“Muy pocos estudiantes reflexionan sobre lo que perciben del texto y por consecuencia, no generan ideas nuevas, carecen de creatividad y no son constructores de su propio conocimiento”. Paulo Freire
JULIETA CAMPOS MORA
Desafíos en la comprensión lectora: desde la Educación Básica hasta la Universidad
Mucho se ha investigado, escrito y disertado sobre la importancia de la comprensión lectora como una capacidad humana central que constituye el nodo de una serie de facultades conexas de nivel taxonómico superior que se expresan en el manejo fluido de la oralidad, el deleite por la lectura y la construcción sistematizada de un pensamiento crítico, sin dejar de lado los obvios elementos que proporciona para la adquisición de conocimiento en los procesos formativos, lo cual la convierte en un proceso de altísima complejidad.
Desde la educación básica, los docentes van labrando el camino para que los estudiantes fortifiquen las habilidades que serán el cimiento para conformar lectores competentes, tanto así que actualmente en México, un egresado de lo que denominamos educación secundaria – equivalente a un trayecto de 11 años de educación formal o ESO obligatoria en España -, debería salir con una serie de rasgos globales de aprendizaje que permitan el siguiente perfil, de tal forma que cada joven demuestre lo siguiente:
Usa el lenguaje de manera analítica y reflexiva para intercambiar ideas y textos en diversas situaciones comunicativas. Utiliza el lenguaje para organizar su pensamiento, expresar lo que sabe y construir conocimientos lingüísticos. Marco Curricular 2022, Secretaría de Educación Pública).
Este conjunto de las cualidades y saberes en las nuevas generaciones y que son los que les permitirán seguir aprendiendo, deberían estar consolidados y en continuo crecimiento cuando ingresan a la universidad, ya que se espera que el desarrollo de sus habilidades lectoras ha alcanzado el nivel adecuado para enfrentar los desafíos que encierran los estudios superiores. Lo anterior lamentablemente no tiene verificativo en la realidad cotidiana de las aulas universitarias, en las cuales,
cada vez con más frecuencia, se hacen visibles las contrariedades que sufren los estudiantes para ejercer un manejo de las habilidades del lenguaje en general, así como para lograr una comprensión lectora en particular.
Desde la educación básica, los docentes van labrando el camino para que los estudiantes fortifiquen las habilidades que serán el cimiento para conformar lectores competentes
Desafíos en la Construcción de la Ciudadanía de la Cultura Escrita
Sin demeritar el gran esfuerzo de todo el colectivo docente – quienes como hemos dicho, ponemos con la mejor intención profesional una serie de acciones en juego para la construcción de esta Ciudadanía de la Cultura Escrita (Lerner, 2001)-, son numerosos los estudios que identifican enormes áreas de oportunidad para los jóvenes lectores y los maestros en los siguientes aspectos, que categorizaremos de
la siguiente manera:
Ante este panorama, es fácil comprender los yerros en la compresión global de los textos y las deficiencias en la capacidad de interpretar la información que emergen, como la punta de un iceberg, cual graves indicadores de una serie de deficiencias y cuya base tiene origen en la ausencia de elementos fundamentales como la forma en la que los procesos de adquisición de la lectura y la escritura fueron dirigidos – generalmente trabajados a través de metodologías que, lejos de atender a una construcción global del lenguaje, se decantaron por la codificación y decodificación de unidades lingüísticas mínimas, como es el caso de los métodos onomatopéyicos o silábicos aún presentes en muchas aulas de enseñanza primaria-, lo cual ha venido generando esta incapacidad de leer correctamente así como discriminar el
sentido de las oraciones y aún menos, comprender ideas por fallas relacionada con la propia fluidez lectora. Sumado a ello, la falta de sistematización en los procesos sostenidos de encuentros felices y gozosos con la lectura, hacen que el amor y la valoración hacia la misma, pierdan trascendencia en la formación de los seres humanos.
Estrategias para la Formación de Lectores Universitarios
El círculo vicioso que esto desencadena tiene sus repercusiones en los estudiantes universitarios, quienes vacunados desde su primera infancia en contra de la lectura y desconociendo los placeres de la misma, carecen también de un bagaje en su léxico que les permita comprender de manera elemental lo que en un texto se expresa, así como dificultad para reemplazar palabras con ideas sinónimas, demostrando una expresión reducida e iterativa manifiesta también como conflicto para realizar una conversación fluida.
Mención aparte merece el hecho de que las cada vez más frecuentes dificultades neurológicas y visuales generan graves barreras para la consolidación de lectores asiduos, haciendo de estos acercamientos a los textos un terreno aún más escabroso, sin ahondar en la variable de que los libros no se hallen al alcance de las mayorías y que el propio acto lector sea considerado aún en muchos lugares, un suceso elitista, dibujando así un panorama con un territorio abrupto y heterogéneo para los estudiantes.
