La Universidad que queremos

AGHM

Con motivo de la finalización el próximo seis de mayo del plazo de recogida de información en la primera encuesta sobre «Experiencia del estudiantado en el sistema universitario español» del Observatorio EsdeES hemos solicitado su colaboración a la Federación Española de Estudiantes de Farmacia (FEEF) desde el convencimiento en que el aspecto clave en cualquier processo de transformación que se vaya a realizar en la Universidad es redefinir la relación del estudiando con la institución, y a través de ella con la sociedad

Federación Española de Estudiantes de Farmacia (FEEF)


El Grado en Farmacia es una titulación de 300 créditos ECTS, distribuidos a lo largo de 5 años, dónde se deberá incluir como mínimo un módulo de 30 ECTS dedicados a la asignatura de Prácticas Tuteladas y al Trabajo de Fin de Grado, siendo lo habitual 24 ECTS de prácticas tuteladas y 6 ECTS el TFG. Las prácticas tuteladas abarcan un periodo de 6 meses y estas podrán ser realizadas en una oficina de farmacia abierta al público y/o en un hospital bajo la supervisión del servicio farmacéutico de dicho hospital. El Grado en Farmacia actualmente ostenta el nivel 3 (Máster) en el Marco Español de Cualificaciones para la Educación Superior (MECES).

Queremos una universidad que incorpore el conocimiento científico e innovación docente, así como acerque a los estudiantes al mundo laboral.

Se deberá abogar por incorporar progresivamente a los planes de estudio el nuevo conocimiento científico procedente de la investigación básica y clínica y eliminar aquellos contenidos del grado que no se ajusten a la evidencia científica actual, así como aquellos que vayan quedando obsoletos.

Las Ciencias Farmacéuticas son un campo en constante evolución y actualización, que cada día nos sorprende con nuevos avances en terapéutica y con nuevas áreas de especialización. El Grado no puede desatender las necesidades de formación del profesional farmacéutico en técnicas de biología molecular y genética, importantes, por ejemplo, para el campo de la reproducción asistida, la farmacogenética y farmacogenómica, la medicina personalizada, la genética clínica y otras especializaciones para las que la formación de Grado habilita.

Deberá existir mayor colaboración entre las Universidades, Colegios Oficiales de Farmacéuticos y organizaciones profesionales que permita adecuar los contenidos de las diferentes asignaturas del grado a las necesitades actuales y reales de la profesión, pues existe un sentimiento mayoritario entre el estudiantado de que esto no ocurre.

Queremos una universidad que nos permita conciliar.

El Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE), en su informe del primer semestre del año 2022, recoge que el 42,4% del estudiantado entre 16 y 24 años (intervalo con alto grado de solapamiento con la mayor parte de la población universitaria) y el 32,3% entre 16 y 29 años trabaja y estudia al mismo tiempo. Este dato se suma a tantos otros que en su conjunto ponen de manifiesto un cambio de paradigma en el perfil del estudiante universitario tipo. Las universidades deberán buscar y trabajar en los mecanismos adecuados para que los estudiantes puedan compatibilizar sus estudios con su presencia en el mundo laboral.

También se deberá tener en cuenta la conciliación de los estudios con la representación estudiantil, con la realización de actividades de participación, con la práctica de actividades físico-deportivas y con la vida social y familiar del estudiante.

Queremos una universidad que nos tenga en cuenta en los procesos de toma de decisiones.

La toma de decisiones deberá ser un proceso participativo en el que todos los integrantes de la comunidad universitaria tengan la posibilidad de que sus ideas y opinión puedan ser tenidas en cuenta por los órganos de gobierno.

Los porcentajes de estudiantes en los distintos órganos de toma de decisiones (Consejo de Gobierno, Claustro, Juntas de Facultad…) deberán garantizar en todo momento que se cumpla este principio.

Queremos una universidad que disponga de las infraestructuras y espacios adecuados.

Las universidades deberán disponer de los recursos adecuados para la correcta impartición de la docencia: aulas correctamente dotadas y con suficiente capacidad, laboratorios dotados correctamente y adecuados a las prácticas que allí se imparten, bibliotecas con fondos y espacios de estudio suficientes…

Pero también disponer de espacios para que los estudiantes puedan disfrutar de su tiempo libre, como aquellos destinados al asociacionismo estudiantil, a la práctica de actividades, a la práctica físico-deportiva… y, en definitiva, espacios donde los estudiantes puedan disfrutar de su paso por la universidad.

Queremos una universidad comprometida con garantizar la calidad.

Garantizar la calidad de los estudios impartidos en las universidades debe incluir un conjunto de procesos sistematizados enfocados a hacer de la Educación Superior una mejor herramienta social para la creación y transferencia del patrimonio cultural, intelectual y científico, así como de progreso y desarrollo de la sociedad.

La valoración del estudiantado en las encuestas de calidad docente es un aspecto fundamental para analizar la percepción del mismo respecto a la docencia recibida. Para que esta valoración sea realista, el estudiantado debe participar en el diseño y redacción de los ítems que son evaluados y preguntados en las encuestas. Asimismo, la universidad debe tomar en consideración las respuestas obtenidas de la encuesta, para que este resultado pueda generar cambios significativos en el rumbo de la actividad docente del profesorado.

También se deberá incluir representación del estudiantado en las comisiones de calidad tanto a nivel de cada centro, como a nivel de la universidad, y realizando por parte de las universidades, una gestión de la calidad medible, transparente y entendible con la comunidad universitaria.

Queremos una universidad comprometida con la igualdad y con la diversidad.

La universidad deberá trabajar por ser un espacio libre de discriminaciones y violencia por razón de sexo, nacimiento, opinión, orientación sexual o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. Se deberán garantizar espacios seguros y establecer protocolos para hacer frente a cualquier circunstancia que pueda suceder.

En referencia a los derechos de las personas trans, deberán existir los protocolos oportunos para realizar un cambio de nombre.

Las infraestructuras de la universidad deberán ser accesibles para todas aquellas personas con discapacidad física y/o diversidad funcional, garantizando que en todo momento estas personas puedan realizar sus estudios en igualdad de condiciones.


Bibliografía.


Espacios de Educación Superior está dirigido a poner en contacto a las personas e instituciones interesadas en la sociedad del aprendizaje en Iberoamérica y España.