Los alumnos superdotados destacan por su elevada capacidad de razonamiento lógico entre otros, y por lo tanto son los alumnos más capaces para desarrollar carreras universitarias o profesiones en los ámbitos de la ciencia y la tecnología. Justamente este tipo de profesiones, las famosas STEM, son las más demandadas en nuestro mercado laboral y continuamente escuchamos a las empresas de los sectores tecnológicos afirmar que no encuentran profesionales formados en nuestro país.
CARMEN SANZ CHACÓN
En nuestro país tener altas capacidades intelectuales puede ser más un problema que un motivo de alegría para padres y profesores, porque nuestro sistema educativo no está preparado, ni interesado, diría yo, en la atención educativa específica para los niños con altas capacidades.
Las administraciones educativas tienen la obligación legal de identificar y evaluar de forma temprana las necesidades de los alumnos superdotados, darles atención educativa específica, flexibilizar la duración de los diferentes niveles y etapas del sistema educativo independientemente de su edad, así como formar al profesorado y asesorar a los padres. Las sucesivas leyes de educación tienen recogidas las particulares necesidades de estos niños, pero la burocracia educativa tiene otros intereses. Como consecuencia tenemos como país una gran asignatura pendiente que condiciona el éxito de nuestro sistema educativo.
La mayoría de los niños superdotados, estadísticamente el 2% superior de la población estudiantil, y de altas capacidades, estadísticamente el 10% superior de los alumnos, están sin identificar en nuestros centros escolares, por falta de profesores y orientadores formados, por falta de implicación de los propios directores de los centros educativos, y por falta de directrices claras por parte de los responsables educativos de las administraciones autonómicas.
El total de alumnos con altas capacidades identificados en nuestro país no alcanza ni el 0,5% en total, lo que supone que estamos incumpliendo sistemáticamente las leyes de educación y no dando oportunidades a este colectivo, el más brillante, de alcanzar su pleno desarrollo en nuestras aulas. Datos Informe Nacional Educación Superdotados 2022 (https://www.elmundodelsuperdotado.com/informe-educacion-superdotados/)
Como contrapartida un elevadísimo porcentaje de estos alumnos, más del 50%, son víctimas de acoso escolar, con las consecuencias para su salud psicológica, y también más del 50% pueden llegar a abandonar de forma temprana sus estudios por falta de motivación, problemas en las relaciones con compañeros y profesores, o por problemas psicológicos derivados de su falta de atención.
Los alumnos superdotados destacan por su elevada capacidad de razonamiento lógico entre otros, y por lo tanto son los alumnos más capaces para desarrollar carreras universitarias o profesiones en los ámbitos de la ciencia y la tecnología. Justamente este tipo de profesiones, las famosas STEM, son las más demandadas en nuestro mercado laboral y continuamente escuchamos a las empresas de los sectores tecnológicos afirmar que no encuentran profesionales formados en nuestro país. Nos faltan médicos, ingenieros, matemáticos, informáticos etc. que han abandonado sus estudios por la falta de atención del sistema educativo español.
Sin embargo, tenemos grandes deportistas porque desde hace años se han puesto en marcha los Centros de Alto Rendimiento Deportivo. Tenemos grandes músicos y artistas porque su enseñanza especial discurre fuera de los centros ordinarios. Pero no tenemos grandes físicos, matemáticos, biólogos, etc. y nuestra presencia en los Premios Nobel es puramente testimonial y en cualquier caso del siglo XX.
José Echegaray (1904) – Literatura, Santiago Ramón y Cajal (1906) – Medicina, Jacinto Benavente (1922) – Literatura, Juan Ramón Jiménez (1956) – Literatura, Severo Ochoa (1959) – Medicina, Vicente Aleixandre (1977) – Literatura, Camilo José Cela (1989) – Literatura, Mario Vargas Llosa (2010) – Literatura (escritor peruano, nacionalizado español).
Algo falla en nuestro sistema que no potencia las enseñanzas en ciencias, y abandona a los niños con más talento a su suerte en un sistema educativo que no está preparado para darles la educación que necesitan. Quizás seguimos con aquella filosofía que expresó muy bien Don Miguel de Unamuno en un mal día: “Que inventen, pues, ellos y nosotros nos aprovecharemos de sus invenciones” (1906).
La situación en otros países es diferente y siguen inventando y desarrollando productos que después tenemos que comprar. Los talentos se descubren, se cultivan, se les da la oportunidad de asistir a centros especiales, a tiempo total o parcial, se les otorgan becas, se les da la oportunidad de asistir a edad temprana a la universidad. En otros países, ser “gifted”, es un regalo, en nuestro país en muchos casos puede llegar a ser una maldición.
