El informe «Estrategia y transformación de las univerdades: un enfoque para el gobierno universitario» de Metared proyecto de Universia pone de manifiesto que las universidades tienen por delante una enorme oportunidad para generar valor, bienestar y prosperidad en la comunidad, aprovechando todo el potencial que ofrece el mundo digital para generar y difundir conocimiento
ERNESTO CHINKES
Era digital
La sociedad contemporánea transita la denominada era digital, donde, la incorporación masiva de la tecnología en nuestras vidas viene provocando cambios acelerados, y a la vez profundos, en las formas de trabajar, de relacionarnos, divertirnos, de producir y consumir productos y servicios; pero también, de aprender y generar el conocimiento. Se habilitan, por lo tanto, nuevas dinámicas sociales, políticas, culturales, económicas y de apropiación del conocimiento.
Es una época donde las tecnologías de la información, y los datos que éstas generan, procesan, almacenan y transmiten, son grandes protagonistas. Por otro lado, existe un claro foco hacia los servicios y la denominada “experiencia del usuario”. Muchos de los nuevos servicios son impulsados por “lo digital”. Es un mundo donde, cada vez más actividades, pueden dejar su huella (digital); y ello viene generando un volumen de datos inédito que crece en forma exponencial.
Esos datos, son el combustible indispensable para que la inteligencia artificial incorpore “inteligencia” en productos, servicios, y se rediseñen procesos en forma innovadora. Es por ello, que las instituciones que logran apropiarse y aprovechar mejor esos datos son las que sobresalen y logran imponerse respecto del resto.
Las instituciones de educación superior que no tengan las capacidades necesarias para entender este contexto, y abordar procesos de adaptación y transformación, se exponen a la amenaza, de perder posiciones frente a nuevos actores que decidan competir en su ámbito de influencia
Tecnologías emergentes
Desde ya que otras tecnologías como la impresión 3D, la realidad aumentada, la robótica, IoT, Blockchain, etc. también son importantes habilitadoras de cambios y transformaciones que generan las ventajas comparativas que usan las organizaciones que destacan en esta era. La invención de soluciones basadas en estas tecnologías genera nuevos modelos de funcionamiento, servicios personalizados, dinámicas organizacionales y sociales disruptivas, que en muchos casos hacen desaparecer a las instituciones que se basaban en los modelos preexistentes.
Se evidencia con absoluta claridad, cuando se menciona el surgimiento de una empresa como Netflix que creó una plataforma para ofrecer un servicio de películas bajo demanda (por Internet), y su impacto devastador para las empresas que proveían el servicio de alquiler de películas, que implicaba trasladarse a su local a buscar DVDs y luego devolverlas a las 24 horas.
La economía digital también está potenciando el concepto de la internacionalización, pues las fronteras se hacen difusas y se minimizan las limitaciones para una sociedad cada vez más global y de la inmediatez.
Transformación digital
La transformación digital de una organización, justamente, considera repensarse (en sus procesos, productos y servicios) aprovechando las posibilidades que brindan las tecnologías digitales; inclusive al punto de repensar su modelo de negocio. Si bien requiere incorporar tecnologías, también necesita crear o modificar procesos y disponer de las personas con las capacidades, la cultura y las habilidades adecuadas para dichos procesos y tecnologías.
Es por ello que, los mayores progresos han ocurrido en compañías que son nativas digitales (donde estos dos últimos aspectos no se encuentran arraigados), y es uno de los motivos por los cuales a muchas instituciones de educación superior les cuesta tanto.
Por un lado, pareciera ser un momento de grandes oportunidades, ya que la era digital pone en primer plano al elemento que las universidades dominan y vienen manejando desde hace siglos: “el conocimiento”. Pero, por otro lado, se encuentran expuestas a grandes amenazas
El contexto planteado, representa para las universidades un enorme desafío. Por un lado, pareciera ser un momento de grandes oportunidades, ya que la era digital pone en primer plano al elemento que las universidades dominan y vienen manejando desde hace siglos: “el conocimiento”. Pero, por otro lado, se encuentran expuestas a grandes amenazas.
El ecosistema de la generación y difusión del conocimiento
Una institución de educación superior que se limite a sus capacidades endógenas, y que además no cumpla con las exigencias de experiencia de usuario a las que hoy está acostumbrada la sociedad (ubicuidad, disponibilidad 7×24, personalización, etc.), deberá enfrentar una batalla desigual con diversos actores que conforman en la actualidad el ecosistema de la generación y difusión del conocimiento. Muchos de los cuales se encuentran a solo un clic de distancia.
