Lluis Anglada: » España está lejos de la zona Champions en Ciencia Abierta » Parte 1ª

La ciencia es una actividad que trasciende a los científicos, y bien lo sabe Lluis Anglada, en la actualidad Director del Àrea de Ciència Oberta / Ciencia Abierta / Open Science del Consorci de Serveis Universitaris de Catalunya (CSUC). Su obra le presenta como una las referencias europeas en el ámbito de ciencia abierta. En las últimas décadas desde distintas posiciones de responsabilidad ha impulsado con ahínco una ciencia con y para la sociedad


¿En qué estado de desarrollo se encuentran las políticas de ciencia abierta en España? ¿Es la nueva Ley de la ciencia, un sustento suficiente para promover la práctica de la ciencia abierta?

En respuesta a la primera parte de la pregunta, y si se me permite un símil futbolístico, España está en la zona media de la clasificación de la Liga y lejos de la zona Champions. Seguramente es la posición que le corresponde. Está por debajo de lo que le correspondería respecto lo que aporta a la ciencia mundial y en una posición por encima de lo que debería si tenemos en cuenta los bajos recursos que en España se destinan a investigación. 

A diferencia de otros países europeos, en los que se encuentran los Países Bajos y Finlandia, pero también Italia y Portugal, España no tiene un Plan nacional de CA, pero en cambio la Ley de la Ciencia del año 2011 incluía en el artículo 37 disposiciones sobre el acceso abierto que permitían avanzar en este tema más de lo que se ha hecho. El problema no ha sido la Ley sino el seguimiento de su implementación.

La CA es una forma diferente de hacer ciencia para conseguir que esta sea más abierta, colaborativa y social. Para ello los sustentos de arriba abajo (los legales) son necesarios, pero no suficientes, se necesitan cambios en la práctica diaria y el apoyo y complicidad de las instituciones donde se genera la investigación. 

Las disposiciones de la nueva Ley de la Ciencia -así como las del borrador de la Ley de Universidades- son adecuadas a la nueva situación, pero continúan siendo medidas que de momento no tienen mecanismos de impulso ni de monitorización. El avance en la adopción de prácticas de CA se conseguirá construyendo mecanismos de seguimiento que incorporen e impliquen a los agentes (investigadores, agencias de evaluación y financiación, centros donde se produce la investigación…) y haciendo que todas las partes asuman el compromiso de hacer los cambios que les correspondan.

España está por debajo de lo que le correspondería respecto lo que aporta a la ciencia mundial y en una posición por encima de lo que debería si tenemos en cuenta los bajos recursos que en España se destinan a investigación

¿Cuál es, a su juicio, el principal impedimento para que puedan ponerse en práctica, extenderse y asumirse las políticas de ciencia abierta?

Creo que este punto tiene amplio consenso: la principal barrera para que la investigación asuma plenamente los principios de una ciencia abierta es el sistema de incentivos y recompensas actual. Como es sabido, este es altamente dependiente de los artículos publicados en determinas revistas y de las citaciones que estos reciben y no incluye premios o reconocimiento para quién dedica parte de su tiempo, por ejemplo, a preparar los datos que ha usado en su investigación para ponerlos en abierto de manera FAIR para que puedan ser reutilizados por los demás.

Hoy la investigación se está evaluando en base a criterios y métodos de un estadio de la ciencia ya periclitado. Los diferentes estudios e informes que analizan como avanzar en alguno de los ejes de la CA acaban siempre topando con un sistema de incentivos y recompensas que no tiene en cuenta lo que persigue la CE. 

El acceso abierto es un ejemplo; las universidades y centros de investigación españoles cuentan con la infraestructura y el soporte profesional técnico para que el nivel de OA a través de los repositorios sea mucho más alto que el actual pero la ausencia de incentivos o penalizaciones debilita los resultados obtenidos. Así, como demostración de lo dicho, el reconocimiento de publicar en abierto de la Universidad Politécnica de Cataluña (por un acuerdo de su Consejo de Gobierno del año 2014) le ha supuesto ser la universidad catalana con un mayor índice de OA.

la principal barrera para que la investigación asuma plenamente los principios de una ciencia abierta es el sistema de incentivos y recompensas actual

¿Es el factor de impacto y la publicación en cabeceras indexadas una obsesión de la que los científicos no han conseguido todavía liberarse? ¿Qué clase de políticas serían necesarias implementar para que tuvieran en cuenta otros indicadores más comprensivos?

Históricamente hablando el recuento de citas y el rastreo de artículos a partir de las mismas fue un elemento modernizador y revolucionario de la documentación. Como tantas otras invenciones humanas su uso actual no es coincidente con las intenciones iniciales, pero esto no invalida su aportación. Pero el problema no es el factor de impacto en sí mismo sino el valor que se le da en muchos procesos evaluativos y de asignación de recursos.

Yo no soy especialista en este tema, pero no le veo una solución fácil ya que sobre este mecanismo reposan sistemas muy arraigados de valoración de la investigación y las vías para cambiarlos son de momento orientaciones generales que indican direcciones más que establecen procesos a seguir.

