Desde hace algunos años el mundo se encamina hacia una transición estructural motivo de una crisis climática que está afectando de manera desigual a la población mundial. Lo que implica que al final del camino no todos se beneficiarán de igual manera, o mejor dicho no todos habrán sido partícipes activos de dicha transición mejorando sus condiciones de vida por ausencia democrática de conocimiento. Entendiendo que hasta hoy, los impactos de la misma no han sido iguales en términos de clase.
ALEJANDRA MERCEDES ROMERO
La importancia de la Transición Ecológica Justa en un mundo afectado por la crisis climática
Desde hace algunos años el mundo se encamina hacia una transición estructural motivo de una crisis climática que está afectando de manera desigual a la población mundial. Lo que implica que al final del camino no todos se beneficiarán de igual manera, o mejor dicho no todos habrán sido partícipes activos de dicha transición mejorando sus condiciones de vida por ausencia democrática de conocimiento. Entendiendo que hasta hoy, los impactos de la misma no han sido iguales en términos de clase.
Las oportunidades de una transición no son justas para todos, y en este sentido la clase trabajadora no se encuentra ajena (exenta) de esta condición.
¿Qué entendemos por TRANSICIÓN ECOLÓGICA JUSTA?
El término transición justa tiene su origen en el contexto de los debates internacionales sobre cómo efectuar una transición energética global para poder cumplir las metas ambientales establecidas – por ejemplo, del Acuerdo de París y de la Agenda 2030 – sin traspasar el costo a las poblaciones más vulnerables.
Sin embargo, hoy dicho término puede entenderse como una demanda por una transición del sector productivo como tal. No obstante, para los sindicatos y sus trabajadores, el término giró desde sus comienzos, sobre la década de 1990, para describir un sistema de apoyo para los trabajadores desempleados debido a las políticas de protección ambiental[1].
El término transición justa tiene su origen en el contexto de los debates internacionales sobre cómo efectuar una transición energética global para poder cumplir las metas ambientales establecidas sin traspasar el costo a las poblaciones más vulnerables.
Hacia una Transición Integral y Justa
“Una transición justa implica maximizar las oportunidades sociales y económicas de la acción climática, al tiempo que se minimizan y se gestionan cuidadosamente los desafíos, incluso a través de un diálogo social eficaz entre todos los grupos afectados y el respeto de los principios y derechos laborales fundamentales”, según lo define la Organización Internacional del Trabajo (OIT).[2]
Pero la transición justa no solamente tiene que ver con esto, sino que también debe abordarse desde otras esferas, no es aplicable solamente a las transiciones energéticas sectoriales y/o regionales, sino que implica principalmente reconocer aspectos sociolaborales, de la geopolítica, de los bienes comunes y de los derechos sociales que son afectados por una economía globalizada, y que también deben ser considerados desde la formación para la transformación.
Dicho de otra manera, se requiere de medidas de investigación y evaluación temprana de los impactos sociales y laborales de las políticas climáticas. La formación y el desarrollo de habilidades, que son clave para apoyar el despliegue de nuevas tecnologías y fomentar el cambio industrial; siendo claves:
se requiere de medidas de investigación y evaluación temprana de los impactos sociales y laborales de las políticas climáticas
– La consideración de la protección social, junto con las políticas activas de empleo.
– Los planes de diversificación económica local que apoyen el trabajo decente y brinden estabilidad a la comunidad durante la transición, ya que las comunidades no deben quedarse solas para gestionar los impactos de la transición, entendiendo que esto no conducirá a una distribución justa de los costos y beneficios[3].
Universidad Global del Trabajo
Es en este marco, que la Universidad Global del Trabajo gestiona sobre procesos de transformación social para la acción. La transición no puede limitarse a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), tiene que abordar un profundo cambio en lo económico, en lo político y en lo relativo a los modos de vida que en la actualidad son hegemónicos.
En nuestro tiempo presente todos los grupos sociales afectados deben cooperar para lograr acuerdos que permitan una calidad de vida digna, equitativa e inclusiva para todos, no solamente para aquellos países donde las economías de escala y los capitales financieros operan en beneficio de pocos, ya lo mencionaba la Agenda XXI declarada en el año 1992.
Además de que el medio ambiente ha sido declarado como Derecho Humano por la Organización de Naciones Unidas[4], y esto debe promover un cambio de paradigma, tenemos una relación dañina con la naturaleza, al mismo tiempo de interdependencia notoria, que afecta diversos aspectos de nuestra vida, entre ellos la salud motivo del aumento de la contaminación y la disminución de los medios de vida, como lo es la igualdad de oportunidades en la búsqueda de un TRABAJO DECENTE.
El Rol Crucial del Trabajo Decente en la Transición hacia un Mundo Equitativo
El trabajo decente es un concepto que busca expresar lo que debería ser, en el mundo globalizado, un buen trabajo o un empleo digno[5]. Es necesario por otra parte, reconocer las discrepancias continentales de acceso a un trabajo decente, siendo Latinoamérica una de las regiones con mayores índices de desempleo y desigualdad socioeconómica estructural, motivo por el cual se torna urgente distribuir conocimiento acerca del mismo, como base del desarrollo sostenible, aspectos fundamentales de la paz social global, ante un panorama de triple crisis: climática, económica y social. Si buscamos un mundo mejor, debemos cambiar la forma de transitarlo, comprendiendo las interseccionalidades existentes entre el ambiente, la economía y las sociedades.
