Transformación Digital en la Universidad en la Comunidad de Madrid

La Comunidad de Madrid lanzó en 2020 un reto a las universidades públicas madrileñas: trabajar juntos la transformación digital del sistema universitario madrileño, con el objetivo de que cada universidad mejorara, actualizara, o desarrollara su propio plan (dentro del principio fundamental de autonomía universitaria)

RAFAEL MORENO


Trazar un plan es un arte. A pesar de que todos comparten ciertas estructuras, patrones, y consensos, como una visión, una jerarquía de actuaciones que hilan en un todo conjunto y con alma las acciones, o un conjunto de indicadores y procedimientos de evaluación y seguimiento, un buen plan debe ser como un taller: un espacio de trabajo dinámico, en el que sentirse cómodo e identificado, de modo que toda la organización pueda saber (o intuir) la relación de lo que hace y lo que falta por hacer, con esa visión de cambio.

Con este espíritu, desde la Consejería de Ciencia, Universidades e Innovación de la Comunidad de Madrid lanzó en 2020 un reto a las universidades públicas madrileñas: trabajar juntos la transformación digital del sistema universitario madrileño. Con el objetivo de que cada universidad mejorara, actualizara, o desarrollara su propio plan (dentro del principio fundamental de autonomía universitaria), se invitó a la participación en una serie de sesiones de puesta en común y reflexión.

Los objetivos no eran otros que el aprendizaje conjunto y la búsqueda de sinergias. El reto de la transformación universitaria en general, y el de la transformación digital en particular como medio ineludible de dicha transformación, es demasiado grande, complejo, e importante, como para ser abordado sin la máxima deferencia hacia la optimización de recursos. Compartición de enfoques, ideas, resultados experimentados en iniciativas probadas, causas de esos resultados…un gran número de elementos muy valiosos que suponen un gran retorno al esfuerzo que suponen la planificación y la colaboración.

El resultado, no obstante, fue magnífico: 6 planes de transformación digital ambiciosos, creados en cada universidad con el conjunto de las diferentes estructuras que las forman, y con más de 50 ámbitos de actuación concretos identificados en conjunto perfectamente adaptables y extrapolables

Y es que el esfuerzo fue muy grande: tiempos de pandemia, de enseñanza y evaluación online, de gestión sanitaria, de distanciamiento social. Pero la dimensión del cambio que introduce una auténtica transformación digital también convirtió a ese período en un formidable catalizador, un momento de oportunidad única para no sólo lidiar con las exigencias del momento, sino para abordar el cambio que requiere el aprendizaje en educación superior.

El resultado, no obstante, fue magnífico: 6 planes de transformación digital ambiciosos, creados en cada universidad con el conjunto de las diferentes estructuras que las forman, y con más de 50 ámbitos de actuación concretos identificados en conjunto perfectamente adaptables y extrapolables. Comentaremos a continuación algunos de estos resultados.

Si bien cada plan tenía lógicamente su propia estructura, definimos una estructura propia para recoger la visión transversal por medio de seis categorías (gestionando aparte otros aspectos también habilitados por la transformación digital, como la sostenibilidad). Dos de ellas se correspondían con las misiones de la universidad: docencia, e investigación y transferencia. Otras dos se correspondían con ámbitos de soporte esenciales para el desarrollo de las misiones: administración, y gobernanza. Otra al recurso fundamental de la tecnología: sistemas e infraestructuras. Y por último, una para todos aquellas actuaciones relacionadas con hacer realidad las cosas en todo su ciclo de vida: gobernanza de la propia transformación digital.

La transformación de la universidad tiene muchas aristas. Repasar y discutir todos los ámbitos sería competencia de las universidades, y además excedería con mucho el alcance de este artículo. No obstante, podemos revisar brevemente una pequeña selección de ellos, junto con mi visión personal de cada uno, para ofrecer una visual general de lo que puede implicar una transformación digital amplia del modelo de universidad. Es de destacar que todo proyecto en estos ámbitos se beneficiaría de una aproximación conjunta y colaborativa en su desarrollo.

Docencia

Analíticas de aprendizaje

La capacidad de medir de forma automática y continua el aprendizaje es la clave de la personalización. Si bien la evaluación continua supone en ocasiones un modelo más adecuado y fiable de verificación del aprendizaje, en general se basa en modelos no escalables.

Un sistema tecnológico con una adecuada evaluación automática de un conocimiento o una competencia habilita el despliegue a escala de modelos de aprendizaje basados en competencias (en los que el ritmo de progresión viene marcado por el ritmo del aprendizaje, y no de un calendario predeterminado), o sistemas adaptativos que detecten y eviten bloqueos en la progresión al poder reaccionar a las dificultades particulares de cada persona.

No hay universidad sin una universidad a la carta.