¿Qué podemos hacer entonces para apoyar a los estudiantes desde el propio contexto del aula y recuperar ese proceso atencional, regular la impulsividad permanente e hiperactividad que afecta la concentración, atención y la motivación, así como la necesidad de volver a leer dentro de las actividades de aula de clases? No hay más camino que explorar nuevas estrategias que lleven a la docencia a
evolucionar y salir del estancamiento, esto se logra transformando los esquemas tradicionales de enseñanza de la comprensión lectora ante la incapacidad que tienen los modelos y métodos pedagógicos para favorecer de manera eficiente la formación de Ciudadanos de la Cultura Escrita en el marco de una Justicia Curricular (Jurjo, 2012), que permita la democratización del conocimiento y el empoderamiento de la palabra como herramienta de transformación y bastión para la justicia social.
La habilidad de comprensión lectora es “la capacidad de un individuo para comprender, emplear, reflexionar e interesarse en textos escritos con el fin de lograr metas propias, desarrollar sus conocimientos y su potencial personal, y participar en la sociedad.
Smith, (2007)
Estrategias para Potenciar la Comprensión Lectora en el Aula
A partir de las reflexiones anteriores, de la experiencia propia dentro de la educación a lo largo de más de 38 años de servicio y de las múltiples propuestas que en este trashumar por la lectura, hemos podido recuperar – en particular como Asesor Pedagógico desde Centros de Maestros y en el seno del equipo La aventura del Lenguaje, diseñadores de oferta formativa del Campo Lenguajes-, nos permitimos sugerir a nuestros compañeros y compañeras algunas estrategias que no por sencillas, dejan de ser potentes y que, con su sapiencia y expertise, seguramente enriquecerán contextualizándolas:
a. Lectura en voz alta, siendo este simple acto la posibilidad de conectar a nuestros estudiantes con la voz lectora, su interpretación paralingüística y lo que en los procesos de evocación, inferencia e imaginación, vaya estimulando al escucha, recuperando así el poder de la palabra hablada y la
lectura del texto que se lee desde otros sentidos y sensibilidades.
b. Charla Literaria, la cual permite dialogar en torno a un texto a partir de las necesidades, expectativas y referentes de cada participante, logrando así una reflexión conjunta y una resignificación personal, además de permitir la escucha de las voces en un entorno participativo, incluyente y democratizante.
c. Acercamientos diversos a los textos a través del arte, detonando la libre expresión y reinterpretación, así como la creación individual y colectiva de lo leído al utilizar como vía las múltiples expresiones musicales, plásticas y escritas de una obra literaria.
d. Uso de la tecnología y los juegos educativos basados en web orientados a la lectura y la escritura, desde las aplicaciones que permiten el texto-a-voz o el Lector Inmersivo hasta los numerosos lecto-juegos, existiendo un repertorio grande para echar mano.
Estrategias para Formar Ciudadanos de la Cultura Escrita
Nos limitamos por cuestión de extensión, a recuperar estas cuatro estrategias, con la seguridad de que los profesores conocen su potencialidad y en su acervo, cuentan con otras más que permitirán a los estudiantes de cualquier edad y los universitarios con especial dedicatoria, fortalecer sus capacidades para:
-Identificar características, organizar los datos y comunicar los resultados obtenidos a partir de un texto.
-Establecer relaciones entre pares de características de objetos o situaciones al momento de leer y constituir nexos hasta lograr formular relaciones de orden superior al momento de realizar una lectura. De la misma forma, generar un orden en las ideas principales en un texto comprendiendo la lógica para dar dicha disposición a lo planteado.
-Consolidar un pensamiento analógico que permita también una clasificación jerárquica, predicción, síntesis y formulación de inferencias.
-Interpretar las ideas de un autor a partir de un análisis sistematizado que posibilite el manejo de su complejidad, a fin de lograr una exégesis de mayor profundidad. Esto permitirá poder explicar el contenido y el planteamiento del texto a partir de sus elementos centrales más importantes y detectar tres tipos de procesos en el mismo: cambios, secuencias y transformaciones.
El arte de leer […] incluye las mismas habilidades que están involucradas en el acto de descubrir: la percepción aguda, la memoria funcional, la imaginación y el razonamiento entrenado para reflexionar y analizar. Tanto como leer es aprender, leer es pensar
Mortimer J. Adler
En este camino inacabado, sin duda lograremos con constancia, en colaborativo y con la intencionalidad que a cada contexto y disciplina (así como transdisciplina) convengan, lograr la conformación de auténticos Ciudadanos de la Cultura Escrita, que logren aprehender un hecho dentro de un contexto vinculante a partir de una acción de interpretación que involucre los procesos intelectuales de orden superior, llegando al pináculo de la metaemoción, la metacognición – el pensamiento crítico que ambas conllevan- y la creación que la lectura es capaz de propiciar en los seres activos y sentipensantes, con capacidad de desarrollar la lectura comprensiva, la cual es constructiva, estratégica e interactiva y con las habilidades específicas que Stauffer y Russell describen: la percepción, la memoria funcional, el cuestionamiento creativo, el razonamiento lógico y la evaluación crítica, así como lo más importante para un lector comprometido: ¡la posibilidad de regocijarse, descubrirse y reinventarse a sí mismo y a la humanidad a partir de un texto!
JULIETA CAMPOS MORA
Mtra. en Innovación Educativa, Lic. En Estudios Latinoamericanos y Normalista