Las declaraciones de DORA, el Agreement for reforming research assessment o el protocolo actual seguido en los Países Bajos insisten en que las evaluaciones tienen que ser cualitativas y alejarse de los usos inapropiados de algunas métricas y esto probablemente encarece el coste económico de los sistemas evaluativos actuales. 

El cambio debería venir, tal como propone el Reforming research assessement, haciendo “basar la valoración de la investigación primordialmente en una evaluación cualitativa hecha por pares y apoyada en un uso responsable de indicadores cuantitativos”. 

Hay una serie de elementos que a mi parecer facilitarían un cambio (que será global y progresivo): evaluar unidades de investigación más que a investigadores individuales, ampliar las bases de datos a la totalidad de la investigación y no solo a la pequeña parte de revistas que cubren WOS o SCOPUS, introducir nuevos indicadores (por ejemplo, del porcentaje de publicaciones en abierto), adaptar los criterios de valoración a las especialidades de cada disciplina… 

El cambio debería venir, tal como propone el Reforming research assessement, haciendo “basar la valoración de la investigación primordialmente en una evaluación cualitativa hecha por pares y apoyada en un uso responsable de indicadores cuantitativos”

Si tuviera que describir o enumerar los elementos que hay que tener en cuenta para definir una política de Open Science by design, ¿cuáles serían?

Con el riesgo de simplificar en demasía creo que los hay de tres tipos. En primer lugar, estarían los que se pueden conseguir con medidas concretas ya conocidas. Entrarían aquí el acceso abierto a los resultados de la investigación (artículos, datos, software…) 

En segundo lugar, los que, aún teniendo bien definido el objetivo final, todavía son, a nivel internacional, campos abiertos con respecto a las medidas específicas a implementar para conseguirlos. Incluiría aquí la reconfiguración del sistema de evaluación y reconocimiento y la formación de todos los agentes que intervienen en la gestación de la ciencia en lo que es y significa la ciencia abierta.

Dejo para el final el tercer elemento, que sería la plasmación organizativa de la voluntad de cambio, es decir, saber qué se pide a cada agente y tener instrumentos de medición de los avances que conseguimos en cada ámbito. Tal como recomienda la Open Science Policy Platform (OSPP) en su último informe, lo que hace falta es que los diferentes agentes asuman ‘Compromisos Prácticos de Implementación’ (PCIs – Practical Commitments for Implementation), es decir acuerdos concretos tomados a todos los niveles y por parte de todos los implicados en la ciencia. 

Dicho de forma más directa, y en palabras de Eva Méndez, la CA tiene que pasar del «modo recomendación» en el que está al «modo implementación». El polémico Plan S sería un ejemplo de PCI, en este caso como acción emprendida por organismos financiadores de la investigación, mientras que la modificación de la Ley de la ciencia española no lo sería aún.

en palabras de Eva Méndez, la CA tiene que pasar del «modo recomendación» en el que está al «modo implementación»

Si la ciencia tiene un fin principal es el de enfrentarse a los grandes retos que la humanidad se plantea en cada momento y el de incluir a la ciudadanía en la cogestión, codecisión y coevaluación de objetivos y resultados. ¿En qué medida se desarrolla e integra la ciencia ciudadana en nuestro país? ¿Los centros de investigación, las universidades y los científicos tienen verdaderamente en cuenta la necesidad de integrarlos?

La CA quiere ser social, y esto lo expresa afirmando que la ciencia tiene que ser con y para la sociedad.  ‘Con’, porqué la ciencia es un componente esencial del desarrollo social y en este sentido debe realizarse con la complicidad y participación de los ciudadanos que la hacen financieramente posible. Esto puede tomar diferentes formas que van desde la participación más o menos pasiva de las personas en proyectos de investigación aportando datos hasta la definición conjunta ciudadanos-investigadores de las soluciones a tomar. Las fronteras no son nítidas y hay un campo amplio a recorrer en este aspecto.   

‘Para’, por qué la ciencia no puede ser una torre de marfil autónoma de la sociedad que la sustenta y por qué la búsqueda de la verdad científica no puede caminar separada de la resolución concreta de los problemas que afectan a los ciudadanos. 

La CA quiere ser social, y esto lo expresa afirmando que la ciencia tiene que ser con y para la sociedad

La crisis de la pandemia de la COVID ha dado muestras en esta dirección ya que la rapidez en encontrar la vacuna ha tenido mucho que ver con poner en abierto la información científica relevante para las investigaciones, en la colaboración internacional y en el enfoque a un problema de salud muy grave de los habitantes del planeta. 

Creo que la realización de los objetivos de una ciencia ‘con y para’ la sociedad están en sus inicios, no solo en España sino también en el resto de Europa. La CA es una promesa de resultados basada en la adopción generalizada de cambios profundos en la manera de hacer ciencia, pero, de momento, es esto, una promesa, un inicio. Las transformaciones serán lentas y van a necesitar como acompañamiento incentivos y liderazgo.

Acceso a la segunda parte


Entrevista de Joaquín Rodríguez @futuroslibro

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