Las interseccionalidades laborales o del trabajo, hacen referencia a los marcos regulatorios existentes, y a su convergencia con otros aspectos del capital natural y de la economía local, de los recursos naturales existentes allí en esos contextos y la capacidad de sus actores de reconocerlos, aplicarlos y de hacer frente a las injusticias de clase, entre otras tantas la justicia climática o también llamada justicia ambiental.
En relación a los procesos de Transición Justa del cual el mundo viene siendo espectador, la UNIVERSIDAD GLOBAL DEL TRABAJO (GLU), es ejemplo de educación superior liderando la formación popular en Escuelas Sindicales Europeas, Asiáticas, Africanas y de América Latina y el Caribe, además de acompañar diferentes organizaciones en la participación de las agendas del trabajo globales, y la investigación- acción.
Si buscamos un mundo mejor, debemos cambiar la forma de transitarlo, comprendiendo las interseccionalidades existentes entre el ambiente, la economía y las sociedades.
Transformando la Educación para el Cambio
Una de las premisas clave de la GLU se sustenta en la democratización del conocimiento, entendiendo que existe una necesidad de gerenciar el gran cambio que estamos transitando y no solo ser sujetos pasivos, en este sentido apuesta a la formación con los ejes de la globalización, a partir de la formación sindical y organizaciones del mundo del trabajo y de la sociedad civil que promuevan los mismos objetivos. Formar sobre la complejidad de la globalización es dar un rostro humano al desarrollo mundial, a través de la reafirmación de los valores esenciales y universales que sintetizan aspiraciones comunes a toda la humanidad[6].
La Universidad Global del Trabajo funda la GLU Online Academy en el año 2014, siendo pionera en la formación mixta de trabajadores. Combina cursos gratuitos en línea desarrollados por académicos laboralistas con eventos en línea y talleres localizados. Es un modelo de educación para el cambio -anclado en métodos participativos de educación- que apoya a los activistas para que pasen del conocimiento a la acción.
Hasta 2023, los cursos autogestionados han atraído alrededor de 30.000 personas, principalmente de sindicatos, pero también de organizaciones de apoyo a los trabajadores, universidades e instituciones de investigación, organizaciones regionales e internacionales, e incluso de los gobiernos, empresas privadas y corporaciones.
Formar sobre la complejidad de la globalización es dar un rostro humano al desarrollo mundial, a través de la reafirmación de los valores esenciales y universales que sintetizan aspiraciones comunes a toda la humanidad
La Universidad Global del Trabajo y su Compromiso en América Latina y el Caribe
Cuenta con redes académicas de reconocidas universidades en la mayoría de los continentes, y un equipo de trabajo especializado en diferentes problemáticas vinculadas al trabajo decente, y a las realidades locales, brindando las herramientas para la participación y la defensa de los derechos humanos de los más vulnerables vía mecanismos reconocidos a nivel internacional. Por otra parte, promueve la incidencia política sobre las bases para dignificar a la sociedad del trabajo a partir de sus actores.
Particularmente, a pesar de los éxitos sostenidos de la metodología utilizada por la GLU, aún quedan pendientes muchos aspectos relacionados a cuestiones de aprendizaje tecnológico que complementarán los resultados alcanzados, esto implica poner en valor nuevas tecnologías para el aprendizaje social en comunidades y sociedades que en la región no tienen acceso a las telecomunicaciones, y algo considero más importante, las habilidades para incursionar en procesos de educación y aprendizaje virtual.
Recientemente, desde el año 2020, ha incursionado en la región de ALAC (América latina y el caribe), con óptimos resultados. No obstante es necesario continuar impulsando y profundizando acciones para su desarrollo.
Los cursos online son gratuitos y pueden encontrarlos en distintos idiomas: https://glu.iversity.org/?fbclid=IwAR2o_oymV1u77EG6qOeKlcfavQfjHFxTnoII6ruVlav5U3Pp5RmuJXTqYW4
Más información: https://global-labour-university.org/
FB: https://www.facebook.com/groups/GLUOnlineEducation
Referencias Bibliográficas y páginas consultadas.
[1] Smith, Samantha (mayo de 2017). «Just Transition». Just Transition Centre. Consultado el 31 de diciembre de 2023.
[2] Cooperación económica para América Latina y el Caribe. Relevado de https://www.cepal.org/es/cooperation-topic/transicion-justa, el 29 de diciembre de 2023.
[3] «Climate Frontlines Briefing – No Jobs on a Dead Planet». International Trade Union Confederation. marzo de 2015. Consultado el 31 de diciembre de 2023 de https://www.ituc-csi.org/IMG/pdf/ituc_frontlines_climate_change_report_en.pdf
[4] Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente. 29 de diciembre de 2023, relevado de https://www.unep.org/es/noticias-y-reportajes/reportajes/decision-historica-la-onu-declara-que-el-medio-ambiente-saludable
[5] Virgilio Levaggi, Director Regional Adjunto de la Oficina Regional de la OIT para América Latina y el Caribe para el año 2004. Relevado el 29 de diciembre de 2023 de https://www.ilo.org/americas/sala-de-prensa/WCMS_LIM_653_SP/lang–es/index.htm
[6] Virgilio Levaggi, 2004.
ALEJANDRA MERCEDES ROMERO
Docente. Consultora. Especialista en Relaciones Laborales, Sostenibilidad e Innovación. Asesora de la Dirección de Género, diversidad y Derechos Humanos en el área de Empleo Verde, Trabajo Decente y Cambio Climático de la Universidad Nacional Arturo Jauretche- Argentina.
Fundadora y Directora de INDUSTRIA SOSTENIBLE ARG. (www.industriasostenible.com.ar)