En Colombia desde el año 2014 las universidades deben contar con la Cátedra de la Paz en todas las disciplinas ofertadas, con el ánimo de reconstruir tejido social y reconocer que el país es pluriétnico y multicultural y por tanto debe construir paz desde la diferencias que presenta pero a la vez desde lo que nos une como sociedad
El currículum de Martha Castellanos denota un inusual conocimiento de la educación uniendo una robusta base teórica y de práctica educativa con el desempeño de relevantes puestos de gestión en diversos ámbitos. La profesora Castellanos es economista, con maestría en Gerencia de Telecomunicaciones de la Universidad Strathclyde de Escocia y doctoranda en Educación de NovaSoutheastern University de Estados Unidos. Fue Directora de Computadores para Educar en Colombia, Coordinadora de Virtual Educa Colombia, Gerente del Plan Nacional Decenal de Educación 2016-2026 de Colombia.
Hoy ocupa el Vicerrectorado académico nacional de la Fundación Universitaria del Área Andina en Colombia, manteniendo su condición de docente e investigadora y consultora en innovación educativa. Castellanos es autora de múlitples artículos y co-editora de los libros «Desafíos actuales de la educación. Análisis y perspectivas frente a un mundo cambiante», y «Modelo didáctico de aprendizaje en retos: Implementación en una institución de educación superior» referentes en los procesos de transformación de las universidades iberoamericanas.
Naciones Unidas proclama como un derecho humano la educación superior ¿Está garantizado un acceso equitativo a la educación superior en Colombia?
Si bien existen alrededor de 300 instituciones de educación superior en Colombia, infortunadamente sólo el 54% de los jóvenes ingresa a la educación superior y aquellos que logran entrar en varias ocasiones no logran mantenerse dentro del sistema, desertando bien sea por razones financieras, familiares o por su desempeño académico. Esto lleva a que de cada 100 jóvenes que entran a la educación superior, sólo el 54% se gradúen, lo cual se agudiza en estratos socioeconómicos bajos, en los cuales la deserción es mayor al 70%
Las demandas de formación en la sociedad del aprendizaje alcanzan toda la vida de las personas. ¿Está capacitadas las universidades de su país para este nuevo desafío?
Las universidades de Colombia se han venido preparando para apoyar una formación a lo largo y constante de la vida, muchas de ellas con ofertas virtuales en educación continua, sin embargo, el acceso a internet fijo no alcanza al 50% de los hogares colombianos, limitando la posibilidad de aprovechar este tipo de ofertas.
¿Qué impacto tendrán las microcredenciales, y las certificaciones sobre blockchain en la educación superior?
Las microcredenciales y certificaciones sobre blockchain podrían lograr ser un habilitador del Marco Nacional de Cualificaciones en Colombia, el cual busca reconocer aprendizajes y fomentar el desarrollo personal y profesional de los colombianos con el ánimo de promover su inclusión laboral , así como un complemento valioso de la educación formal.
Sin embargo, el mayor reto para lograr una mayor expansión y acogida, es su reconocimiento por el mercado laboral, el cual aún demanda títulos profesionales, técnicos y tecnológicos. Así mismo, el lograr la homologación o inserción de las microcredenciales y certificaciones en los programas formales aún es un reto y podría contribuir a su expansión.
Las universidades coop (educación cooperativa) y las universidades cívicas emergen con fuerza en Norteamérica ¿Tienen que revisar las universidades la manera en la que se han relacionado con su entorno?
Definitivamente deben hacerlo. La universidad debe dialogar con la industria, entender sus necesidades y posibles futuros para preparar a las personas que ayudarán en su construcción. Sin embargo, la comunicación entre empresa-universidad debe ajustarse no sólo a las dinámicas del mercado, sino también a las restricciones reglamentarias de promoción y desarrollo de los programas académicos, ya que en varios países de América Latina se observa como la aprobación de un programa académico debe pasar por demasiados filtros, pasando muchos años para que en el momento de ofertarse, dicho programa ya no sea necesario ni se ajuste a los requerimientos del entorno.
La universidad debe siempre garantizar la calidad de oferta, así como la pertinencia de los programas académicos.
¿Han abandonado las universidades a los estudiantes en busca de los rankings y la investigación?
No lo considero de esa manera, todo lo contrario, un camino plausible para lograr rankings internacionales es trabajando de cerca con el estudiante y guiándolo hacia su aprendizaje significativo, finalmente son los aprendizajes y las competencias de los estudiantes, los que van a dar cuenta de la calidad formativa de una institución y sus docentes.
Con respecto a la investigación, vale la pena resaltar que una gran parte de las universidades colombianas cuentan con investigación formativa, es decir, aquella que promueve el método científico en las aulas y semestres académicos, involucrando a los estudiantes en la resolución de problemas de su entorno, reflexionando cómo desde su disciplina se puede contribuir a mitigar dichas problemáticas e incluso a aportar a la gestión de los ODS 2030.
En todo caso la investigación aplicada cuenta con un mayor reconocimiento en Colombia si se involucran semilleros de investigación de estudiantes y los mismos participan en el desarrollo problemático del estudio.
Considero incluso que aquellas universidades en las que se investiga en ciencias puras terminan permeando el aprendizaje y desarrollo de competencias de sus estudiantes, fomentando en ellos la excelencia y el método científico en su quehacer profesional.