En mi consulta en El Mundo del Superdotado (www.elmundodelsuperdotado.com) veo continuamente casos de niños superdotados que, desde muy temprana edad, 6, 7, 8 años, empiezan a desarrollar síntomas de ansiedad ante la idea de ir al colegio.
Por otra parte, la mitad de nuestros pacientes son adolescentes que se enfrentan al fracaso escolar, adolescentes que durante la Educación Primaria han alcanzado tal grado de desmotivación que ya ni abren los libros, además de enfrentarse al rechazo de sus compañeros por ser diferentes y a la incomprensión de la familia y los profesores. Algunos son medicados para el TDAH, confundiendo su desmotivación y superdotación con déficit de atención e hiperactividad. Las crisis de ansiedad les impiden concentrarse y en demasiados casos, desgraciadamente, escuchamos expresar deseos de terminar con sus vidas.
Esta experiencia me ha llevado a publicar un libro con el título La Maldición de la Inteligencia (Plataforma Editorial 2014), porque en nuestro país, ser superdotado es una maldición para muchos de nuestros chicos por la incomprensión del sistema educativo.
Nuestro país necesita cambios urgentes en nuestro sistema educativo, cambios que no suponen grandes inversiones, solamente voluntad de cambiar las cosas, y que llevamos años planteando a nuestros políticos (que hacen oídos sordos porque tienen problemas más “urgentes” que resolver):
10 cambios imprescindibles en la educación de las altas capacidades en España
1. Fijar un criterio único a nivel nacional para definir a un niño como de Altas Capacidades que no deje fuera a ningún niño superdotado (CI igual o superior a 130), independientemente de su creatividad y su rendimiento escolar, ampliar el concepto de altas capacidades intelectuales a niños con un cociente intelectual de 120 o superior, así como a los niños con talentos especiales (artísticos, deportivos, etc.).
2. Admitir las evaluaciones de los Psicólogos Clínicos Sanitarios dándoles la misma validez que a los diagnósticos realizados por el resto de profesionales sanitarios de nuestro país. Ningún orientador discute un informe médico y no tiene sentido que discuta una evaluación realizada por un psicólogo clínico sanitario.
3. Formar al profesorado y a los equipos de orientación para que sepan identificar tempranamente a alumnos con altas capacidades intelectuales y obtener de ellos su máximo potencial.
4. Acelerar de curso a los niños de altas capacidades un mínimo de dos años durante su etapa escolar, tal como se recoge en la legislación actual, simplificando al máximo los trámites burocráticos a realizar por el centro y considerando esta medida de carácter ordinario igual que la repetición de curso, en lugar de ser excepcional y sin necesitar autorización especial por parte de la administración
5. Establecer dentro de cada centro escolar el Aula Abierta de Altas Capacidades Intelectuales, a la cual acudirán semanalmente los niños de altas capacidades del centro para realizar actividades de enriquecimiento curricular.
6. Sensibilizar a los estudiantes sobre las diferencias que supone tener altas capacidades intelectuales y desarrollar en los compañeros de los niños superdotados el respeto a la diferencia para evitar los problemas actuales de acoso escolar a niños superdotados.
7. Facilitar la creación de colegios especiales de superdotados, tanto públicos como privados para que los padres que así lo deseen puedan dar a sus hijos educación específica.
8. Facilitar la participación de los estudiantes superdotados en programas universitarios, tanto en programas de verano como en programas especiales de ingreso temprano en la universidad, tal como se hace en otros países desarrollados.
9. Apoyar a las organizaciones sociales que lleven a cabo programas para el desarrollo emocional e intelectual de los superdotados para complementar las actividades realizadas por la administración.
10. Formar a los padres de los niños superdotados y de altas capacidades para que colaboren con la administración en el desarrollo educativo y emocional de estos niños, para que puedan dar su máximo potencial a nuestra sociedad.
Por estas razones, además de facilitar la identificación de los niños superdotados y permitirles la aceleración de curso para que puedan seguir aprendiendo a su propio ritmo, consideramos imprescindible facilitar la participación de los estudiantes superdotados en programas universitarios, tanto en programas de verano como en programas especiales de ingreso temprano en la universidad, tal como se hace en otros países desarrollados.
«Educar en la diferencia, porque todos tenemos derecho a dar lo mejor de nosotros mismos».