La empresa como espacio de aprendizaje para el estudiante universitario en UAH

Matosinhos - Refinaria GALP Francisco Pomares

La universidad debe seguir mejorando la relación con las empresas de su entorno para implicar a estos agentes tractores en la formación de los estudiantes. De igual manera que un emprendedor debe empatizar con sus clientes para conocer y satisfacer sus necesidades, la universidad debe escuchar las demandas de las empresas y tratar de aplicarlas al configurar los diferentes planes de estudio

EVA SENRA Y FERNANDO CRECENTE


Trabajo autónomo y en equipo

La formación en el sistema universitario español se basa en una metodología de enseñanza-aprendizaje que combina la lección magistral junto con otras estrategias y formas de enseñar y aprender, que buscan reforzar la capacidad de trabajo autónomo y en equipo del estudiantado.

La finalidad de las enseñanzas es la obtención de una formación técnica orientada a la preparación para el ejercicio de actividades de carácter profesional. Es decir, garantizar que los títulos acrediten la posesión y conocimientos adecuados para dicho ejercicio profesional.

Prácticas externas

Dentro de los planes de estudios de los grados universitarios, las prácticas externas (PE) son un elemento más del proceso formativo y su oferta refuerza el compromiso con la empleabilidad de los estudiantes. Las PE completan la formación teórica y aplicada de los conocimientos de la formación universitaria y su desarrollo se debe orientar en tres dimensiones.

La primera dimensión es puramente académica y las PE deben estar relacionadas con el plan de estudios del estudiante, permitirle aplicar y ampliar las competencias técnicas ya adquiridas, y conocer el sector y el funcionamiento de una entidad.

en una empresa o laboratorio real el estudiante sale fuera de su zona de confort y se enfrenta la incertidumbre y a la presión propia de un contexto laboral

La segunda dimensión abarca un complemento en la formación en habilidades blandas del estudiante como la comunicación, el trabajo en equipo, la organización del tiempo y la implicación personal, entre otras.

Y la tercera dimensión, debe aumentar las expectativas de encontrar un trabajo y servir de utilidad en la orientación profesional del estudiante. 

Las PE presentan la oportunidad para el estudiante de pasar de la teoría a la realidad. En las clases y en los laboratorios todo se encuentra controlado por el docente o por unas condiciones predeterminadas, mientras que en una empresa o laboratorio real el estudiante sale fuera de su zona de confort y se enfrenta la incertidumbre y a la presión propia de un contexto laboral.

Esto le permite desarrollar algunas de las competencias que un aula o el contexto universitario no favorecen, tales como la toma de decisiones, la creatividad, la capacidad de relación formal e informal, así como la búsqueda de la adaptabilidad, sin olvidar el incremento de la motivación personal que esto les puede suponer.

Una práctica en empresa no debe ser un puesto laboral encubierto y el tutor de empresa debe de conocer las herramientas y conocimientos necesarios para guiar el proceso de aprendizaje de los estudiantes

Tomar conciencia de lo aprendido

Para muchos estudiantes, cuando realmente aplican las fórmulas, las tareas, los procedimientos o los ensayos que realizan en un aula en un contexto real o empresarial es cuando toman en consideración lo que realmente han aprendido por su paso por la Universidad. Sin duda, supone un enriquecimiento de la visión del estudiante.

Las PE para la empresa pueden ser una oportunidad de captar talento. Esa primera vinculación con los estudiantes puede desarrollar un sentido de lealtad con la empresa, lo que incrementa la probabilidad de que el estudiante quiera desarrollar en ella parte de su carrera profesional. Además, la empresa se puede beneficiar de la incorporación de las nuevas tecnologías o las nuevas tendencias que aportan estos estudiantes más jóvenes, que están más acostumbrados a los canales tecnológicos. 

Las PE es un proceso en el que deben ganar el estudiante, la empresa y la universidad, pero que hay que cuidar y que no debe funcionar solo ni por inercia. La principal limitación es el correcto seguimiento de las prácticas por parte del tutor académico y el tutor de la empresa, así como la especial vigilancia de los convenios de cooperación educativa firmados y la adecuación a las competencias que debe adquirir el estudiante.

AGHM

Contexto formativo adecuado

Una práctica en empresa no debe ser un puesto laboral encubierto y el tutor de empresa debe de conocer las herramientas y conocimientos necesarios para guiar el proceso de aprendizaje de los estudiantes. Las empresas deben de ofrecer un contexto formativo adecuado que favorezca el crecimiento y el aprendizaje de los alumnos. Por su parte, la universidad siempre debe estar atenta al desarrollo del convenio y, en caso necesario, poder proporcionar al tutor formación que le asista en el proceso educativo del estudiante.