LMS y Adaptación de espacios de aprendizaje

El LMS (Learning Management System) es el esqueleto de la educación online, el sistema que permite la creación y asignación de itinerarios formativos (entre otras funcionalidades). Junto con otras soluciones que completan la experiencia online educativa (sistemas de videoconferencia, entornos de colaboración, y otras herramientas), conforman el estado del arte de la educación online.

Cualquier cambio en el modelo de aprendizaje hacia formatos diferentes de aprendizaje activo, requerirá por lo general de una adaptación de los espacios de aprendizaje, tanto en el ámbito físico como en el digital. Controlar estos espacios es por lo tanto una capacidad clave, así como tal vez imprescindible, para desarrollar un marco avanzado de analíticas de aprendizaje, máxime sin dependencia de las grandes empresas tecnológicas.

No hay universidad sin una universidad expandida.

Laboratorios virtuales

La experimentación es un aspecto fundamental del aprendizaje activo. La simulación digital como mecanismo de experimentación no sólo actúa como palanca de equidad en el acceso a la educación, sino que además permite acelerar dramáticamente el ciclo de prueba-resultado-aprendizaje.

No hay universidad sin una universidad accesible.

Cualquier cambio en el modelo de aprendizaje hacia formatos diferentes de aprendizaje activo, requerirá por lo general de una adaptación de los espacios de aprendizaje, tanto en el ámbito físico como en el digital

Investigación

Plataforma de ciencia abierta

Los datos como plataforma de generación de conocimiento sitúan a esta peculiar materia prima en una posición de especial importancia. Siendo los habilitadores en muchos casos del funcionamiento del propio avance científico (i.e. replicabilidad de los resultados), el ámbito de actuación de los datos abiertos hoy en día trasciende con mucho los entornos académicos.

Sólo una adecuada colaboración en torno a los datos en todo su ciclo de vida y de distintos tipos de agente económico y social (universidad, administración, empresa, ciudadanía, etc.), permitirá desarrollar autentica inteligencia en multitud de ámbitos. Para ello, no sólo son relevantes los aspectos tecnológicos, sino que cobran especial importancia cuestiones sistémicas como la correcta atribución de valor (p.ej. de los generadores de los datos).

No hay universidad sin una universidad habilitadora.

Sistemas de gestión integral I+D+i

La gestión de la I+D es una cuestión ciertamente compleja, considerando los rápidos (cortos) ciclos de vida y las distintas necesidades para sus distintas fases (p.ej. financiación, justificación, o transferencia). En un entorno típicamente de recursos limitados, la disponibilidad de sistemas de apoyo resulta imprescindible para ser capaces de aprovechar al máximo el potencial de los grupos de investigación, y con ello del sistema de ciencia en su conjunto.

No hay universidad sin una universidad empoderada.

Infraestructuras de datos y comunicaciones

La gestión y procesamiento de grandes volúmenes de datos en los que cada vez más se basa el desarrollo científico, y la colaboración en torno a ellos, no son posibles sin unas infraestructuras de almacenamiento, distribución, y procesamiento de gran capacidad, seguras, y accesibles.

No hay universidad sin una universidad conectada.

Administración

Certificación de competencias

Una de las funciones más arraigadas de la universidad es la certificación del aprendizaje. Un acceso conveniente y seguro a dicha atestación es habilitador de una mejor asignación de recursos, máxime en un contexto de desarrollo de micro-credenciales y evaluación digital por un lado, y de surgimiento de nuevos tipos de agentes proveedores de servicios de educación por otro (como empresas de ámbito digital, plataformas independientes, o comunidades auto-organizadas). La increíble evolución de protocolos y redes basados en tecnología blockchain experimentado en los últimos años supone a este respecto un campo muy interesante de aplicación.

No hay universidad sin una universidad actualizada.

CRM / CEM

El conocimiento sobre el usuario (cliente o no) es un ámbito de generación de valor que las empresas vienen desarrollando y usando desde los primeros momentos de la digitalización. Junto con las analíticas de aprendizaje para el aspecto docente, la correcta gestión de la información sobre la relación de los estudiantes con la institución universitaria son un ámbito de mejora no sólo de carácter económico, sino también en cuanto a la experiencia universitaria en su sentido más amplio (escuela o facultad – universidad – campus).

No hay universidad sin una universidad centrada en el estudiante.

Contabilidad analítica

La responsabilidad de la universidad hacia la sociedad la obliga a buscar la efectividad, pero también la eficiencia. Sin una correcta gestión económico-financiera, se producen desequilibrios que suponen una inapropiada asignación de recursos, que resultan directamente en malos resultados, tensiones del personal, mala experiencia del estudiantado, etc. Como cualquier gran empresa puede atestiguar, el control económico en una organización tan compleja y grande como una universidad es una cuestión tan incómoda de abordar como ineludible.

No hay universidad sin una universidad responsable.