La pandemia del COVID fue un improvisado ensayo general del posible impacto de Internet en la educación superior ¿Cuáles son los aprendizajes fundamentales de esta experiencia?
Un aprendizaje valioso fue evidenciar que la pedagogía no había cambiado y probablemente no cambió a pesar de las circunstancias, pues en muchas ocasiones lo que se presentó fue un apoyo de la tecnología a las clases, generando un esquema remoto de impartir clases, más no un modelo instruccional virtual que reconociera las oportunidades de la tecnología. También se aprendió que lo más importante de la universidad es el relacionamiento que se genera entre estudiantes y estudiantes y docentes, dicho relacionamiento es irremplazable, pero en cambio las clases teóricas o conceptuales puedes llevarse fácilmente a un modelo virtual.
Así mismo hemos estado aprendiendo que el mundo se volvió híbrido, que sólo lo que realmente es interacción humana y genera valor agregado debe ser presencial, el resto puede desarrollarse de manera virtual o remota, lo que genera un gran desafío para las universidades que ha hecho grandes inversiones en infraestructura que se está quedando obsoleta, luego la manera de aprovecharla, es cambiando el modelo pedagógico hacia uno que fomente el saber hacer y el saber ser en presencial y que se logre robustecer lo virtual para otras aproximaciones al conocimiento.
Considero que además se redignificó el papel del docente en la educación, se evidenció que la formación integral debe soportarse en un mentor que lleva y explora diferentes caminos con sus estudiantes pero siempre cumpliendo un papel de guía y apoyo riguroso en el aprendizaje. También aprendimos que el rol de docente es más amplio que el de sólo la enseñanza, pues en la pandemia los docentes apoyaron la salud emocional de los estudiantes, escucharon sus inquietudes y dudas sobre lo que estaba ocurriendo y procuraron llevarlos por el camino del aprendizaje.
¿La plataformización de la educación es una amenaza para la educación universitaria?
Considero que plataformización de la educación puede y debe complementar la educación superior pues la una sin la otra ofrece un panorama irreal a los estudiantes. El gran reto es encontrar los puntos de encuentro de ambos caminos para servir al proyecto de vida de los estudiantes y fomentar su aprendizaje a lo largo de la vida.
¿Cómo valora el sistema de aseguramiento del derecho de los estudiantes a una educación superior de calidad en Colombia?
El sistema de aseguramiento de la calidad sin duda procura que los estudiantes colombianos tengan acceso a una educación pertinente y de calidad, sin embargo, el mismo cuenta con demasiados requisitos, cambios normativos constantes y falta de trabajo concertado con las instituciones de educación superior para lograr un sistema que realmente garantice la calidad en vez de llevar a las instituciones a mayores costos administrativos y tramitología.
¿Cuál ha sido el papel de la Universidad colombiana en el proceso de paz?
De acuerdo con la Ley 1732 de 2014 del Congreso de la República de Colombia, reglamentada por el Decreto 1038 de 2015, las universidades deben contar con la Cátedra de la Paz en todas las disciplinas ofertadas, con el ánimo de reconstruir tejido social y reconocer que el país es pluriétnico y multicultural y por tanto debe construir paz desde la diferencias que presenta pero a la vez desde lo que nos une como sociedad.
Así mismo, la universidad ha jugado un papel fundamental en la construcción de debate de las grandes problemáticas sociales y económicas de Colombia, llevando a discusiones académicas desde las que se analizan las posibles soluciones para un país diverso, tal es el caso del Centro de Pensamiento Aula País, estrategia liderada por la Academia de la Fundación Universitaria del Área Andina, desde la cual se han discutido las implicaciones
¿Cabe la justicia epistémica en la Universidad? ¿Cuáles son los límites de la Universidad?
Por supuesto que cabe, la igualdad de acceso y la equidad en la atención universitaria no son sólo un responsabilidad en un país como Colombia, con más de 7 millones de persona en la pobreza extrema, sino una necesidad para poder reconstruir a una sociedad permeada por la violencia, que tiene como origen la falta de educación, la desigualdad y la corrupción.
Los límites de la universidad se evidencian en la imposibilidad de poder acceder a toda la población dado que sólo un porcentaje muy bajo de estudiantes finalizan el bachillerato, 44% y de ese porcentaje, uno muy reducido puede tener acceso a la educación superior por falta de cupos o de recursos.
Por otro lado, si desea llegar a las poblaciones más dispersas y alejadas de Colombia se debe acceder a través de programas virtuales, sin embargo la cobertura es baja como ya se mencionó.
¿Cuáles son los principales obstáculos para alcanzar un sistema iberoamericano de educación superior?
Las restricciones normativas de cada país hace que sea complejo avanzar hacia un sistema, además de las diferencias que existen en planes de estudios, objetivos y resultados de aprendizaje, prioridades formativas, entre otros.
¿Qué iniciativas podríamos poner en funcionamiento de manera inmediata para favorecer este espacio iberoamericano de educación superior?
Lo primero debería ser reconocer la diversidad latina e iberoamericana y nutrirse de ella, no se puede pretender un sistema homogéneo cuando sus componentes no lo son, en cambio, se debería aprovechar la riqueza de la región para poder fomentar el desarrollo de competencias enfocadas hacia la creatividad, el emprendimiento social, la ética, el humanismo digital y la colaboración.
Twitter: @MPCastellanos