Juan María Vázquez «El bienestar de los ciudadanos es económico, pero también lo es social y medioambiental y, en este sentido, las universidades son los principales agentes para su consecución»

«Los parámetros por los que se ha medido la calidad de la investigación en los últimos decenios  parecen dar muestras de agotamiento, así que es más que bienvenida la Coalición para el Avance de la Evaluación de la Investigación y la reflexión compartida  sobre nuevos métodos o criterios de evaluación a buen seguro redundará en beneficio de un sistema de ciencia y tecnología que es global«

JUAN MARÍA VÁZQUEZ


En la figura de Juan María Vázquez destaca su capacidad para unir una brillante carrera docente e investigadora con el propósito de trasladar a la sociedad su conocimiento y experiencia, y una no menos brillante trayectoria de gestión desarrolla desde la facultad hasta rectorado, pasando por la política nacional y la comunidad autónoma. Circunstancias que convierte al profesor Vázquez en un cualificado testigo de la evolución del sistema español de ciencia y tecnología en las últimas décadas, así como en una opinión altamente cualificada a la hora de valorar la situación actual de la investigación en las universidades y para proponer actuaciones dirigidas a su mejora.

Juan Marías Vázquez es Catedrático en el Departamento de Medicina y Cirugía Animal de la Facultad de Veterinaria en la Universidad de Murcia, ha sido rector en esta universidad, así como Director General de Investigación Científica y Técnica en la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación y Senador. En la actualidad es Consejero de Medioambiente, Mar Menor, Universidades e Investigación en el Gobierno de la Región de Murcia.

La Ley de reforma universitaria de 1983 estableció un único tipo de Universidad en la que es indisociable la actividad docente de la investigadora. Este modelo, pese a las múltiples reformas, se ha mantenido inalterable. En la última década ha crecido significativamente el número de estudiantes en universidades privadas que en general desarrollan una actividad investigadora testimonial. Además, se han autorizado una pléyade de centros adscritos, la mayor parte dependientes de universidades públicas, especializados en la docencia en donde es difícil prever una actividad regular de investigación. ¿Cómo podemos compatibilizar esta tensión?

Una Universidad debe tener la capacidad para desarrollar plenamente la actividad docente y de investigación, a partir de las cuales emanan el resto de actividades universitarias. Y ofrecerlas, cuando se requieran.  Por tanto, toda Universidad, o proyecto de Universidad, debe contemplar ambas funciones básicas, con el objetivo de poder dar una respuesta a lo que los ciudadanos en general, y los universitarios en particular,  esperan de una institución que se identifica como Universidad. 

Y, a modo de ejemplo, porque las Universidades deben garantizar una actividad docente y de investigación, es posible abordar reformas como la que supuso la introducción de una asignatura, obligatoria, como es la relacionada con la ejecución del trabajo fin de grado, entendido como proyecto de investigación que se realiza durante el último curso del grado universitario. 

De este modo, frente a la casi inexistente formación en investigación que adquirían los estudiantes de una licenciatura hace unos años, en donde la aproximación a la misma era una actividad prácticamente relegada a unos pocos estudiantes que se incorporaban en la figura de alumno interno o afines, la actualidad universitaria es distinta. 

El trabajo fin de grado debe permitir un aprendizaje de técnicas y metodologías aplicadas a la investigación, independientemente de si los trabajos están mas relacionados con la investigación bibliográfica, investigaciones en el laboratorio o en el campo

El trabajo fin de grado debe permitir un aprendizaje de técnicas y metodologías aplicadas a la investigación, independientemente de si los trabajos están mas relacionados con la investigación bibliográfica, investigaciones en el laboratorio o en el campo. Y, también, adaptarse al nivel MECES (Marco Español de Cualificación para la Educación Superior) del grado ya que, aunque la mayoría de los grados equivalen a MECES 2, existen otros que son MECES 3. 

