygmunt Bauman en los tiempos que corren son comunes el individualismo y la resignación. Personalmente, tengo la convicción de que es preciso promover esta mirada colectiva del tránsito por una carrera para combatir ambos males. No se trata exclusivamente de contar con el apoyo y el acompañamiento de compañeros y compañeras, de docentes, de las autoridades universitarias para perseverar en el desarrollo de la carrera, sino, de entender que los saberes circulan en cada espacio y tiempo que implica estudiar. Cada experiencia nos enseña, inclusive las frustraciones.
Así, me atrevería a indicar que es imprescindible fomentar institucionalmente y socialmente, la comprensión del rol transformador que la universidad tiene. No se trata de formar exclusivamente líderes sociales, políticos, empresariales. Por el contrario, el objetivo debe ser que cada estudiante que realiza una carrera, al hacerlo de manera colectiva, fortalezca su empatía y una mirada crítica que le permita desarrollar compromiso social para transformar realidades.
me atrevería a indicar que es imprescindible fomentar institucionalmente y socialmente, la comprensión del rol transformador que la universidad tiene
Más Allá de la Formación Profesional hacia una Educación Comprometida
Se requiere avanzar en un cambio de paradigma de aquello que la sociedad espera respecto a la formación universitaria, y, por ende, de lo que como jóvenes esperamos al ingresar a una carrera. No se trata exclusivamente de adquirir las herramientas para luego desempeñarnos en el ámbito laboral, aunque esto no es menor. Elegir una carrera o profesión, también implica decidir quién queremos ser en el mundo. Desde qué lugar vamos a realizar nuestro aporte para transformarlo, para ayudar a otros, para devolverle a la sociedad la oportunidad que nosotros tuvimos al estudiar.
Para ello, el trabajo debe comenzar antes, en el colegio y en cada casa, en desarrollar y encontrar la pasión de los jóvenes. En continuar potenciando ese sentido en el ámbito universitario. Para dar lugar a este desarrollo también es necesario que las Universidades fortalezcan las políticas de acceso, permanencia y egreso.
Esto implica incorporar el proyecto de una carrera universitaria como una posibilidad en el horizonte de todos los jóvenes, independientemente de su situación socioeconómica y el lugar en el que viven. A su vez, es indispensable agitar el inmovilismo que muchas veces acecha a las instituciones educativas y dar lugar también a los cambios internos. Es preciso incorporar en las prácticas institucionales, como así también, en los planes de estudio muchas de las agendas innovadora que hoy interesan a la sociedad: la revolución tecnológica, la perspectiva de género, la protección del medio ambiente, entre otras.
Mi paso por la Universidad implicó descubrir mi vocación: transformar la educación que es la herramienta por excelencia que cambia al mundo
Mi paso por la Universidad implicó descubrir mi vocación: transformar la educación que es la herramienta por excelencia que cambia al mundo. Como una tarea permanente, colectiva, emancipadora. La construcción de mejores sociedades requiere de potenciar el rol transformador de la universidad.
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PIERA AGOSTINA FERNÁNDEZ DE PICCOLI
XII Edición Programa para el Fortalecimiento de la Función Pública en América Latina de la Fundación Botín