En el ecosistema planteado, existen empresas y otras universidades, que pueden beneficiarse del trabajo cientos de miles de individuos distribuidos por el mundo, dispuestos a generar y distribuir su conocimiento. Por otro lado, si tienen la capacidad de llegar a millones de usuarios, serán capaces de invertir importantes cifras en la generación de contenidos y plataformas digitales de excelente calidad (que puede ser difícil de igualar para una universidad convencional).
Las instituciones de educación superior que no tengan las capacidades necesarias para entender este contexto, y abordar procesos de adaptación y transformación, se exponen a la amenaza (al igual que pasa con otros servicios que se ofrecen en esta sociedad moderna, donde inclusive desaparecen), de perder posiciones frente a nuevos actores que decidan competir en su ámbito de influencia (que es cada vez más global).
La oportunidad del cambio
Pero también es igual de cierto, que las universidades tienen por delante una enorme oportunidad para generar valor, bienestar y prosperidad en la comunidad, aprovechando todo el potencial que ofrece el mundo digital para generar y difundir conocimiento. A diferencia de otros actores, para las universidades esa es su misión. Las tecnologías de la información pueden potenciar sus capacidades para hacerlo. Para que ello suceda, es fundamental desarrollar las competencias dentro de las instituciones.
Sabemos que las estrategias institucionales deben ser lideradas por sus máximas autoridades, y es ahí donde a mi entender, reside la importancia de la publicación que hemos realizado. Ha sido una iniciativa de la Fundación Universia y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) orientada a los rectores de las universidades, y a sus equipos directivos, con el objetivo de que puedan adentrarse y desarrollar estas capacidades. Surgió como insumo necesario para el curso internacional para rectores sobre estrategia y transformación digital de la universidad (organizado también por estas mismas instituciones y que está iniciando su cuarta edición), pero por suerte ha tomado valor y vida propia.
Una institución de educación superior que se limite a sus capacidades endógenas, y que además no cumpla con las exigencias de experiencia de usuario a las que hoy está acostumbrada la sociedad, deberá enfrentar una batalla desigual con diversos actores que conforman en la actualidad el ecosistema de la generación y difusión del conocimiento
El informe «Estrategia y transformación de las univerdades: un enfoque para el gobierno universitario»
Esta publicación ha contado con el aporte de expertos internacionales para desarrollar los cuatro capítulos en los que se encuentra organizada.
En el capítulo I se analiza el contexto en el que deben desempeñarse las universidades en la era digital, y las transformaciones sociales e institucionales que están sucediendo. Se ve cómo ya somos parte del paradigma digital, qué características son las que impulsan cambios en la enseñanza universitaria, y algunos desafíos endógenos y exógenos para las IES.
En el capítulo II se describe la evolución de ciertas tecnologías, que han propiciado un aumento de las capacidades de procesamiento, conectividad y almacenamiento; para luego abordar algunas de las principales soluciones tecnológicas disruptivas que han podido sacar provecho de ello. La idea es que el lector pueda entender mediante un lenguaje simple de qué tratan y cómo funcionan, con el único objetivo de que pueda conocer cuál es su capacidad de impulsar la transformación digital en la institución.
El capítulo III se enfoca hacia el interior de las instituciones de educación superior, para entender qué implica la transformación digital en las mismas, y ayudar al lector a identificar los retos y las oportunidades que tiene para los procesos de docencia, investigación y vinculación con la sociedad, así como para los servicios que las instituciones brindan.
Por último, el capítulo IV, se centra en analizar cómo pueden abordar las instituciones estas transformaciones desde el propio gobierno de la universidad, y de esta forma sacar el máximo provecho de las tecnologías. Se aborda la relación entre la estrategia institucional y la estrategia de tecnologías de la información (TI), y cómo trabajar los procesos de toma de decisiones en relación a ellas (denominado gobierno de las TI). Todo ello se realiza tratando de aportar recomendaciones y buenas prácticas que faciliten su aplicación.
Conclusión
En cada capítulo se ha querido introducir solo los aspectos más relevantes, con el objetivo de lograr una publicación breve, pero a la vez muy potente, para que los máximos responsables de las instituciones puedan liderar la transformación digital de sus respectivas universidades.
Como coordinador de esta publicación, he tenido la expectativa desde su concepción, que la misma ayude a fortalecer los procesos de transformación que empiezan a evidenciarse en nuestras instituciones. Estoy convencido que dichas transformaciones permitirán potenciar el rol que tienen las instituciones de educación superior en la generación, difusión y transmisión del conocimiento que nuestras sociedades tanto necesitan.


ERNESTO CHINKES. Profesor Asociado Universidad de Buenos Aires. Coordinador y co-autor de la publicación.