Entrevistamos a Ana Santos Aramburo, Directora de la Biblioteca Nacional de España, quien nos habla del nuevo lugar de las bibliotecas tradicionales en un mundo digitalizado y su papel en el aprendizaje a lo largo de la vida.
Ana Santos Aramburo es Licenciada en Geografía e Historia por la Universidad de Zaragoza y Diplomada en Biblioteconomía y Documentación por Centro de Estudios Documentales del Ministerio de Cultura. Su carrera profesional ha estado vinculada durante más de 25 años con la Biblioteca de la Universidad Complutense. Posteriormente fue nombrada Directora de Acción Cultural de la Biblioteca Nacional (2007-2011) y puso en funcionamiento el Museo de la Biblioteca Nacional.
Es la Directora de la Biblioteca Nacional de España desde marzo de 2013. Impulsa su digitalización , y como expone el Plan de Cultura 2020 , convertir a la Biblioteca Nacional de España en centro de referencia para el hispanismo internacional mediante el proyecto Incremento de la Biblioteca Digital Hispánica y de la Hemeroteca Digital. Este plan también contempla el proyecto de la creación de un laboratorio de ideas de la Bibloteca Nacional BNElab con el objetivo de favorecer la investigación y generación de nuevo conocimiento.
En esta entrevista nos explica que la función de las bibliotecas es esencial porque permiten un acceso libre y democrático al conocimiento. No hay que olvidar que no todo está en Internet, que queda mucho por digitalizar y mucha información de Internet no puede considerarse como fiable.
Además, que es necesario conservar el deseo de aprender, que superarnos nos hace sentir mejor. Las personas que quieren seguir aprendiendo a lo largo de la vida encuentran en las bibliotecas ese lugar donde poder hacerlo.
¿Cuál es el papel de las Bibliotecas Nacionales?
Cada tipo de biblioteca tiene su misión y sirve a diferentes tipos de comunidades. La misión de las bibliotecas nacionales es esencial en un mundo tan digitalizado como en el que estamos viviendo, puesto que garantizan la preservación del conocimiento y la creación que se genera en los diferentes países.
Hay que tener en cuenta que en las bibliotecas nacionales se recibe, a través de la legislación de depósito legal, la producción editorial de un país en cualquier tipo de soporte y que sus colecciones nunca se expurgan, como ocurre en otro tipo de bibliotecas, con lo cual se garantiza la preservación de lo que otras bibliotecas no conservan.
Por otro lado, las bibliotecas nacionales también conservan las publicaciones electrónicas y contenidos de Internet, lo que otras bibliotecas no hacen. De esta manera se puede afirmar que los depósitos de las bibliotecas nacionales son los garantes de la conservación de la capacidad de creación y de conocimiento de los países. Una parte importante de estas colecciones se encuentra digitalizada lo que, junto a las publicaciones electrónicas y el contenido de la web, forman grandes repositorios de datos y contenidos digitales de acceso libre y gratuito.
¿Cuál es la función de las bibliotecas en el acceso a la lectura y a la producción de conocimiento en la era digital?
La función de las bibliotecas es esencial porque permiten un acceso libre y democrático al conocimiento. No hay que olvidar que no todo está en Internet, las obras protegidas por derechos de autor no están disponibles en Internet, queda mucho por digitalizar y mucha información de Internet no puede considerarse como fiable. De tal manera que alguien que quiera leer cualquier obra de un escritor con derechos o que quiera hacer un trabajo basado en fuentes fiables tendría que acudir necesariamente a una biblioteca.
Además de esto, las bibliotecas, especialmente las públicas, organizan multitud de actividades encaminadas a fomentar la lectura y a generar y compartir conocimiento, lo que facilita que muchas personas que se acercan a las bibliotecas puedan adquirir nuevas habilidades que pueden ser de gran utilidad en sus vidas.
¿Qué nuevas funciones pueden desempeñar las bibliotecas para conservar su condición de espacios presenciales de aprendizaje y convivencia?
En los últimos años en las bibliotecas se han hecho importantes esfuerzos para adaptarse al entorno digital, pero no hay que olvidar que las bibliotecas son lugares emblemáticos, espacios a los que gusta acudir donde las personas se sienten acogidas y que forman parte de una comunidad. En estos momentos de hiperactividad digital en soledad esto es especialmente importante. Los edificios de las bibliotecas son lugares de encuentro, donde dar y recibir, donde compartir inquietudes y sentirte menos solo.
Desde este punto de vista, además de las actividades tradicionales de fomento de la lectura o talleres para niños y familias, se pueden organizar otras actividades encaminadas a disminuir la brecha digital, fomentar la convivencia y la tolerancia entre distintos grupos sociales, impulsar la comunicación y el debate de diferentes colectivos, etc.
Es decir, aprovechar al máximo esta capacidad única que tienen las bibliotecas de facilitar a todas las personas el acceso libre y gratuito a la cultura para construir sociedades más igualitarias y tolerantes y, por lo tanto, mejores.
¿Cómo afecta al futuro de las bibliotecas el aprendizaje a lo largo de la vida?
El deseo de aprender es algo que no nos debería abandonar nunca, mantener el esfuerzo de superación nos ayuda a sentirnos mejor. El usuario de biblioteca es un prototipo de persona que quiere seguir aprendiendo y que encuentra en las bibliotecas ese lugar donde poderlo hacer.
Por supuesto estoy pensando en personas de todas las edades y de toda clase y condición social, pero especialmente en determinados colectivos, como por ejemplo personas mayores. Cada vez vivimos más años y hay mayor número de personas que acuden a actividades culturales. Este hecho afecta al futuro de las bibliotecas que deben saber adaptarse a la demanda de cada momento y pensar en este colectivo tan numeroso.