Cada universidad debe ponderar su capacidad con relación a este aspecto en su oferta de titulaciones, porque todos los alumnos deben cursarlo. Y ajustar su oferta a las competencias relacionadas con el trabajo fin de grado, sean del tipo que sean. Y las Universidades, establecer los mecanismos necesarios para facilitar las infraestructuras, instalaciones o servicios que permitan garantizar la obtención de estas competencias por parte de los estudiantes. 

Para finalizar, la ley recientemente aprobada poco ayuda a ello. 

Desde la Ley de la Ciencia de 1986 se ha venido consolidando una doble vía de acceso a la condición de personal docente e investigador e investigador; la de las convocatorias de investigación y la de las figuras de la legislación universitaria. Esta situación ha generado no pocos agravios y frustraciones. ¿Cuál sería la mejor respuesta a esta dualidad de regímenes en una misma institución? 

Porcentualmente, los contratos exclusivamente de investigador en las universidades frente al resto de contratados laborales indefinidos o funcionarios  ha  sido prácticamente inexistente. 

Dicho esto, para el PDI, debería revisarse el concepto de hacer de todo, todo el tiempo.  Debería existir la flexibilidad, en lo que ocasionalmente se ha denominado intensificación,  para desarrollar la función universitaria en el mejor sitio en cada momento. 

Sistemas en el que los profesores puedan intensificar su actividad en investigación, pero también en docencia o incluso en gestión, escapando de los modelos rígidos existentes, redundaría en tener unas universidades más eficientes y, probablemente, permitiría darle mas relevancia territorial e internacional. 

La nueva ley no va ayudar a ello ya que vuelve sobre un sistema que ha demostrado su ineficacia y no permite a las universidades contemplar otras opciones.

Las Universidades deben ser un punto de encuentro donde no todos los profesores sean iguales, ni deban hacer lo mismo ni responder al mismo esquema. Es importante avanzar en la especialización dentro de las Universidades que, junto a programas de intensificación, permitan abordar las misiones que tiene encomendadas las Universidades con la dedicación y eficiencia necesarias. 

Sistemas en el que los profesores puedan intensificar su actividad en investigación, pero también en docencia o incluso en gestión, escapando de los modelos rígidos existentes, redundaría en tener unas universidades más eficientes y, probablemente, permitiría darle mas relevancia territorial e internacional. 

El profesor Rolf Tarrach planteaba hace unos meses qué dado el tamaño del sistema de ciencia y tecnología español, no asimilable a los sistemas franceses o alemán, y sus expectativas de crecimiento, habría que pensar en una plena integración entre CSIC y las universidades para superar ineficiencias y disponer de un sistema más eficaz. ¿Cómo valora esta propuesta?

No creo que una integración como se describe sea eficiente.  Sí es importante ser mas eficientes, promover la cooperación y facilitar la instalación de centros de investigación en los Campus universitarios, y lo múltiples ejemplos que conocemos son positivos. Reforzar las iniciativas conjuntas en forma de institutos mixtos o, incluso, retomar la idea de los Campus de Excelencia deberían ser consideradas en las estrategias de ambas instituciones. 

El modelo universitario británico tiene uno de sus pilares en un potente sistema competitivo de financiación de la investigación de carácter nacional que permite la diferenciación y especialización de las universidades. ¿Cumplen nuestros planes nacionales de ciencia y tecnología está función?

El modelo universitario británico está sujeto a un sistema de evaluación de su investigación muy exigente en cuanto a resultados y, al tiempo, muy flexible en cuanto a como incorporar, por ejemplo, investigadores y la dedicación a la docencia o la investigación. Mas autonomía en el modelo y más exigente en los resultados. 

En España, el plan estatal de investigación científica, técnica y de innovación no tiene entre sus objetivos intervenir sobre el modelo universitario. Es más, las competencias estatales, autonómicas y la propia autonomía universitaria, no facilita pensar en “el modelo español” sino en múltiples modelos, cuya evaluación tiene un componente importante radicado en las Comunidades Autónomas.