Por otro lado, la propia duración de las prácticas supone otra limitación formativa, ya que por lo general los estudiantes tienen un número máximo de horas que pueden realizar dentro de la empresa, ya sean como prácticas curriculares o extracurriculares. Esta misma limitación temporal viene tambien condicionada con la propia compatibilidad con los horarios de las clases, ya que en muchas ocasiones las prácticas suelen desarrollarse en horario laboral, lo que dificulta que los estudiantes pueden acudir a sus clases habituales. 

Formación dual

En este sentido, desde la Universidad deben buscarse referentes que aplican otros niveles educativos, como puede ser la formación profesional dual, que compagina una formación dentro de la propia empresa que está vinculada directamente con los contenidos formativos del grado que cursa el alumno, permitiendo una optimización de los tiempos de aprendizaje. 

La relación universidad-empresa en el tema de prácticas debe permitir a ambas el reconocimiento de las capacidades del estudiante y las oportunidades/necesidades que se detectan desde la empresa. En el mundo actual ya sabemos que la formación no termina con los estudios universitarios y que debemos continuar con nuestro aprendizaje a lo largo de la vida. Las empresas a través de estos programas pueden tener un punto de contacto con la universidad y reconocer y formular sus necesidades de formación.

No obstante, la universidad debe seguir mejorando la relación con las empresas de su entorno para implicar a estos agentes tractores en la formación de los estudiantes. De igual manera que un emprendedor debe empatizar con sus clientes para conocer y satisfacer sus necesidades, la universidad debe escuchar las demandas de las empresas y tratar de aplicarlas al configurar los diferentes planes de estudio.

Los planes de estudio

Sin embargo, los procesos de acreditación de los títulos y la homologación de los contenidos hacen que el grado de flexibilidad y adaptabilidad sea limitado. Por eso, una fórmula que la mayor parte de las Universidades ha desarrollado en los últimos años es la creación de unidades de emprendimiento, innovación e empleabilidad. 

En cualquier caso, no toda la responsabilidad del acercamiento a la realidad laboral debe recaer en el programa de prácticas en empresa. La existencia de una formación no reglada, pero complementaria a la que pueden obtener en un grado oficial, permite intensificar la presencia de las empresas en la vida universitaria.

Asi, puede destacarse el fenómeno de la formación basada en retos reales a problemas de empresas o instituciones. El hecho de que sean las empresas las que planteen un reto o una solución a encontrar a una de sus necesidades permite que los alumnos puedan aplicar sus conocimientos a una aplicación práctica y con utilidad, mientras que las empresas pueden interactuar directamente con los estudiantes y ver cómo reaccionan, trabajan en un proyecto y comunican sus resultados. Esto se convierte en una valiosa carta de presentación para los alumnos a la hora de iniciar un proceso de selección. 

se trata de facilitar la inserción laboral de los estudiantes aprendiendo de manera directa de los trabajadores o de los empresarios

Otra herramienta que da valor a la empresa como elemento formativo es a través de la denominada figura del shadowing, que consiste en que un estudiante acompañe durante un determinado tiempo a un trabajador o directivo y observe su trabajo diario. De esta manera los estudiantes pueden conocer como es el ambiente de trabajo de una empresa, cuáles son las tareas a las que deberán enfrentarse, conocer de primera mano la dinámica de las relaciones y las habilidades sociales, etc.

En definitiva, es una manera de facilitar la inserción laboral de los estudiantes aprendiendo de manera directa de los trabajadores o de los empresarios.  Esto misma experiencia se consigue en el caso de visitar a emprendedores, de los cuales además de aprender de su experiencia en la gestión y en la creación de las empresas, pueden jugar un papel fundamental realizando la función de mentorización de aquellos estudiantes que quieran ponen en marcha sus iniciativas emprendedoras. 

Adicionalmente, las propias visitas a las instalaciones de la empresa son otra herramienta. Esta experiencia permite sacar a los alumnos de su rutina académica y conocer de primera mano el trabajo que se realiza en una empresa así como establecer una primera red de contactos. En estas visitas, además de tener una parte institucional dedicada a presentar la empresa y las diferentes áreas que la componen, tambien suele haber espacio para el diálogo con los estudiantes, así como la posibilidad de resolver dudas que tengan sobre el sector o una profesión concreta. 

No hay duda que un programa de prácticas en empresa bien diseñado es una oportunidad para el estudiante, la empresa y la universidad. 


EVA SENRA

EVA SENRA , Vicerrectora de Estudiantes, Emprendimiento y Empleabilidad, Universidad de Alcalá

@UAHes

FERNANDO CRECENTE,

FERNANDO CRECENTE, Director de la Escuela de Emprendimiento, Universidad de Alcalá

@Vicer_EEE_UAH

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