Centrándonos en el ámbito de la educación superior ¿Qué papel corresponde a los bibliotecarios en la transformación digital de las universidades?
Las bibliotecas universitarias siempre han sido punteras en la transformación digital. Enseguida se automatizaron los procesos bibliotecarios y se adquirieron bases de datos y revistas electrónicas. Las colecciones que conservan son fundamentales como apoyo a la investigación, la docencia y la generación de un nuevo conocimiento.
El bibliotecario que trabaja en este tipo de bibliotecas es muy consciente de esto y desde hace años trabaja con los centros de cálculo de las universidades para mejorar el servicio que se presta a la comunidad universitaria, su papel es fundamental en la creación de los campus virtuales o de los repositorios institucionales.
También prestan ayuda a diferentes colectivos, especialmente a los docentes, tanto colaborando en diversos proyectos de investigación como prestando apoyo para solicitud de proyectos o reconocimiento de sexenios.
¿Qué pueden hacer las bibliotecas como espacios de alfabetización digital o multialfabetización?
Hoy en día la alfabetización digital es fundamental. Sin las habilidades necesarias para desarrollar tareas en Internet es muy difícil hacer multitud de gestiones, incluso de la vida cotidiana. La brecha digital crea dos mundos con diferentes oportunidades para las personas y por eso es importante trabajar para disminuir esta brecha.
Desde las bibliotecas ya se imparten cursos para formar a las personas en tecnologías de la información y que puedan ser independientes a la hora de tener que hacer gestiones o buscar información que lo necesiten o incluso se ayuda a personas en determinados temas como búsquedas de empleo o solicitudes administrativas.
También se dan cursos relacionados con la creación de contenidos digitales u otras habilidades informáticas que fomentan el conocimiento y la capacidad de creación de las personas. En este sentido es mucho lo que pueden hacer las bibliotecas y de hecho lo están haciendo en ocasiones a través de proyectos de colaboración entre bibliotecas públicas y universitarias.
El aprendizaje colaborativo, el aprendizaje activo o el aprendizaje servicio demandan nuevos espacios físicos y virtuales en los que desarrollar la experiencia universitaria ¿Qué cambios demandan estás prácticas en relación con las bibliotecas universitarias?
Los espacios de las bibliotecas universitarias se están adaptando a las demandas de la nueva forma de aprender y de enseñar y se conciben como un servicio tanto para estudiantes como para docentes. Por supuesto los laboratorios informáticos son fundamentales y disponen de ordenadores portátiles, baterías o tabletas que se pueden solicitar en préstamo. Todo ello en espacios versátiles donde, junto a salas de estudio, se pueda trabajar solo o en grupo y espacios más cómodos donde leer, descansar o charlar con otras personas.
¿Cómo integramos a las bibliotecas municipales, especializadas o incluso a la BNE como parte de los campus universitarios?
El mundo digital abre un sinfín de posibilidades. Cualquier recurso digital, libre de derechos, que esté disponible en Internet es susceptible de ser reutilizado libremente para diferentes fines y un fin esencial es el aprendizaje. La BNE ofrece grandes conjuntos de datos y contenidos digitales a disposición de docentes e investigadores y los utilizan para sus proyectos de investigación, para desarrollar nuevas herramientas o los ofrecen a través de los campus virtuales. Estos recursos se utilizan también en colegios e institutos, a través de una herramienta de docencia y aprendizaje que hemos desarrollado, llamada BNEscolar, que está teniendo un gran éxito entre docentes y estudiantes.
¿Pueden las bibliotecas escolares ser el ansiado nodo de conexión entre la educación secundaria y universitaria?
Pueden jugar un papel muy relevante. La enseñanza secundaria es fundamental en la vida de las personas y es la vía para poder llegar con preparación suficiente a la universidad. En este sentido desde las bibliotecas escolares no solo se puede fomentar la lectura sino formar a los alumnos en la búsqueda de información fiable. En este mundo donde manda Internet hay que procurar dotar a los jóvenes con una capacidad crítica propia de tal manera que lleguen a la universidad no solo con conocimientos memorísticos, que luego van a olvidar, sino con los medios de acceso a ese conocimiento y la formación suficiente para poderlo interpretar.
¿Cómo afecta a las bibliotecas universitarias la ciencia abierta?
Las bibliotecas universitarias tienen un papel muy activo en el impulso de la ciencia abierta. Siempre han sido defensoras de este modelo, hay que tener en cuenta el elevadísimo precio que se paga por las licencias de uso de las revistas científicas y la importancia de acceder fácil y rápidamente a los resultados de las investigaciones.
Desde las bibliotecas universitarias se gestionan los grandes repositorios de e-prints, y se crean los portales de acceso a la producción científica, tesis doctorales o revistas electrónicas de las universidades favoreciendo así su publicación, distribución, acceso y evaluación de resultados. Se puede afirmar que las bibliotecas universitarias son un servicio esencial en las universidades.
¿Podemos hablar de un sistema bibliotecario iberoamericano?
Entendido como tal, no. Cada país tiene su propia organización bibliotecaria, que incluso en los diversos países está muy atomizada. Sí que, por ejemplo, se trabaja en colaboración con las bibliotecas nacionales a través de la Asociación de Bibliotecas Nacionales Iberoamericanas (ABINIA). La Biblioteca Nacional de España lidera el portal de la Biblioteca Digital de Patrimonio Iberoamericano, que aúna colecciones de 17 países pero, hasta donde yo conozco, es la única iniciativa de colaboración que existe en este sentido.