En cualquier caso, estoy convencido de que España, como país, ha perdido la oportunidad de desplegar un gran programa de fortalecimiento institucional dirigido a la especialización de sus universidades, y financiado con los fondos europeos que podrían haberse destinado a ello. La reforma del sistema universitario, también en investigación, fue uno de los elementos que utilizó el Gobierno para solicitar el acceso a los fondos europeos. Sin embargo, no parece que, hasta ahora, ningún programa de reforma estructural haya llegado a las universidades. 

En cualquier caso, la diferenciación y la especialización de las universidades comienza por la propia determinación de las universidades en uso de su autonomía, y que les permita su relevancia territorial y su proyección internacional .

Las CCAA son las administraciones de tutela de las universidades públicas y responsables de su financiación, ¿puede haber una actividad rigurosa de investigación en las universidades públicas sin disponer de marcos plurianuales de financiación en donde se pondere la actividad de investigación? 

Yo no diría tanto de tutela como si responsables de la mayor parte de su financiación. 

Existe una actividad rigurosa de investigación en muchas universidades que no tienen actualmente un plan de financiación plurianual, si bien disponer de este plan permite a las universidades establecer un marco más seguro para elaborar una estrategia plurianual.  Por eso, los indicadores de investigación deben ser esenciales entre los indicadores que marquen el algoritmo de financiación de las Universidades. 

En cualquier caso, con lo importante que es disponer de un plan de financiación plurianual para las universidades, más importante es la determinación con la que las Universidades apuesten en el contexto de su presupuesto, por la investigación. No como una actividad secundaria como en ocasiones parece, sino tan importante como es la actividad docente. 

España es un país donde, mientras que la financiación de la docencia ha ido vinculada a indicadores globales, la financiación de la investigación ha ido vinculada al éxito de las propuestas de investigadores individuales o grupos de investigación y por tanto, los indicadores en investigación de las instituciones, como suma de los individual, ha estado siempre relacionado con la capacidad de las instituciones de atraer y retener a buenos investigadores/profesores. 

Es importante entender que debe existir una financiación complementaria a los programas competitivos de investigación que permita atender a un sistema basal y por tanto, facilitar las políticas científicas que se desarrollen dentro de las universidades. Como, del mismo modo, deben establecerse acciones de intensificación complementarias que ayuden al PDI a potenciar su tarea investigadora. 

con lo importante que es disponer de un plan de financiación plurianual para las universidades, más importante es la determinación con la que las Universidades apuesten en el contexto de su presupuesto, por la investigación

En un artículo publicado en “Es di ES” el profesor Rafael Garesse manifestaba la dificultad creciente para poder competir en hacer ciencia de vanguardia por parte de las universidades españolas. ¿Qué medidas se podrían tomar para mejorar su competitividad? 

No siempre, pero la ciencia de vanguardia requiere una ecosistema singular, con recursos extraordinarios en infraestructuras, en medios, en recursos humanos. España los tiene identificados con iniciativas de excelencia como los Centros Severo Ochoa o las Unidades María de Maeztu. También algunas CCAA lo han promovido con institutos singulares. 

Insistir en estas convocatorias, apoyar el establecimiento de grandes infraestructuras científicas y, probablemente, un gran programa de fortalecimiento institucional con flexibilidad para la incorporación de talento internacional podrían ayudar en este sentido. Y, como he dicho anteriormente, facilitar la intensificación en investigación de los profesores de universidad. 

Las retribuciones del PDI se construyen sobre un sistema cada vez más complejo, con múltiples complementos, y cada vez más rígido en su evaluación. ¿Deberían tener las universidades una mayor autonomía y responsabilidad en la selección y financiación de su personal investigador?

No creo que el sistema sea complejo sino todo lo contrario. Es un sistema lineal, casi igual para todos, con poco tramo variable. 