La increíble evolución de protocolos y redes basados en tecnología blockchain experimentado en los últimos años supone a este respecto un campo muy interesante de aplicación

Gobernanza

Voto digital a distancia

El correcto funcionamiento de los órganos de gobierno es la pieza sobre la que se construye la evolución de la universidad. Bajo una capa de operación as usual, fuertemente dependiente de unos sólidos esquemas de seguridad que aseguren la consistencia del sistema, el voto digital a distancia guarda la clave fundamental de la participación abierta en dicha evolución de todos los agentes que pueden enriquecer y fortalecer la institución: Consejo Social, estudiantado, sector privado, sociedad, etc.

El desarrollo de modelos multi-capa de gobernanza exige esquemas tecnológicos sin fricción que permitan una participación segura y conveniente. Al igual que con la certificación de competencias, la evolución de esquemas distribuidos de gobernanza basados en tecnología blockchain (abanderados por las DAOs) será un ámbito muy interesante de observación y posible aplicación al entorno universitario (y educativo en general, también no reglado).

No hay universidad sin una universidad abierta.

Inteligencia institucional

Si bien el dato no tiene por qué ser condición suficiente, no hay ámbito de la gestión estratégica y operativa en la universidad (y en cualquier organización) que no se beneficie de una adecuada base factual sobre la que cimentarse. De hecho, en muchos ámbitos no cabe un desarrollo coherente sin estar basado en información adecuada (de calidad, a tiempo, con el nivel de detalle necesario, etc.). Cualquier marco de gestión ágil y eficaz requerirá que la información necesaria esté en las manos adecuadas en el momento en que se necesite.

No hay universidad sin una universidad consciente.

Gobernanza TD

Liderazgo alto nivel y Apoyo expertos externos

La (auténtica) transformación digital supone una revisión profunda de modelos, usos, hábitos, oferta, capacidades, mecanismos, etc. que no es posible sin un amplio apoyo y compromiso de los líderes. Al mismo tiempo, para una organización con tanta proyección y un papel social tan determinante como una universidad, se hace algo demasiado grande para ser abordado “solos”. La transformación digital es un empeño colectivo. Una mentalidad. Una exploración que empieza pero no se sabe a priori cuándo ni dónde acaba, de persecución de una visión, pero también de experimentación y aprendizaje continuos.

No hay universidad sin una universidad audaz.

Estructuras ad hoc y dedicadas

Dada la complejidad de la transformación digital ya comentada, se hace necesario el desarrollo de estructuras de gobernanza específicas de la misma. Estos organismos deben ser suficientemente representativos, ágiles, y adaptables, para entre otras cuestiones, dar visibilidad y voz a toda la constelación de diferentes tipos de participantes que deben intervenir en ella.

No hay universidad sin una universidad dotada.

El Modelo de Madurez Digital para Universidades (md4u), diseñado por Llorens-Largo y otros (2019), desarrolla en 7 retos estratégicos, 21 áreas, 37 objetivos, y más de 300 indicadores, una visión de lo que supone ser una universidad digital

Comentarios finales

El informe Universitic 2020 publicado en Mayo de 2021 por Crue-TIC (la Comisión Sectorial de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas), arroja un resultado muy relevante: en mediana (entre las 65 universidades líderes participantes en el estudio), la adopción de buenas practicas de transformación digital se sitúa en el 20% (medido en base al Ratio de Buenas Prácticas definido en el modelo MD4U utilizado en el estudio).

El Modelo de Madurez Digital para Universidades (md4u), diseñado por Llorens-Largo y otros (2019), desarrolla en 7 retos estratégicos, 21 áreas, 37 objetivos, y más de 300 indicadores, una visión de lo que supone ser una universidad digital (transformada mediante las tecnologías digitales) frente a una universidad digitalizada (continuista del paradigma tradicional).

Si bien los ámbitos y visiones comentados en este artículo no se derivan del marco definido por md4u, todos contribuyen sin duda a construir esa visión de nuevo paradigma de universidad. Transformación que tiene el reto de deber darse dentro de un marco paralelo de continuidad del correcto funcionamiento de la universidad, pero que es más importante que nunca para permitir que la Universidad desempeñe en la sociedad del aprendizaje el papel social fundamental en este momento de la historia de la humanidad para el que no hay otra institución mejor posicionada.

Y es que, como me gusta recordar, un país no lo transforma una universidad, pero sí pueden hacerlo muchas universidades trabajando juntas.

RAFAEL MORENO  Profesional de la innovación, trabaja en impulsar la transformación positiva, ahora desde la base científica

Twitter @rmorenova

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LICENCIA FOTOGRAFÍAS

Espacios de Educación Superior está dirigido a poner en contacto a las personas e instituciones interesadas en la sociedad del aprendizaje en Iberoamérica y España.