El debate sobre autonomía, selección y financiación es reiterativo desde hace años. La oportunidad de modernizar el sistema de incorporación debe emanar de nuevas leyes de universidades y, la recientemente aprobada, nada aporta a este asunto tan importante para mejorar la calidad de las universidades. Tampoco las estructuras de las universidades ayudan a ello. 

la ciencia de vanguardia requiere una ecosistema singular, con recursos extraordinarios en infraestructuras, en medios, en recursos humanos

En las últimas décadas la carrera docente universitaria se ha construido esencialmente sobre los méritos de la actividad investigadora. ¿Está bajando el péndulo y veremos en los próximos años la emergencia de la valoración de actividad docente?

Eso parece indicar la nueva ley del sistema universitario. Sin embargo, a día de hoy, creo que la selección esencialmente por méritos docentes no es tan objetiva como cuando los méritos investigadores son parte importante de la decisión. Además, desde mi experiencia, los buenos investigadores casi siempre han sido buenos docentes. 

La idea de las universidades cívicas cada vez tiene más predicamento en la Unión Europea. ¿Cómo podemos mejorar el impacto de la investigación de las universidades en el bienestar de los ciudadanos y en la competitividad de sus territorios? 

Yo no creo que las universidades estén tan apartadas de la sociedad como en ocasiones se repite. Yo si que creo que las universidades aportan oportunidades para las sociedad de las que forman parte. Y lo hacen con la formación, en donde el número de estudiantes egresados se ha multiplicado por 10 en los últimos 50 años. Lo hacen incrementando la competitividad territorial mediante la transferencia de conocimiento y, lo hacen también contribuyendo a que el territorio en el que se encuentran, sea mejor. 

Dicho esto, hay que avanzar mucho más en este sentido y, a modo de ejemplo, debe existir un marco de relación mucho más flexible que facilite la colaboración público-privada, el diseño de programas formativos orientados a las necesidades territoriales, el intercambio de conocimiento mediante la movilidad de profesionales o el mecenazgo. 

El bienestar de los ciudadanos es económico, pero también lo es social y medioambiental y, en este sentido, las universidades son los principales agentes para su consecución. 

¿Qué impacto están teniendo en España los esfuerzos de la Coalición para el Avance de la Evaluación de la Investigación (CoARA), de la que son signatarias todas las grandes instituciones científicas, dirigidos a cambiar la cultura de la evaluación de la investigación

No tengo información concreta de los avances al ser una iniciativa de reciente creación y el lanzamiento nacional del foro fue apenas hace unas semanas.  El debate sobre el cambio de la cultura de la evaluación de la investigación es tan antiguo como complejo. Hace más de 10 años que la propia declaración de San Francisco (DORA) señalaba la necesidad de mejorar la forma en la que evalúan la investigación científica las agencias de financiación o las instituciones académicas. 

Creo que se han superado algunos debates sobre la evaluación entre áreas, pero no otros debates recurrentes como  si es más importante en la evaluación medir el avance del conocimiento reconocido por los pares, lo es medir la actividad económica consecuente a un descubrimiento científico protegido que repercuta, además, en empleo especializado o lo es formar jóvenes científicos que pueden incorporarse en departamentos de investigación, tanto sea en el sector público o probado. 

Es cierto que los parámetros por los que se ha medido la calidad de la investigación en los últimos decenios  parecen mostrar sistemas de agotamiento, así que es más que bienvenida la Coalición para el Avance de la Evaluación de la Investigación y la reflexión compartida  sobre nuevos métodos o criterios de evaluación a buen seguro redundará en beneficio de un sistema de ciencia y tecnología que es global. En cualquier caso no es tarea sencilla y seguro que cualquier modificación estructural al respecto tendrá contestación y su implementación no será inmediata. 


Entrevista Alfonso González Hermoso de Mendoza

Espacios de Educación Superior está dirigido a poner en contacto a las personas e instituciones interesadas en la sociedad del aprendizaje en Iberoamérica y España.